Opinión

9.Jul.2019 / 10:34 am / Haga un comentario

Por: Hernán Mena Cifuentes (*)

Al desconcierto de testigos directos y de millones de televidentes que en los últimos 20 años han observado horrorizados los crímenes de la golpista oposición venezolana con sus marchas, guarimbas, barricadas, golpes de Estado y magnicidios frustrados, se sumó el viernes el enérgico rechazo del Gobierno Bolivariano al mentiroso y parcializado informe de Michelle Bachelet sobre la situación de los DDHH en Venezuela.

Lo hizo William Castillo, viceministro de Comunicación Internacional, al intervenir en la 41ª sesión de ese organismo, quien con el «bisturí de la verdad» se abrió paso por el cuerpo infestado del documento para extirpar ese tumor maligno que acusa al gobierno venezolano de «reducir el espacio democrático e incumplir con su obligación de garantizar la comida y la atención médica al pueblo».

«Resulta incomprensible el contenido de dicho informe. Está dominado por una visión selectiva y parcializada, carente de rigor científico con graves errores metodológicos. No menciona los avances del país en materia de los DDHH e ignora graves impactos que el ilegal, criminal e inmoral bloqueo económico que el Gobierno de EEUU ejerce sobre el pueblo venezolano; Venezuela es blanco de una agresión multiforme de parte de EEUU, golpes de Estado, intentos de magnicidio, sabotajes a la industria petrolera y servicios públicos», expresó Castillo.

Criticó que el documento haya ignorado casi en su totalidad la información aportada por el Estado venezolano y las ONG defensoras de los DDHH, y sólo haya tomado en cuenta «558 entrevistas. 460 de ellas realizadas fuera de Venezuela, lo que significa 82% de las opiniones vertidas en él».

Además, un informe carente de objetividad al excluir casi totalmente información suministrada a Bachelet, a quien se le facilitaron datos en encuentros con decenas de víctimas del genocidio fascista.

Y lo peor de todo: olvida la única verdad que pudo haber incluido y omitió en su informe. La que dijo al final de su visita a Venezuela, pidiendo a las organizaciones internacionales que «reduzcan el impacto de los embargos de EEUU a la población venezolana».

Incluso llegó a expresar: «Me preocupan las sanciones impuestas este año por EEUU sobre las exportaciones de petróleo y el comercio de oro que están exacerbando y agravando la preexistente crisis económica en Venezuela».

Las del mismo imperio que Pinochet, su esbirro, la torturó y asesinó a su padre.

(*) Periodista e intelectual venezolano

 

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