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23.May.2016 / 09:20 am / Haga un comentario

Foto: Misión Verdad

Foto: Misión Verdad

A estas alturas todos sabemos quién es quién

Siempre es en momentos de alta conflictividad política y de amenazas abiertas desde el extranjero, que se revela el poderoso nivel de sincronía bajo el cual actúan altos operadores internacionales en contra de Venezuela.

En este contexto Luis Almagro, en su condición de gestor regional encargado de canalizar y calibrar la escalada mediática y política a favor de una intervención extranjera en el país, al mismo tiempo que cosméticamente muestra su «respaldo» a una instancia creada por el Estado venezolano (la Comisión de la Verdad, la Justicia, la Atención de las Víctimas y la Paz), también se despliega en la tarea de presionar al presidente Nicolás Maduro para que acepte como parte mediadora dentro de esa estructura a uno de los más importantes defensores de Leopoldo López: el principal responsable político que de exista, precisamente, una Comisión de la Verdad para proteger los derechos de las víctimas que ocasionó su colérico llamado a la guerra civil en el año 2014 bajo el seudónimo de «La Salida».

El llamado que hace Luis Almagro para que Zeid Ra’ad Al Hussein forme parte de la Comisión de la Verdad deja entrever, con mayor claridad, que la liberación de Leopoldo Lopez es un importante eje de presión internacional dentro de los rasgos que definen la actual amenaza externa que vive el país.

Es un acelerante más en la búsqueda de definir por la vía del golpe el conflicto político a favor de los actores del fascismo criollo.

Sin embargo, la propuesta de Luis Almagro va más allá de este aspecto. Veamos por qué.

¿Quién es el personaje en cuestión?

Es uno de los más importantes paladines internacionales por la liberación de Leopoldo López. Se reunió a finales de 2014 con Lilian Tintori en su recién estrenado cargo de alto comisionado de los derechos humanos de la ONU. De esa ocasión quedó registrada esta foto, la cual fue explotada mediáticamente por el partido Voluntad Popular para demostrar que quienes apoyan la liberación de un promotor de una guerra civil en el país están atornillados en las más altas esferas de la política global.

Su actividad política está ligada a las ONGs de derechos humanos financiadas por el Departamento de Estado (a través de la Usaid) y la OTAN como Amnistía Internacional o Human Righst Watch. Tanto es así que según Foreing Policy, luego de su asunción como Alto Comisionado los directivos de estas ONGs (Suzanne Nossel y Kenneth Roth respectivamente) celebraron enérgicamente su nombramiento por redes sociales, clara evidencia que detrás de dicha «elección» estaban estas agencias no estatales del ejerciendo fuerte presión.

Es necesario recordar que estas dos grandes ONGs  son claves en la generación de expedientes en contra Venezuela, lo cual evidencia una triangulación entre su enérgica celebración hace dos años y la propuesta actual de Luis Almagro que vincula al mismo personaje, quien en 2015 se encargó de emitir un informe sobre el «deterioro de los derechos humanos en Venezuela» que ha servido de matriz de opinión para los medios y laboratorios de propaganda en el país para criminalizar al Estado venezolano.

Zeid Ra’ad Al Hussein es un príncipe de la casa real hechemita, actual dinastía que gobierna el Reino de Jordania y que tiene presencia en Marruecos, Irak y Siria. Su abolengo y estudios en reconocidas universidades de Reino Unido le han abierto las compuertas, antes del referido nombramiento, para ser embajador del Reino de Jordania ante Estados Unidos, México y la ONU durante a partir del año 2010, actividades que define sin mayores recovecos con cuáles bloques de poder global juega en llave.

Pero más allá de sus raíces dinásticas y de su evidente posicionamiento como un actor de peso dentro de la política exterior del Reino de Jordania, lo que describe políticamente a Zeid Ra’ad Al Hussein es lo que ha hecho y los lugares donde ha operado como actor de peso diplomático de la ONU.

Luis Almagro y los poderes fácticos que lo acompañan necesitan un gestor probado y con experiencia en intervenciones humanitarias. Y ese hombre es Zeid. El príncipe jordano sirvió durante la década de los 90 como jefe diplomático de la UNOPROFOR (Fuerza de Protección de las Naciones Unidas), entidad que fungió de agencia militar aliada a la OTAN durante la guerra de Yugoslavia para la supuesta «asistencia humanitaria», «socorro de víctimas» y creación de «zonas de seguridad» en aeropuertos y zonas fronterizas de Croacia y Bosnia y Herzegovina.

Esta «asistencia técnica» capitaneada por Zeid Ra’ad Al Hussein permitió, más allá de la efectiva militarización por «razones humanitarias» en enclaves estratégicos del conflicto, que la cruenta disolución de Yugoslavia adquiriera la legitimidad internacional necesaria para lavarle la cara a la criminal invasión de la OTAN y su frontal apoyo a ejércitos mercenarios.

Como consecuencia lógica de estas intervenciones humanitarias que gestionó, el mes pasado y ya harto de que los pobladores sirios desplazados por la guerra busquen refugio en su Reino, comentó que Bashar Al Assad podría ser juzgado, declaración que por más que intente ser disfrazada de «objetividad» sólo beneficia a los intereses de las potencias occidentales que ya les desespera que ese conflicto no se haya definido a su favor después de cinco años.

Pero el currículum del prínciple jornado no termina ahí. También ha sido representante del Consejo de Seguridad para capitanear el último lapso de intervenciones humanitarias de la ONU en Liberia y la República Democrática del Congo: par de naciones africadas azotadas por guerras mercenarias por más de una década. Zeid estuvo ahí para, nuevamente, otorgarle legitimidad internacional a las criminales sanciones financieras impuestas por Estados Unidos y el Consejo de Seguridad de la ONU, como «única» forma válida para que «Estados fallidos» puedan salir de su situación.

Cualquier verbo parecido con la campaña mediática global que se aplica actualmente contra Venezuela, es pura coincidencia muy bien aprovechada por Luis Almagro.

Este es el currículum del mediador de Luis Almagro: un defensor de promotores de guerras civiles como Leopoldo López y un especializado intermediario en intervenciones humanitarias en variopintas regiones del planeta. La cara pulcra y bien acicalada del siglo XXI para agredir a países soberanos.

Misión Verdad

 

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