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El 29 de noviembre de 1780, nació en Caracas, Andrés Bello considerado como el patriarca de las letras, gramático y filólogo eminente. Su dedicación al estudio fue tal que desde muy niño dominó los idiomas francés, inglés y latín.
En 1810 la Junta de Caracas lo designó para integrar la misión diplomática de Londres, junto con Luis López Méndez y Simón Bolívar. Ante el fracaso de la gestión, Bello decide quedarse en Londres, donde se casó con Mary Ann Boyland. Durante su estancia en Londres escribió numerosos artículos para divulgar la causa de la independencia.
En 1829 se trasladó a Santiago de Chile, donde se dedicó a la instrucción pública. Dedicó 23 años a una activa participación en la Cancillería chilena.
Fue rector y organizador de la Universidad Nacional e influyó decisivamente en el desarrollo cultural del país. Sus dos poemas fundamentales los publicó en las revistas fundadas por él en Londres, en Biblioteca Americana su Alocución a la Poesía, parte de una composición que debió titularse América; y en Repertorio Americano, su memorable Silva a la agricultura de la zona tórrida.
El aspecto más perdurable de su personalidad es el de filólogo. Obras como las ya citadas, el Cid, sus Principios de ortología y, sobre todo, Gramática castellana, obra de sencillez revolucionaria impregnada de la intuición genial de Andrés Bello. La Real Academia Española lo nombró miembro honorario en 1851.
Murió en Santiago de Chile en 1865.
El 29 de noviembre se celebra en Venezuela el Día del Escritor, precisamente en honor al nacimiento de Andrés Bello, personaje insigne de la historia venezolana y máximo representante de la nueva civilización hispanoamericana.
Con el Mazo Dando