Opinión / Antonia Muñoz

23.Jul.2014 / 01:28 pm / Haga un comentario

El 17 de julio 2014, en la acostumbrada reflexión radial de los jueves para Portuguesa, exhortamos a participar en las elecciones del domingo 20 donde se elegirían las y los delegados que irían al III Congreso del PSUV que se realizará en Caracas los días 26, 27 y 29 de julio del presente año. Sin embargo, ese día aclaramos que, sin ser pesimistas y sin dejar de insistir en el llamado a la participación, debíamos estar conscientes que era difícil esperar una masiva concurrencia a dicho evento, debido, entre otras cosas, al comportamiento electoral de los venezolanos. No se trata de justificar nada, sino de analizar los hechos sin apasionamientos estridentes y a la luz de la realidad. Comencemos por reconocer que en Venezuela, son las elecciones presidenciales las que concitan el mayor interés por parte de las y los ciudadanos.

A medida que descendemos jerárquicamente hacia las y los gobernadores y legisladores regionales, el interés por la participación electoral comienza a disminuir. El interés llega al mínimo en las elecciones municipales, lo cual no pareciera tener sentido, porque de los tres niveles del poder ejecutivo, los alcaldes o alcaldesas son los gobernantes más cercanos a la gente. Es mucho más factible para cualquier ciudadano interactuar en una asamblea con su gobernador o gobernadora y con su alcalde o alcaldesa que con el Presidente de la República. Pareciera contradictorio, pero esa es la realidad del país. Aparentemente somos presidencialistas y centralistas. Entonces, ¿Por qué esperar una alta participación en unas elecciones para votar por delegadas y delegados que participarán en el Congreso ideológico de un partido, aunque ese partido sea cuantitativamente el más grande de Venezuela?

Para nada nos sorprende una baja participación en los comicios del domingo 20/07, para elegir delegadas y delegados para el III Congreso del PSUV. Estamos seguros que muchas y muchos de nuestros militantes no tienen suficiente grado de politización para entender qué es, para qué sirve y qué relación tiene con su vida un Congreso Ideológico; por lo tanto, la mayoría tampoco tiene claro cuál es el papel de las y los delegados en él. No es verdad la gran ideologización de las masas; ahora es cuando nos falta, nos atrevemos a decir que estamos cruditos. Creer otra cosa es llamarse a engaños. Por eso nos atrevemos a decir que nuestro partido debe darle más peso a la formación ideológica de nuestra militancia; donde la ética socialista, que no es otra cosa que la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, sea la mejor fuente de aprendizaje para la militancia. Nada estimulará o fortalecerá más la participación de la militancia, si quienes fungen de líderes a todos los niveles, dan ejemplo de ganar esos espacios a punta de trabajo, de entrega, de compromiso, de solidaridad, de reconocimiento y respeto al trabajo de los otros. No hay mejor herramienta pedagógica para enseñar que el ejemplo.

También moraliza y estimula la participación de la militancia en los diferentes eventos del partido (electorales o no), la rectificación de los errores en la práctica. En este sentido, hemos tenido algunas grandes iniciativas que vivificaron al partido, pero al abandonarlas, sólo sirvieron para crear falsas expectativas, que al final producen más desgano. Por ejemplo ¿Qué hemos hecho por convertir en letra viva todas las recomendaciones y corregir todos los errores sobre los cuales nos alertó nuestro amado Comandante Chávez en LAS CINCO LÍNEAS ESTRATÉGICAS DE ACCIÓN POLÍTICA? No olvidemos que la mayoría de los planteamientos hechos por el Presidente Chávez, fueron corregidos, aumentados y aprobados por la militancia que los debatió entre febrero y principio de mayo del 2011, señal de que la población tenía la misma preocupación. En esa oportunidad, recorrimos el país durante tres meses, alegramos a la gente porque creyeron que en verdad habría REVISIÓN Y RECTIFICACIÓN, y después nos desvanecimos como la espuma. Entre las prácticas o vicios que más molestaba a la gente, y para los cuales pedía y sigue pidiendo a gritos rectificación, están: el burocratismo, la ineficiencia, la corrupción, el nepotismo, el amiguismo, el individualismo y el sectarismo. En este momento, nos permitimos agregar el VENTAJISMO, a esa lista dominada por los “ismos”. ¡Todavía estamos a tiempo de rectificar! ¿Quién no sabe que rectificar es de sabios y que nunca es tarde cuando la dicha llega?

Finalmente, concluimos diciendo que aunque reconocemos razones conocidas y esperadas para una baja participación de la militancia psuvista, en unas elecciones poco conocidas o poco frecuentes en los partidos políticos venezolanos, también agregamos otras razones que pudieran haber influido en el ánimo de la militancia. Sin embargo, a pesar de los pesares, debemos hacer del III Congreso del PSUV, un evento enriquecedor para quienes participemos y para la ciudadanía que con sus votos nos permite estar allí como sus voceras y voceros. CHÁVEZ VIVE, LA LUCHA SIGUE!

San Juan de los Morros, miércoles 23 de julio de 2014.

 

 

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