Opinión / Roberto Malaver
Se está haciendo costumbre en la oposición comenzar a cantar victorias meses antes de la celebración de las elecciones. Tienen tiempo en eso. Dicen siempre que las encuestas los dan ganadores, igual que dieron ganadores a Manuel Rosales y a Capriles Radonski, y como también pasó en la última elección donde Capriles llegó a hablar de plebiscito porque era tanta la ventaja, y allí están.
Pero el que debe decir todo esto es Arquímedes Salazar, el analista nacional e internacional que semanalmente aparece por aquí para decirnos las cosas más claras. Y le pregunto:
-¿Tiene sentido seguir contando pollos sin pollos?
-Son los mismos asesores. Vienen con ese cuento desde hace muchas elecciones atrás. Ya olvidaron que en las elecciones primarias del PSUV votaron más de tres millones cuatrocientos mil militantes, es decir, muchos más de los que votaron en las falsas primarias que montó la MUD. Olvidan muy rápido. Y hablan tratando de darle seguridad a lo que dicen pero en la calle tú no sientes ninguna emoción por esa gente. Escuchar a Tobías Bolívar hablar de cambio es un mal chiste. Igual a Ramos Allup, cómo pueden hablar de cambio si han estado en el poder desde que Rómulo Betancourt estuvo allí. Es muy lastimoso que a estas alturas haya jóvenes que todavía les crean. Y además, que ellos – Ramos y Bolívar- crean que todavía el pueblo es el mismo, se olvidan de aquello que dijo el presidente Chávez, “el país cambió para siempre”. Ya no hay la misma cantidad de analfabetos que adecos y copeyanos cuidaban para que votaron por ellos.
-Y ¿por qué lo hacen?
-Para salir a decir después, cuando nuevamente sean derrotados, que hubo fraude. Se les mira demasiado la costura. Y además, tienen a Ramos Allup allí como el defensor de los votos, y todo el mundo sabe que ese salió a buscar unas pruebas del fraude en el 2004 y todavía no las ha traído. Lo bueno es que están haciendo humorismo involuntario, es decir, cuando dicen que están ganando porque las encuestas así lo ratifican. Es mejor que sigan así y no que llamen a guarimbas, porque los familiares de más de 43 muertos en esas guarimbas están reclamando justicia, y son ellos los que tienen que responder.