Opinión / Eduardo Piñate

26.Ene.2015 / 10:10 am / Haga un comentario

Por: Eduardo Piñate R.

El compañero presidente Nicolás Maduro presentó el pasado miércoles 21 de enero su mensaje anual ante la Asamblea Nacional. No pocas expectativas existían en el país en torno a este mensaje presidencial; recuérdese que estuvo precedido de una campaña de guerra psicológica cuyo objetivo era generar una situación de violencia callejera ante el desabastecimiento causado por el acaparamiento de productos y un aumento inusitado del consumo en los primeros días del año debido al llamado del oposicionismo a un paro nacional el 12 de enero que resultó en un estrepitoso fracaso.

La derecha venezolana concluyó que, ante la difícil situación creada por la guerra económica y la caída de los precios del petróleo, el gobierno no tenía otra salida que proceder a una gran devaluación de la moneda, acompañada de un conjunto de medidas neoliberales que afectarían negativamente las condiciones de vida del pueblo y crearían condiciones favorables para retornar al poder y revertir el proceso revolucionario.

En una línea parecida de pensamiento se encuentran sectores reformistas para quienes en las presentes condiciones económicas, no queda otra alternativa que reducir el gasto público por la vía de comprimir la inversión social y eliminar el control de cambios, entre otras medidas profundamente antipopulares para garantizar la “gobernabilidad”. Es decir, para este sector hay que renunciar a la construcción de nuestro Socialismo, Bolivariano y Chavista, para mantener el gobierno, aunque este sea compartido con la burguesía como proponen los partidarios de un “gobierno de coalición”.

La verdad es que la derecha y el reformismo no vieron cubiertas sus expectativas, porque tanto el contenido del discurso como las medidas anunciadas ese día –y los días subsiguientes- por el Presidente Obrero reafirman el contenido popular y socialista, es decir Chavista, de la Revolución Bolivariana en esta fase de dificultades económicas, cuyas causas están en la guerra económica que ha desatado la burguesía parasitaria y las taras estructurales que heredamos de la IV República, entre las cuales se encuentra en un lugar principal el modelo económico rentista característico de la formación económico social capitalista neocolonial que la Revolución Bolivariana debe y va a superar.

El Presidente Obrero Nicolás Maduro comenzó caracterizando el año 2014 como el año en que el pueblo venezolano enfrentó y derrotó la violencia que trataron de imponernos con las guarimbas, el terrorismo y los asesinatos selectivos (en los camaradas Eliecer Otaiza y Robert Serra), más la guerra económica y las operaciones psicológicas contra nuestro pueblo. Pese a toda esta contraofensiva, concluimos el año preservando la paz y obteniendo importantes victorias políticas; tal es el caso de la elección de los poderes públicos y la importante movilización de las fuerzas revolucionarias (encabezadas por el PSUV) durante todo el año.

Demostró el camarada presidente como la guerra económica nos ha obligado a sostener lo que él llamó “tres países”: el país de la familia venezolana, el normal que debe sostener el Estado; el país de la economía criminal, el de la especulación y el acaparamiento, que se esfuerza sistemáticamente en cortar las líneas de abastecimiento de productos para el pueblo y por el camino los encarece; y el país del contrabando de extracción, que mantiene varios millones de colombianos de las poblaciones fronterizas y de las Antillas Holandesas. En medio de esta situación, que entre otras cosas nos ha llevado a una inflación de alrededor de 60% en el 2014, el presidente defendió el modelo de inversión justa de la riqueza que ha caracterizado los quince años de revolución, en los cuales la inversión social pasó de 37,29% del ingreso entre 1983 y 1998, a 60,7% entre 1999 y 2014, con un crecimiento promedio de 2,8% y un mejoramiento sostenido de todos los indicadores sociales.

Obviamente, el presidente reconoció las dificultades que tenemos, pero (a contrapelo de lo que opinan reaccionarios, reformistas y un pequeño sector ultraizquierdista que tirotea cual francotirador al gobierno y en general a la dirección de la revolución) mostró las fortalezas que tenemos para enfrentarlas y vencerlas: El plan que nos dejó el Comandante Supremo Hugo Chávez, el Plan de la Patria; el apoyo de la mayoría del pueblo cada vez más consciente, organizado y movilizado, la experiencia de quince años en el gobierno y décadas de lucha y la voluntad férrea e inconmovible de los hijos e hijas de Bolívar y Chávez.

