Opinión / Escuela de Cuadros

22.Oct.2013 / 12:41 pm / Haga un comentario

Ley Habilitante: lucha contra la corrupción y la burguesía parasitaria

El Presidente Maduro asistió a la Asamblea Nacional para solicitar una Ley Habilitante con el propósito de profundizar la lucha contra la corrupción y contra la guerra económica, todo ello en el marco de la refundación ética de la República. Esta solicitud se encuentra en absoluta sintonía con los planteamientos originarios de la revolución chavista, así como también con el testamento programático del Comandante Chávez: el Programa de la Patria.

La lucha contra la corrupción fue una de las banderas originarias del chavismo, una de las principales motivaciones de la rebelión militar del 4/F. Al asumir el poder en 1998, el Comandante le declaró la guerra a ese flagelo, con avances importantes. El solo hecho de que el Estado, dirigido por Chávez, hubiera asumido el control de la renta petrolera y la invirtiera en el área social en las dimensiones colosales que conocemos, es, por sí solo, un duro golpe a las corruptelas.

Sin embargo, la corrupción resultó ser un fenómeno mucho más poderoso y resistente de lo que sospechábamos. Se trata de un verdadero sistema con profundas raíces institucionales, morales y económicas. Acabar con él, exige la creación de un Estado popular, es decir, eliminar el carácter elitistas del Estado, para suprimir su condición de canal de recursos y privilegios -por vías ilegales- en favor de los poderosos. También contempla la necesidad de una gran revolución cultural y los cambios más profundos en las estructuras del poder económico del capitalismo. Como podemos observar, la corrupción es hija del capitalismo y del rentismo.

Por su parte, se plantea legislar también en contra de la guerra económica. Los procesos de acaparamiento masivo, especulación desbordada, ataque contra la moneda nacional, sabotajes eléctricos y petroleros, no solo le ocasionan profundo daño a la estabilidad económica y social del país, sino que también buscan derrocar al gobierno constitucional, crear un caos nacional.

Sabemos que se trata de una estrategia deliberada de la burguesía, que aprovecha su poder político con fines golpistas. La burguesía siempre persigue derrocar a las fuerzas revolucionarias, para lo cual cuentan con un aliado poderosísimo que es el imperialismo. Esa es la lógica de la lucha de clases.

Esta estrategia se derrota con una amplia contraofensiva revolucionaria, un gran despliegue popular encabezada por el PSUV y la alianza chavistas, con creciente eficiencia en la gestión gubernamental… No obstante, el caldo de cultivo de esta arremetida contrarrevolucionaria es una estructura económica capitalista con rasgos monopólicos, especulativos, parasitarios y dependientes. El gran reto de esta revolución es superar esta economía y desarrollar un modelo productivo basado en el trabajo y los principios socialistas. Solo superando nuestra vulnerabilidad económica, podremos derrotar definitivamente la guerra económica en sus raíces y avanzar en la transición al socialismo.

Debe quedar claro, que la Ley Habilitante no es una panacea. No será con estas leyes que vamos a inclinar la balanza a nuestro favor en estos momentos tan complejos de la revolución, pero estas leyes servirán de instrumento de lucha al pueblo, que con su fuerza y movilización, sí constituyen ese factor decisivo en nuestro proceso histórico.

Por ello, queremos subrayar algo que ha quedado un tanto desapercibido en este debate en torno a la Habilitante. Se trata de un momento político para el relanzamiento de la revolución, para el fortalecimiento del proyecto socialista, proceso éste que tiene en el pueblo trabajador al principal protagonista. En estos términos lo debemos asumir en nuestra condición de vanguardia de la revolución y, en consecuencia, estimularlo.

Por último, la derecha ha tratado de tergiversar el verdadero propósito de la Habilitante. Ha afirmado que se trata de un plan para “arreciar la represión”. Con el particular cinismo que siempre la ha caracterizado, tratan de torcer la realidad y esconder la solidaridad absoluta que le brindan a sus corruptos, así como su relación estrechísima con este flagelo. Recordemos al pueblo que AD y Copei se hundieron en el pantano de la corrupción durante el puntofijismo y PJ tiene raíces y desempeño fundamentado en el robo del dinero público.

