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El general José Félix Ribas llegó el 10 de febrero de 1814 a La Victoria a fin de preparar la defensa de la ciudad ante la acometida de las tropas de José Tomás Boves, cuyo avance sembraba de terror los valles de Aragua.
Bandas de realistas se habían apoderado de las principales posiciones de La Victoria y Ribas tuvo que empeñarse en combate desde su llegada para desalojarlos. Todos los alrededores estaban plagados de partidarios de Boves que cerraban el paso a refuerzos y suministros. Sin embargo, Mariano Montilla, con algunos jinetes, se abrió paso a fuerza de lanzas y sables desde Valencia estado Carabobo, para llevar a Ribas las últimas disposiciones del Libertador Simón Bolívar.
La Victoria había sido abandonada por su aterrorizada población, que huía de las huestes de Boves abandonando sus hogares y bienes. Mientras tanto, el jefe realista, quien había sido herido en batalla con Vicente Campo Elías, se quedó a curarse en Villa de Cura estado Aragua y confió el mando a José Tomás Morales. Cuatro mil soldados formaban su ejército. De ellos, 2.200 eran diestros jinetes lanceros provenientes de los llanos y 1.800 fusileros. Aquel 10 de febrero era inminente la Batalla de La Victoria.
Con el Mazo Dando