Opinión

3.Mar.2017 / 09:21 pm / Haga un comentario

tareckmr

Por: Miguel Leonardo Rodríguez

Varios días han pasado desde que se preparó una nueva amenaza contra la patria venezolana, tomando como base un bodrio periodístico preparado por uno de los mercenarios de la comunicación internacional como es CNN, propiedad de la mega corporación de la comunicación Time Warner, quien es a su vez dueña del 33% de la producción televisiva en el planeta.

Para ello se han valido de una burda e inaceptable infamia contra el compañero Tareck, paradójicamente acusándolo de narcotraficante y de ser el responsable de la entrega de pasaportes a miembros de la organización libanesa Hezbollah. Es importante expresar, de manera clara y contundente, que cualquier acusación que se realice en contra de un compañero y en particular contra uno de nuestros líderes de la Revolución Bolivariana, definitivamente es una afrenta contra Venezuela. Un golpe moral por elevación al chavismo, que en lo táctico tiene como objetivo a Tareck El Aissami.

Es muy probable que para muchos compatriotas, al desconocer la trayectoria y el recorrido político del compañero Tareck El Aissami, puedan pensar que todo comenzó cuando el presidente Hugo Chávez lo designara para aquel entonces como viceministro y posteriormente Ministro de Relaciones Interiores y Justicia. La verdad de esta historia de participación y lucha revolucionaria comenzó desde su ingreso a la Universidad de Los Andes (ULA) como líder estudiantil en la Facultad de Ciencias Jurídicas, Políticas y Criminalísticas.

Sin pretender hacer un recuento histórico de su trayectoria política, es necesario recordar y reconocer que sus inicios fueron mucho más temprano en estas lides de lo que la mayoría de los venezolanos conocían. Un periplo que sin duda se inició en su condición de dirigente estudiantil en nuestra ULA al frente de un movimiento renovador denominando «Movimiento Utopía», que logró cohesionar en ese momento una fuerza mayoritaria del movimiento estudiantil, que lo llevó a ocupar la presidencia de la Federación de Centros Universitarios de la ULA.

Reconocimiento que hacemos con toda responsabilidad y honestidad, después de haber sido testigo de excepción como militante del Movimiento 21 de Noviembre en los años 80, y luego como profesor universitario desde los años 90 en la querida Mérida.

Sería injusto no reconocer en la figura de este compañero y camarada la renovación del liderazgo universitario, en un momento en que vivíamos un proceso de desgaste natural de movimientos que con una tradición de lucha y consecuencia comprobada ya no lograba conectarse o interpretar el sentir de la mayoría de la masa estudiantil.

Es preciso hacer memoria pública de que el compañero Tareck ganó la presidencia de la FCU derrotando al «Movimiento 13 de Marzo», que en sus inicios nace como un movimiento de izquierda, para luego dar un viraje más allá de la derecha. Tareck logra así derrotar al mismísimo Nixon Moreno, hoy prófugo de la justicia venezolana.

Qué importante es conocer la historia. Poder valorar en su justa dimensión el rol y la contribución que han dado los que hoy entregan su vida al lado del pueblo por defender el legado de Chávez y la patria bolivariana.

Una vida de lucha y consecuencia revolucionaria es lo que se le está cobrando a Tareck, con la excusa de transformarlo sin pruebas ni evidencias en un capo del narcotráfico. Flagelo que supo combatir sin reserva y sin cuartel cuando al frente de esa responsabilidad que le fue encomendada por el Comandante Chávez. Responsabilidad que lo puso al frente de la cartera de política interior y de justicia permitiéndole alcanzar récords de incautaciones de drogas, capturas y narcotraficantes deportados, que en definitiva desmontan las infames acusaciones que hoy se hacen sobre él. El mundo al revés, como bien dijera el maestro Galeano.

Pareciera que no le perdonan haber impedido las operaciones de grandes cárteles que operan desde y para los Estados Unidos, principal consumidor de droga del planeta. No tenemos duda de que por ahí es donde vienen los tiros. No te perdonan tu combate a las mafias del crimen y el narcotráfico.

En una entrevista que recientemente me hicieran en un programa radial, el entrevistador esgrimía que dichas sanciones iban dirigidas sólo a una persona y no era una acusación contra el país. Que no entendía cuál era la razón para que lo asumiéramos como una afrenta contra todo un pueblo. Sin titubear respondimos que la razón es muy sencilla. En primer lugar se trata del Vicepresidente Ejecutivo de la República, la figura más relevante del gobierno nacional después del presidente Nicolás Maduro, y en segundo lugar, y más preocupante aún, es que por infamias cobardes y mentiras prefabricadas como estas, que configuran un Estado forajido. Bajo la base de estas acusaciones hemos visto cómo se han justificado invasiones y masacres a países soberanos como Libia o Siria.

Basta ver la destrucción y aniquilamiento sistemático del pueblo iraquí. Se realizó simplemente usando el argumento de que Saddam Hussein poseía armas químicas de destrucción masiva.  Luego vimos que en su sed de petróleo debían destruir a Libia, y para ello fue suficiente inventar el bombardeo de Gaddafi en Trípoli, donde hicieron creer al mundo que el líder del país africano masacraba a su propio pueblo. Es así cómo también con base a mentiras de distinta índole que hoy aún intentan desaparecer a Siria.

Esa es la verdadera razón que está detrás de esta nueva escalada del Imperio norteamericano: atacar a Venezuela y definitivamente a todos los venezolanos, más allá de nuestras propias diferencias. La intervención que se prepara no sabrá distinguir entre chavistas y opositores, pues luego de haber visto todos lo que ha ocurrido con estos pueblos hermanos, no podemos pensar que se trata de una exageración.

No nos cansaremos de denunciarlo. Porque ahí está el trasfondo de esta operación de guerra psicológica y propagandística donde las primeras municiones son la difamación y desprestigio de sus líderes, que nos hacen entender el porqué de esos ataques al hoy Vicepresidente de la República y quien ayer fuera Presidente de la FCU y por lo que hoy decimos: ¡Todos somos Tareck!

 

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