En este sentido, también han querido engañar a la opinión pública, proponiendo un referéndum para la aprobación de la Habilitante. La verdad es que ellos siempre han despreciado la voluntad popular. Subestiman tremendamente a un pueblo, poniendo en duda su postura en relación al terrible daño que causan la corrupción y la guerra económica. Un referéndum significaría un retraso de estas acciones indispensables para la estabilidad del país, promovida por fuerzas que no solo están divorciadas de posiciones democráticas, sino que temen profundamente a cambios, que les terminarían de arrebatar groseros privilegios y el poder que utilizan en contra de la patria.

Aniversario del horrendo asesinato de Alberto Lovera

Hace 48 años (18/10/1965) ocurrió un crimen político espantoso. El monstruoso asesinato de Alberto Lovera revela el carácter criminal de un sistema tenebroso como el puntofijismo.

Alberto Lovera era el encargado del aparato militar del Partido Comunista de Venezuela en aquel durísimo año 1965, cuando fue capturado y torturado monstruosamente por esbirros, que habían abandonado desde hacía mucho tiempo su condición humana, para luego ser lanzado sin vida al mar con la intención de desaparecerlo.

48 años después de este crimen horrendo, podemos observar como germina el sueño de Alberto hecho revolución bolivariana. Acudimos a un mundo que se transforma orientado por las causas del socialismo y la liberación nacional, las mismas causas que elevaron su moral y resistencia por encima del odio y encono de sus asesinos. Su altísima moral le permitió superar el dolor de las monstruosas torturas.

Hoy recordamos el asesinato de Alberto Lovera, así como las persecuciones, torturas, cárceles, asesinatos y desaparición de miles de camaradas, seguros de que con la revolución que iniciara el comandante Chávez, quedan para siempre en el pasado las violaciones de los Derechos Humanos.

Es propicio este momento de definiciones históricas para convocar a los revolucionarios de este siglo XXI a ser como Alberto Lovera, invencible ante el horror y odio de sus asesinos, indoblegable militante de las ideas comunistas, firme defensor de las causas de los oprimidos y explotados, gladiador de mística inagotable. Es un verdadero honor militar en las mismas filas revolucionarias del camarada Alberto Lovera.

30 años del asesinato de Maurice Bishop

El 19 de octubre de 1983 se produjo el terrible asesinato del carismático líder revolucionario de la isla caribeña de Grenada. Este era un dirigente de enorme prestigio en su pueblo, que había llegado al poder raíz de una rebelión popular e inició políticas internas de desarrollo de su economía, impulso a la educación y salud para su pueblo. En lo internacional se iniciaron relaciones de amistad con las naciones socialista de aquel momento, especialmente con la URSS y Cuba, que le tendieron su mano amiga para el desarrollo social y económico. Uno de los proyectos más importantes fue la construcción de un aeropuerto que estimulara el comercio y el turismo.

Enseguida el imperialismo se ensaño en contra del gobierno revolucionario de la y lo declaro su enemigo.

En el seno del partido de Bischop, New Jewel, se iniciaron tensiones, estimuladas por un grupo de dirigentes con posiciones ultraizquierdistas, que desembocó en una tragedia: el asesinato de Maurice Bishop y sus más cercanos colaboradores. Esto fue aprovechado por el gobierno estadounidense para llevar a cabo la invasión de la pequeña isla, instalando un gobierno servil a sus intereses. Las conquistas fueron defendidas por el pueblo de Grenada y los trabajadores cubanos, que ayudaban en la construcción del aeropuerto, pero la superioridad militar yankee era aplastante.

Al paso de los años, se puedo comprobar que las fuerzas ultraizquierdistas que propiciaron el golpe y asesinato a Bischop estuvieron infiltradas por la CIA.

A este peligro siempre está sometida una revolución.

Crisis económica en los EEUU y paralización del gobierno federal

En días pasados la opinión pública mundial se concentró en un nuevo capítulo de la severa crisis que atraviesa actualmente la sociedad estadounidense.