El conjunto de medidas anunciadas el miércoles 21 de enero de este año por el Presidente Obrero Nicolás Maduro se inscriben en esa línea que trazó el Gigante Hugo Chávez desde los tempranos días de la “Agenda Alternativa Bolivariana” y antes, en el “Libro Azul” y en “Un Brazalete Tricolor”; recogido y desarrollado todo ese pensamiento en nuestro texto Constitucional y el Plan de la Patria y ahora continuado en las “Seis Revoluciones “ que lanzó el compañero presidente.

En contra de la apuesta de la derecha y el reformismo, el presidente ratifica la línea de inversión social de la revolución cuando anunció el Plan Especial de Protección a la Familia por la vía de la incorporación de 500.000 hogares más a la Gran Misión Hogares de la Patria y el aumento de 200.000 becas a estudiantes de educación media que llegan a 500 bolívares cada una y 250.000 becas universitarias con un incremento en su monto de 30%; se establece la meta de 300.000 nuevas pensiones en 2015, con lo cual este año estaremos rondando los tres millones de pensionados y a todos ellos se les otorga el bono salud a través de su tarjeta de débito.

El presidente anunció un aumento del 15% del salario mínimo que se comienza a cobrar desde el 1 de febrero, que como sabemos, impacta diversos niveles de la escala salarial e incrementa las pensiones en esa misma proporción.

El camarada Nicolás Maduro anunció la construcción y entrega de 400.000 nuevas viviendas en este año en el marco de la Gran Misión Vivienda Venezuela, que sumadas a las 650.000 ya entregadas al pueblo por esta vía nos ponen en 1.050.000 viviendas de la meta establecida de tres millones para el 2019. Para asegurar el cumplimiento de esta meta el presidente asignó 204.978 millones de bolívares. Además, por la vía de la Gran Misión Barrio Nuevo Barrio Tricolor se llegará a 200 corredores para beneficiar a 2 millones de familias.

Asimismo, se prevén inversiones en infraestructura de 59.575 millones de bolívares y 911 millones de dólares para continuar la ampliación de los Metros existentes en el país, la construcción del Metrocable de la Dolorita y diversas inversiones en vialidad en todo el país. Es importante hacer notar que esta importante inversión en viviendas e infraestructura garantiza la dinamización de la economía real y el sostenimiento de las cifras del empleo y la calidad de este.

En este punto del análisis podemos decir que los niveles de la inversión social de la revolución se mantienen para el 2015, con lo cual el camarada Maduro desvirtuó la conseja burguesa de que no teníamos otra salida que reducir el gasto público por esta vía.

Ellos esperaban una devaluación para inmediatamente salir acusando al gobierno de la inflación, pero el Presidente Maduro los desencantó con el anuncio de un sistema transitorio de tres mercados: 6,30 bolívares por dólar para defender la alimentación y la salud del pueblo; el sistema SICAD reducido a uno solo en el que funcionen los mecanismos de mercado para el resto de los productos a través del sistema de subastas y un tercer mercado que funcione en las bolsas públicas y privadas donde concurran empresas públicas y privadas. Todo esto a la par de la apertura, digamos oficial, del debate sobre el aumento del precio de la gasolina en el mercado interno.

En nuestra opinión, este conjunto de medidas están en la línea de defender la revolución por la vía de profundizar la justicia social que deviene del carácter profundamente democrático del Socialismo Bolivariano y Chavista y profundizar la transición al socialismo en medio de las dificultades derivadas de la guerra económica y la caída abrupta de los precios del petróleo en el mercado mundial. No olvidemos que en diciembre el presidente Maduro anunció el fortalecimiento del Fondo ALBA-MERCOSUR con 1.000 millones de dólares para la inversión productiva en los estados y del Fondo Especial de Reservas en Bolívares que llagará a 400 mil millones de bolívares en el primer trimestre de este año; además de los recursos que incorporan los acuerdos de la última gira presidencial por China; Rusia, Portugal y varios países de la OPEP. Tenemos el reto de la optimización del uso de los recursos, es decir, el reto de la eficiencia en su uso a favor del pueblo, eliminando el burocratismo y la corrupción.

Tiene razón el camarada Presidente Obrero Nicolás Maduro: tenemos el plan -y tenemos recursos agrego yo-, tenemos el pueblo, tenemos la experiencia y tenemos la voluntad y el coraje para vencer las presentes dificultades económicas y seguir avanzando hacia el Socialismo Bolivariano y Chavista.

Venceremos!

Caracas, 25 de enero de 2015

 

 

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