Opinión / Francisco Rangel Gómez
Foto: Archivo
Por: Francisco Rangel Gómez
Este fin de semana un grupo de violentos perpetró en el centro comercial Orinokia de Puerto Ordaz a causar terror, a irrumpir la tranquilidad de cientos de personas, decidiendo por ellos a qué dedican su tiempo y sus momentos de esparcimiento. Como si fuera una obligación unirse a la violencia y a la desobediencia civil, y que vivir en paz deje de ser una opción para quienes creemos y consideramos que para disentir políticamente no hace falta arriesgar la propia vida ni la de otros, ni romper carros, ni fabricar bombas molotov o taparse la cara para salir a delinquir.
Hacen notoria la frustración de que cada día son menos quienes se suman al equipillo de los violentos que han causado pérdidas IRREPARABLES a nuestro país, porque cuando mueren ciudadanos azuzados por el oposicionismo salvaje o matan en nombre de una ideología completamente equivocada que intenta sembrar terrorismo para llegar a la fuerza al poder; la protesta pierde cualquier sentido para convertirse en una deshonra, en una afrenta a la Patria. Ya son casi 70 los fallecidos enlutando a miles de familias que además claman justicia, y así sucederá.
Tendrán que pagar todos y cada uno de los irresponsables que llaman a diario a seguir «la resistencia»… que aparecen para “la foto” porque de resto están resguardados tras las redes sociales mandando mensajes mientras los más vulnerables arriesgan todo por cumplir la misión que una cuadrilla de locos les han impuesto, algunos incluso desde afuera, desde otras latitudes llaman a la violencia y a producir la guerra.
Abandonaron el diálogo, una mano que ha tendido el Gobierno Nacional incontables veces; tampoco quieren que haya Constituyente y por ende no presentan candidatos ni candidatas que formalicen su inscripción, es evidente que también a ese proceso extraordinario donde todas y todos estaremos representados en un gran diálogo nacional, pretenden evadir; porque definitivamente la democracia no es lo que les interese.
Se refieren al Presidente Maduro como «dictador» y quienes pretenden instaurar una sola manera de pensar son ellos cuando arremeten contra quien no se sume a la violencia promovida por ese sector, intentando hacer al país improductivo cuando llaman al sector privado a paro y queman camiones con hortalizas y comida por el no acatamiento de sus «democráticas» medidas. Ésa es lamentablemente la oposición que tenemos las y los venezolanos.
Es imperante rechazar la espiral sin retorno de violencia y anarquía que pretende la ultraderecha para llegar al poder. Necesario es encaminar esta nación hacia el entendimiento y la concordia; abandonar el terrorismo y tomar consciencia que las vidas y el tiempo que se siguen perdiendo serán en vano hasta que no concertemos un sendero conjunto en el que podamos retomar el trabajo y la producción… donde debemos converger, esa es la agenda que no espera, lo impostergable, lo necesario por retomar el extraordinario país de las posibilidades que es Venezuela.
Viviremos y venceremos.
@rangelgomez