Se trató en este caso de la paralización parcial y la amenaza de una paralización total del gobierno federal, con el peligro real de que éste se viera obligado a declarar la incapacidad de pago (default) por primera vez en su historia. Esta delicadísima situación contiene un conjunto de tensiones y contradicciones que se manifiestan en cuatro dimensiones.

En primer lugar, se encuentra la batalla entre demócratas y republicanos por el control gubernamental. La tradicional rivalidad entre estas dos fuerza políticas, que conforman el sistema bipartidista estadounidense y fundamentan el enorme fraude representado en la “democracia” gringa, se manifiesta en esta oportunidad en la controversia en torno la aprobación del Obamacare. Este es un sistema de subsidio de seguros de salud para los sectores de menores ingresos de esa sociedad, propuesto y aprobado por el gobierno de Obama. A pesar de ser una muy tímida política de subsidio en beneficio de más de 45 millones de estadounidenses, excluidos del servicio de salud (el de EEUU uno de los más costosos del planeta), los republicanos, con una visión profundamente conservadora de las políticas económicas y sociales, se han opuesto a ella de manera obstinada, y estuvieron obstruyendo la posibilidad de aprobar el presupuesto del gobierno federal y de elevar los límites de endeudamiento, para forzar a Obama a derogar los mencionados subsidios. El gobierno federal quedó por días sin recursos para cubrir sus gastos, por lo que se vio obligado a paralizar muchas de sus actividades. La reciente aprobación de recursos hasta el mes de enero por parte del Congreso de los EEUU constituye una derrota para los republicanos, especialmente para el llamado Tea Party, una fracción de ultraderecha de los republicanos, que estimuló al máximo este enfrentamiento, aunque a comienzos del año entrante se reeditará la pugna con consecuencias que podrían ser más dramáticas.

Un segundo elemento se manifiesta en la grave crisis social de la principal potencia del planeta. El mecanismo de exclusión del capitalismo, agravado al máximo por un modelo anglosajón típicamente neoliberal en razón del reducido rol que le asigna al Estado y al gasto social, se traduce en crecientes niveles de pobreza y exclusión en medio de la crisis capitalista. 45 millones de pobres sin acceso a un sistema tan vital para la vida como la salud, aunado a la enorme resistencia para la creación de un mecanismo que sostenga el hundimiento social de estos parias de la sociedad estadounidense, es todo un alegato en contra del sistema capitalista. El hecho de fondo es que la mayor potencia del planeta, con toda la riqueza que atesora, es incapaz de solucionar problemas elementales de su sociedad, lo cual se refleja en crecientes contradicciones entre los principales actores políticos.

En tercer lugar, se encuentra el tema financiero. Las finanzas públicas han llegado a una situación de crisis de tal dimensión, que se convierten en un verdadero lastre para la sociedad y fuente de numerosas contradicciones que perturban drásticamente el desempeño de la nación. La deuda, por su parte, está llegando a los límites de crecimiento. No se trata sólo de que la única forma de intentar aminorar gravísimos problemas sociales es a través del endeudamiento, sino que la posibilidad de endeudamiento sin trastornos graves para la economía nacional y mundial está llegando a sus límites. Los EEUU son el país más endeudado del planeta en términos absolutos y uno de los más endeudados en términos relativos, con una deuda pública que supera el tamaño de su economía.

Pero lo realmente escandaloso, y esta es la cuarta consideración, radica en el hecho de que la causa fundamental de esa deuda no es el esfuerzo por garantizar bienestar a la población ni desarrollar al país, sino el gasto militar. Es la expansión del complejo militar industrial de la mano de jugosísimos contratos otorgados por el gobierno estadounidense, lo que ha elevado al máximo las ganancias de las corporaciones trasnacionales y resquebrajado las finanzas públicas de ese país.

Emerge de manera muy clara un gravísimo cuestionamiento ético. Jamás se ha generado un malestar parcial en ninguno de los 2 partidos dominantes de la sociedad estadounidense, a raíz de la decisión de endeudarse para financiar el gasto destinado a la guerra, la destrucción y la conquista imperialista de otros pueblos, pero algo tan esencial para el ser humano como la salud es capaz de paralizar a esa nación. Ese es el verdadero rostro inhumano y depredador del imperialismo.

 

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