Opinión / Eduardo Piñate

16.Mar.2015 / 10:03 am / Haga un comentario

Por: Eduardo Piñate R.

El Decreto Ejecutivo y la “carta al presidente de la Cámara de Representantes” del parlamento estadounidense emitidos ambos por el presidente de los estados Unidos de Norteamérica, Barack Hussein Obama el pasado 9 de marzo, configuran no sólo una agresión más del imperialismo contra la Patria de Bolívar y Chávez, representan un salto cualitativo en la escalada de las fuerzas reaccionarias de Venezuela y el mundo contra la Revolución Bolivariana.

El señor Barack Hussein Obama en su Decreto Ejecutivo dice que:

“…entiendo que la situación de Venezuela, incluida la situación del Gobierno en cuanto a la erosión de las garantías de derechos humanos, la persecución de opositores políticos, restricción de la libertad de prensa, el uso de la violencia y violaciones y abusos de los derechos humanos en respuesta a las protestas contra el gobierno, y el arresto arbitrario y la detención de manifestantes que están en contra del gobierno, así como la presencia exacerbada de corrupción pública significativa, que constituye una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos, declaro por medio de la presente una emergencia nacional a los fines de hacer frente a dicha amenaza…” (Subrayado nuestro)

Así comienza el decreto de Obama y a partir de ese conjunto de afirmaciones se establecen una serie de sanciones que, contrariamente a lo que afirman voceros del gobierno de EEUU y corean los sectores opositores aquí, no están dirigidas a siete funcionarios del gobierno, sino a todo el pueblo venezolano y dentro de él, a la totalidad de funcionarios y funcionarias del Estado.

Lo primero que salta a la vista es que se trata de gran cantidad de falsedades en torno a nuestro gobierno y nuestra revolución, sin embargo, le sirven al señor Obama y a la élite gobernante en los EEUU para presentar un cuadro catastrófico y ponernos ante el mundo como un Estado forajido y por esa vía justificar cualquier intervención, incluso militar, en nuestro país. Ponernos como “una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos” y en virtud de ello declarar la emergencia nacional, libera las amarras legales de la administración gringa para desarrollar una escalada agresiva contra nosotros.

Ya sabíamos desde hace muchos años que el imperialismo estadounidense y su élite dominante se arrogaron el papel de gendarme mundial y en tal virtud agreden, invaden países, asesinan, torturan y persiguen a quienes se oponen a sus designios; sean países, gobiernos, instituciones o personas. Sabíamos también del sueño no logrado de la gran burguesía de establecer un gobierno mundial bajo su dirección, cosa que no han logrado ni lograrán porque estamos los pueblos y los gobiernos dignos para impedirlo. La novedad con este decreto, es que Barack Hussein Obama viene y se nos presenta como emperador del mundo. Así como en su papel de gendarme mundial se han encontrado con la resistencia de los pueblos y han sufrido derrotas muy importantes (Vietnam y Playa Girón son dos ejemplos), así como el sueño de un gobierno mundial no es más que una quimera del pensamiento metafísico propio de la burguesía y por tanto, imposible de lograr; así, este “emperador del mundo” no pasa de ser una caricatura.

Sin embargo, lo dicho antes no quiere decir que el decreto de Obama sea un acto “normal” en la confrontación de nuestra revolución con el imperialismo. Efectivamente es una agresión más orientada a destruir la Revolución Bolivariana y derrocar el gobierno del camarada Presidente Obrero Nicolás Maduro. Es parte de la guerra total (económica, psicológica, política, ideológica, mediática, terrorista) que el imperialismo desarrolla contra nuestra revolución con los objetivos ya dichos.

Pero es más que eso. Con este paso que acaba de dar el gobierno de EEUUU, se pone al frente, asume la vanguardia de la derecha nacional e internacional para destruir la revolución y en tal sentido va a dirigir (cosa que ha hecho desde que Chávez asumió la Presidencia de la República, pero ahora de manera abierta, descarada, sin disimulo) la política y las acciones de las fuerzas de la contrarrevolución. En segundo lugar, abre las puertas a una intervención militar contra la Patria, que pudiera estar antecedida o combinada con un bloqueo económico, como lo evidencian los antecedentes históricos (Irak y Libia, entre otros) en los que el gobierno de los EEUU declaró la emergencia nacional ante amenazas “inusuales y extraordinarias”.

Este es un tiempo de definiciones. En este momento de la Patria no se puede ser neutral, se está con la Patria, la independencia nacional y la soberanía, o se está con el imperialismo y sus lacayos. Como se ha hecho evidente en esta semana, la mayoría del pueblo y de los pueblos del mundo estamos con la Patria, la soberanía y la independencia nacional.

La derecha fascista y lacaya dio en este mismo lapso muestras fehacientes de su entreguismo, de su carencia de principios, de su falta de escrúpulos y de su cobardía. Toda la oposición venezolana (con una sola excepción) se alineó con el imperialismo. Sería una tragedia histórica el supuesto negado de que volvieran a hacerse del poder político en Venezuela.

Frente a esta agresiva amenaza, la más seria que ha enfrentado la Patria en revolución, tenemos que profundizar y estrechar nuestra unidad como pueblo, hoy más que nunca los intereses de la Patria y del pueblo están en primer plano, no es momento de mezquindades, individualismo y egos, es momento de cerrar filas alrededor del proyecto Socialista, Bolivariano y Chavista de independencia, democracia y justicia social; son un crimen la división y el divisionismo. Es hora de estrechar la unidad del todo el pueblo con la dirección de la Revolución liderada por el compañero Nicolás Maduro, presidente de la República. Es hora de multiplicar y fortalecer nuestra capacidad defensiva poniendo al frente la doctrina de Defensa Integral de la nación que nos legó el Comandante Supremo Hugo Chávez: Fortalecer el apresto operacional (equipamiento y entrenamiento) de las unidades de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, unión cívico militar y participación de todo el pueblo en las tareas de la defensa nacional, enmarcada en la concepción de guerra de todo el pueblo.

Nuestra victoria (ya lo ha dicho el presidente Maduro) es la paz. Nuestra tarea principal es preservar la paz, detener el guerrerismo imperialista y eso lo haremos profundizando nuestra movilización como pueblo y la denuncia permanente en todas partes, con la solidaridad de los pueblos y gobiernos del mundo que en esta semana se manifestó con fuerza y preparándonos para defender nuestro suelo, nuestra Patria, y vencer, si la bota imperialista se atreviera a pisarla.

Caracas, 15 de marzo de 2015

 

 

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