Opinión / Eduardo Piñate

7.Feb.2015 / 10:07 pm / Haga un comentario

Históricamente la burguesía venezolana ha especulado con los precios de los productos de primera necesidad, y el acaparamiento ha sido un elemento que ha favorecido la elevación de dichos precios. Ello tiene que ver con el hecho de que lo que Marx denominó la reproducción ampliada de capital, es condición indispensable para la existencia y reproducción de la clase burguesa y del capitalismo. Así, la burguesía busca siempre maximizar la ganancia como condición de su propia existencia. Para ello utilizan distintos mecanismos que permiten reducir los costos de producción, afectando básicamente el salario de los trabajadores, es decir, incrementando la explotación de la fuerza de trabajo o la extracción de plusvalía que en términos prácticos es lo mismo.

El incremento de la explotación de la clase obrera ocurre principalmente –pero no únicamente- en la esfera de la producción, es decir, reduciendo el salario de los trabajadores por la vía del aumento de la jornada laboral (algo negado hoy en casi todas las legislaciones laborales del mundo) o incrementando la intensidad del trabajo, fundamentalmente con la introducción de tecnologías que permiten elevar la productividad con menor uso de fuerza de trabajo.

La otra forma de incrementar la tasa de plusvalía ocurre en la esfera de la distribución, es decir, en el mercado por la vía de la manipulación que hace la burguesía del precio de las mercancías, bien sea por mecanismos legales o por vías fraudulentas y delictuales como la usura, la especulación y el acaparamiento, saqueando el bolsillo del pueblo. Esto es así en todas las sociedades capitalistas del mundo; por eso la burguesía carece de ética, su riqueza proviene del robo del producto del trabajo de la clase obrera y de todos los que viven de un salario.

En el caso de la Venezuela de estos tiempos maravillosos de Revolución Bolivariana, la burguesía de este país, que nunca ha sido productiva, que comenzó a destruir el aparato industrial hace 30 años, que vivió todo el siglo XX de la apropiación de la renta petrolera a través de créditos, subsidios, condonación de deudas y otros que le hacía el Estado burgués; esta burguesía, que perdió el poder político y el control de la producción de la renta petrolera al perder el control de PDVSA (aunque lucha por apropiarse de su distribución tratando de perforar el CENCOEX), a la motivación de carácter económico que explicamos brevemente, suma el interés político.

Hoy por hoy en la Venezuela Bolivariana la especulación y el acaparamiento, junto con el contrabando y el bachaqueo, no sólo están orientadas a incrementar la acumulación de capital de la burguesía, ellas forman parte de una guerra total (económica, política, psicológica, mediática) para derrocar al gobierno del Presidente Obrero Nicolás Maduro, acabar la Revolución Bolivariana y Chavista, destruir la dignidad del pueblo venezolano y eliminar el ejemplo que para los pueblos de la “Mayúscula América”, como la llamó el Che, significa la Revolución Bolivariana.

Esta burguesía parasitaria, subordinada al imperialismo y sus agentes políticos en la derecha desarrolla esa guerra (que incorpora el foquismo urbano, acciones terroristas y asesinatos selectivos) para generar descontento en la población, reducir la base social de apoyo de la revolución y retomar el poder político.

Frente a esos planes, el pueblo venezolano y su vanguardia, con el PSUV a la cabeza, unido firmemente en torno al legado de Chávez y el liderazgo de nuestro presidente Nicolás Maduro, debemos movilizarnos para combatir. Hoy tenemos las calles y toda la fortaleza política para vencer esta escalada reaccionaria.

El PSUV debe tomar la calle dirigiendo a nuestro pueblo en las tareas de fiscalización y control, de confrontación de ideas con los activistas de la derecha en las colas y en los espacios comunitarios, laborales y académicos, para desenmascarar y denunciar sus planes de violencia, orientando a nuestro pueblo con la agitación y la propaganda en la calle. Son tareas que el PSUV en sus distintos niveles, desde las patrullas y las UBCH hasta los niveles de dirección, tenemos que asumir, acompañando al gobierno revolucionario del Presidente Obrero Nicolás Maduro en las tareas para derrotar la guerra económica. Eso es ser vanguardia en este combate concreto.

Caracas, 6 de febrero de 2015

 

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