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Por Jesús Faría

Este 1ro de mayo conmemoramos un nuevo aniversario de la gesta histórica de los trabajadores de Chicago, que se alzaron valientemente en 1886 por la reducción de la jornada de trabajo a 8 horas diarias y, en general, en contra del brutal sistema de explotación capitalista.

En el escenario internacional, se llevarán a cabo manifestaciones en contra del régimen neoliberal globalizado, que va demoliendo las históricas conquistas de los trabajadores en materia salarial, laboral y en los sistemas de protección social. Asimismo, los trabajadores condenarán la guerra y el intervencionismo que despliegan los EEUU en Ucrania y en otras naciones del planeta, como parte del propósito de perpetuar la hegemonía unipolar yanqui.

En nuestro país estaremos levantando las banderas de solidaridad con nuestros hermanos de clase en el planeta y exigiendo, como la humanidad entera, el surgimiento de un mundo multipolar sin hegemonías imperialistas, sin chantajes ni injerencias, un nuevo orden mundial que permita el desarrollo de los pueblos y la cooperación entre las naciones.

En el plano interno, la clase obrera venezolana saldrá a las calles, en primer lugar, para darle un respaldo contundente al gobierno del presidente Nicolás Maduro, que lucha por la soberanía y el socialismo frente a la brutal agresión imperialista.

En tal sentido, es preciso recordar que la clase obrera ha jugado un destacadísimo rol en la histórica batalla de la patria frente a la agresión imperialista, lo cual condujo al fortalecimiento del proyecto bolivariano del comandante Chávez, al restablecimiento de la estabilidad política interna, a la coexistencia pacífica y z la consolidación de las instituciones democráticas del país.

Asimismo, los trabajadores venezolanos asumen un papel crucial en el cumplimiento de la principal tarea de la agenda política nacional en la actualidad: la recuperación económica del país. Como consecuencia directa de los terribles impactos del bloqueo económico, se ha producido un considerable deterioro de las condiciones de vida de la población. Recuperar los niveles de bienestar alcanzados en el pasado previo a la agresión económica, pasa necesariamente por la recuperación del aparato productivo y el restablecimiento de los equilibrios macroeconómicos.

A pesar del titánico esfuerzo del presidente Nicolás Maduro para atender las necesidades del pueblo, la severa restricción de los ingresos ocasionada por las sanciones imperiales ha limitado la notable eficiencia de las políticas sociales de la revolución bolivariana.
Aún así, los trabajadores se han mantenido firmes junto a su presidente obrero, Nicolás Maduro, y en defensa del proyecto socialista del comandante Chávez, cumpliendo cabalmente con sus tareas políticas y económicas. Entre estas últimas, destaca la gigantesca labor de la clase obrera petrolera por incrementar la producción de este sector estratégico del país. Asimismo, los trabajadores de las empresas básicas realizan un trabajo encomiable de cara a motorizar las cadenas productivas del país, que dependen de dichas industrias. Otro tanto podemos decir de los productores del campo y de la pesca para garantizar la alimentación de nuestro pueblo.

Este 1ro de mayo tiene lugar en medio de la activación de todas las fuerzas del gobierno del presidente Nicolas Maduro por crear las condiciones para incrementar los salarios. La agresión económica imperial, que tenía como propósito derrocar al gobierno revolucionario a través de una insurrección popular, atacó los salarios de manera salvaje precisamente con ese fin. Fueron las sanciones yanquis, las que provocaron el desplome de los ingresos, la perturbación mayúscula de la economía y, con ello, el deterioro crítico de los salarios.

En ese contexto, los trabajadores venezolanos no se han dejado engañar por las campañas demagógicas de la derecha y la ultraizquierda, que hacen ofertas salariales fantasiosas. El pueblo trabajador sabe que esas fuerzas coinciden con el propósito golpista del imperialismo, que estas fuerzas promovieron y continúan promoviendo las agresiones contra nuestro país. Los trabajadores entienden perfectamente, que solo el chavismo tiene un fundamento filosófico y se nutre de principios, que le permiten gobernar indeclinablemente en función de los intereses de las masas populares.

Por otra parte, la lucha contra la corrupción ocupa un espacio muy especial en las manifestaciones de este 1ro mayo. Los trabajadores le han brindado un apoyo absoluto a las acciones contra el flagelo de la corrupción, que encabeza valientemente el presidente Nicolas Maduro. Por sus luchas históricas y su abnegada resistencia antiimperialista, los trabajadores constituyen una reserva moral, una fuerza política y una base social suficientemente sólidas para garantizar el éxito en esta batalla contra esa degeneración moral, que ocasiona serios trastornos económicos y severas restricciones a nuestras políticas sociales.

Finalmente, como se estableció científicamente hace más de 170 años en el Manifiesto Comunista, la misión histórica de la clase obrera consiste en convertirse en sepulturera del capitalismo y constructora de la nueva sociedad socialista. El PSUV es su vanguardia política en este gigantesco desafío en nuestro país. De ahí la enorme responsabilidad que recae sobre nuestros hombros para lograr su unidad y su organización, así como para elevar su consciencia de clase. Sin duda, son enormes los avances alcanzados, pero aún hay mucho por hacer.