Noticias / Memorias
Prensa PSUV.- El 11 de octubre de 1816, José Antonio Páez, con 700 hombres, dirige y gana la Batalla de El Yagual, en la margen izquierda del río Arauca. Allí estaban concentradas las fuerzas realistas, agrupadas en 600 infantes y 1.700 jinetes, al mando del Coronel Francisco López.
Páez, que hasta ese momento era Teniente Coronel, asumió la jefatura y actuó como General de Brigada; bajo sus órdenes estaban dos generales, Urdaneta y Serviez, además de Santander más otros coroneles y comandantes. La batalla se resolvió a favor de los republicanos, permitiendo la pronta toma de Achaguas.
Páez, contaba con 700 hombres divididos en tres grupos a las órdenes de Urdaneta, Santander y Serviez, ya que a mediados de año, las guerrillas y los Jefes Supremos habían nombrado a Páez como Jefe Supremo. Urdaneta, Santander y Serviez tenían una jerarquía militar mayor a la de Páez, pero aceptaron quedar bajo sus órdenes, para evitar división en las fuerzas republicanas de la zona.
Al acercarse y presentar pelea con su Caballería de bravos llaneros a los españoles, la primera bala mata a su caballo; con rodilla en tierra arenga a su tropa a vengar a su caballo, después derrotan a los realistas. En las orillas del río Arauca, consiguiendo el control de los llanos de Apure.
En el sitio donde se realizó la Batalla se encuentra un Monumento Conmemorativo llamado “Brazo de Páez”, que simboliza un Brazo del General con una lanza usada en dicho combate. A partir de esa victoria, el ascendiente de Páez creció en los llanos y entre el ejército patriota. Cuando Francisco de Paula Santander pretendió asumir el mando de las tropas, éstas lo desconocieron y sólo aceptaron a Páez como jefe del ejército de los llanos venezolanos.
Fuentes: Varias
Comentarios
Que bella y gloriosa es nuestra historia Viva Venezuela…
Ese sigue siendo el Apure nuestro, el Apure heróico, el Apure que Chávez amó!
La tierra sobre la que Don Rómulo Gallegos escribió, «¡llanura venezolana! ¡Propicia para el esfuerzo, como lo fue para la hazaña, tierra de horizontes abiertos, donde una raza buena, ama, sufre y espera!
Yo agregaría tambien, que esta raza buena, lucha y trabaja con fervor por la transformación de su presente para legar a las generaciones venideras un Apure más dignificado, más próspero, más de ellas.
Es aquel acervo la razón de ser de nuestro presente; a él acumularemos, con la ayuda de Dios, los laureles de la extraordinaria gesta que libramos hoy contra los que se oponen a la construcción de la Patria soñada por los libertadores: libre, soberana, socialista.