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Prensa PSUV.- El 11 abril del año 2002 sectores de la oposición venezolana, apoyados por el Gobierno de Estados Unidos, despojaron al pueblo venezolano de su líder, el presidente Hugo Chávez Frías, al que mantuvieron secuestrado durante 48 horas.
En su ausencia, el gobierno del golpista y autojuramentado Pedro Carmona Estanga asumió ilegítimamente la presidencia con el apoyo de las cúpulas de Fedecámaras, la Iglesia Católica, la Confederación de Trabajadores de Venezuela, los medios de comunicación privados y un sector antipatriota de la Fuerza Armada Nacional. Pero recibieron una respuesta clara de parte del pueblo venezolano, que dos días más tarde, comenzó a reclamar el regreso del presidente Chávez.
Se puede decir que los sucesos del 11, 12 y 13 de abril de 2002 que comenzaron con el intento de golpe de estado, representan tres momentos históricos:
El día 11 corresponde al de la violación del hilo constitucional y a la sangre derramada con la muerte de venezolanos y varios heridos, mientras que el 12 es el día del silencio, cuando no se sabía nada acerca del líder de la Revolución Bolivariana.
Por su parte el 13 de abril representa un punto importante porque se fortaleció el liderazgo de nuestro presidente cuando retomo su puesto como primer mandatario nacional y con ello, se restableció la democracia venezolana.
La acción del pueblo y su valentía junto a la Fuerza Armada patriótica permitió el regreso del comandante Hugo Chávez a sus funciones como presidente de la República Bolivariana de Venezuela el día 13 de abril de 2002.
A pesar del apoyo mediático con el que contaban los golpistas, aunado al hecho de tener en las calles a la Policía Metropolitana masacrando al pueblo y el apoyo del imperio norteamericano, la unión cívico-militar se mantuvo en pie de lucha hasta lograr el retorno de Chávez.
En esos sucesos del 2002 se pudieron revelar las intenciones de los dirigentes de la oposición venezolana y hasta donde son capaces de llegar con tal de obtener el poder político y seguir desangrando al país exponiéndolo a la voluntad extranjera.
No les importó ni les importa en lo absoluto propiciar acciones violentas que involucren al pueblo, lo único que les importa es lograr sus objetivos mercantiles caracterizados por la inhumanidad.
Transcurridos 7 años de este acontecimiento, mucha gente ha pretendido lavarse las manos de sus responsabilidades en aquellos hechos a pesar de que el pueblo bien sabe quiénes son los autores de aquella masacre y golpe de estado.
Por eso, mantener la memoria de los hechos, de los protagonistas del golpe, de las víctimas y de los miles de héroes y heroínas anónimos que contribuyeron a restablecer la legalidad constitucional y detuvieron la persecución sangrienta que ya había comenzado, es un deber de cada venezolano y venezolana.
El pasado 03 de abril del presente año, culminó el juicio alusivo al caso del 11 de abril de 2002 con la sentencia de treinta (30) años de prisión a los principales responsables de la masacre cometida contra el pueblo venezolano en ese intento de golpe de estado.
A los tres comisarios Henry Vivas, Ivan Simonovis y Lázaro Forero se les dictó pena máxima de treinta años; seis de los ocho policías recibieron penas de hasta 18 años y dos saldrán en libertad, debido a que no se pudo probar que estuvieran en el lugar de los hechos.
Todavía falta que se haga justicia con los autores intelectuales y los medios de comunicación privados que se convirtieron en partidos políticos y todos los días movilizan su maquinaria técnica y profesional para conspirar en contra de la Revolución Bolivariana.