Opinión / Eduardo Piñate

11.Ene.2015 / 03:35 pm / Haga un comentario

Por: Eduardo Piñate R.

Para el momento en que escribo este artículo, el presidente obrero Nicolás Maduro arribó a la capital de Arabia Saudita, luego de haber pasado por la República Popular China y la República Islámica de Irán, además de una pequeña escala técnica en Moscú en la cual fue recibido por el viceministro de Relaciones Exteriores de la Federación de Rusia.

La gira del camarada presidente Nicolás Maduro por la República Popular China y varios países de la OPEP tiene como propósito seguir avanzando en el logro de objetivos estratégicos fundamentales contenidos en nuestro texto Constitucional y en el Plan de la Patria, los cuales tienen una profunda raíz histórica. Veamos:

En diversos documentos, cartas y discursos, entre ellos el “Discurso de Angostura”, el Libertador plantea la necesidad de “un nuevo equilibrio del universo”, basado en una relación de igualdad entre las naciones de Europa y las de la América Meridional, como llama Simón Bolívar en algunos de sus documentos a la América Latina y el Caribe.

El Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez retoma esta visión estratégica del Libertador para proponer la necesaria construcción de una nueva realidad geopolítica mundial, es decir, la edificación de un mundo multicéntrico y pluripolar, que “…implica la creación de nuevos polos de poder que representen el quiebre de la hegemonía unipolar, en la búsqueda de la justicia social, la solidaridad y las garantías de paz, bajo la profundización del dialogo fraterno entre los pueblos, su autodeterminación y el respeto de las libertades de pensamiento.” (Hugo Chávez. Presentación del Proyecto Nacional Simón Bolívar-Primer Plan Socialista de la Nación 2007-2013). Este planteamiento está igualmente recogido en el cuarto (4to) objetivo histórico del Plan de la Patria: “Contribuir al desarrollo de una nueva Geopolítica Internacional en la cual tome cuerpo un mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria”. Ello implica seguir trabajando por un mundo sin dominación imperialista y con respeto irrestricto a la autodeterminación de los pueblos.

La gira del presidente obrero Nicolás Maduro a China y varios países de la OPEP está inscrita en este legado Bolivariano y Chavista. Se trata, por una parte, de fortalecer las relaciones estratégicas entre China y Venezuela, basadas como ha sido hasta ahora, en principios de equidad y beneficio mutuo. Por la otra, trabajar para restablecer el equilibrio en el mercado petrolero mundial, a través de la recuperación de los precios del hidrocarburo al nivel justo que tenían antes que la práctica del fracking posibilitara a EEUU y otros productores petroleros –como Arabia saudita- inundar el mercado de hidrocarburos y hacer bajar los precios de manera importante para de ese modo afectar a Rusia, Irán y Venezuela.

No hay ninguna duda que la visita del presidente Maduro a China logró consolidar nuestra relación estratégica con quien hoy es la segunda economía mundial. En quince años de revolución hemos establecido unos trescientos convenios bilaterales, y en este oportunidad se firmaron nuevos en los sectores financiero, energético, tecnológico, educativo y otros, que alcanzan unos 20 mil millones de USD y nos permitirán mantener la inversión social y productiva en el país, pese a la caída coyuntural e inducida por el imperialismo de los precios del petróleo. Además del importante y estratégico Foro Ministerial China-CELAC que debe haber causado no pocas preocupaciones en los centros de poder imperial del mundo y más específicamente en la élite estadounidense, pero esto no es materia de este artículo.

El presidente estuvo en Irán, está en Arabia Saudita y visitará Argelia antes de volver al país. Estos tres miembros de la OPEP, junto con la Federación de Rusia –en la cual el presidente hizo una escala técnica y sostuvo reuniones- , son fundamentales en la definición y desarrollo de estrategias comunes entre la OPEP y los llamados productores no OPEP para restablecer los precios justos y el equilibrio del mercado petrolero mundial. Hacia allá avanza la estrategia del gobierno Bolivariano.

Esa es la visión estratégica en la cual está enmarcada la gira del presidente obrero Nicolás Maduro y en ese terreno es todo un éxito. Pero también es exitosa como parte de la lucha para derrotar la guerra económica que el imperialismo y la burguesía apátrida han desatado contra nuestro pueblo para acabar con la revolución. Sus resultados políticos y económicos, junto a las ocho líneas estratégicas del plan económico de recuperación, garantizan la victoria de nuestro pueblo y una nueva derrota del imperialismo en nuestra Patria.

Al contrario de lo que piensa el enemigo imperialista y oligarca, el año 2015 será un año de victorias revolucionarias y avance en nuestro proceso de transición al Socialismo Bolivariano y Chavista.

Caracas, 10 de enero de 2015

 

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