Opinión
Punto crítico
Por: Roy Daza
Una sagaz e inteligente colega periodista me preguntó hace unos días mi opinión acerca de la conducta asumida por la Mesa de Unidad Democrática (MUD) en el Diálogo que se inició el domingo 30 de octubre pasado, a lo que le respondí solo con una frase: no tenían nada que proponer.
Estoy absolutamente convencido de la inoperancia de la MUD, dado que enfrenta un problema complejo: de una parte, la fortaleza del chavismo en el seno del pueblo y, por otra, las diferencias que existen en la oposición acerca de la ruta a seguir para asumir el poder.
Una alianza política, de suyo, es plural, deben convivir en ella diversas tendencias ideológicas, sensibilidades de distinta naturaleza, pero que en todo caso tiene un punto en común: la derrota del proyecto bolivariano y la restauración del proyecto neoliberal.
Resulta obvio que existan las mas variadas corrientes ideológicas en la MUD, nada de raro tiene, pero lo que no puede tener una fuerza política son dos planes políticos distintos, porque allí es donde comienzan las grietas, que luego derivan en divisiones.
En la MUD cohabitan quienes tienen una posición democrática y que buscan sus objetivos políticos a través de la vía electoral y, otra corriente, cuya estrategia es el derrocamiento por vía violenta del gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Una situación similar se evidenció en 2014, en tiempos de guarimbas y golpismo fracasado, de lo que resultó la defenestración de Ramón Guillermo Aveledo y José Ramón Medina, hoy podría correr la misma suerte Chuo Torrealba, a quien los fascistas no le perdonan que haya sido capaz de cuestionar las posiciones irracionales de Leopoldo López y su combo.
Vamos a un escenario electoral en pocos meses, en una situación muy difícil para el país, pero con un chavismo fortalecido y una MUD que se desmorona.
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