Opinión
Foto: Referencial
Por: Alcides Martínez
La salida de Venezuela de la Organización de Estados Americanos (OEA), marcará una nueva historia de dignidad y lucha de los pueblos colonizados por EEUU a través de esa Institución que solo ha servido como laboratorio para invadir, bombardear e intervenir a países que son contrarios a los intereses del imperio norteamericano.
Nos vamos de la OEA para romper de nuevo el yugo español, solo que en esta oportunidad luchamos para zafarnos del yugo del gobierno imperialista estadounidense y este sábado 27 de abril romperemos esas cadenas convertidas en grilletes que nos mantenían en zozobra por las constantes amenazas y desprecio a nuestro pueblo.
Nos vamos de la OEA con nuestra frente en alto, por la puerta grande y dejamos atrás ese antro de maldad contra los pueblos nobles. Nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez Frías, nos enseñó que Venezuela se respeta y fue él quien lo dijo sin que el pulso le temblara: “Aquí huele Azufre” y no se equivocó. Nos vamos de ese infierno.
Nos vamos de la OEA con dignidad y gallardía. A ellos, a los invasores, los dejamos con el basurero de la historia. Serán señalados por el resto de sus días porque destruyeron un Organismo que pudo hacer muchas cosas para fortalecer los países del Continente Latinoamericanos y Caribeños.
Nos vamos de la OEA con la plena seguridad y convicción que serán otros países dignos quienes sigan el ejemplo que Caracas dio y también abandonen ese barco que se hunde con sus ratas politiqueras.
Nos vamos de la OEA porque simplemente no aceptamos más humillaciones. Por respeto a nuestros antepasados, libertadores y el pueblo todo. Nos levantamos de la mesa ganando la partida porque hemos vencimos en la propia cueva del lobo. Ellos han sido derrotados y eso será su sepulcro porque Venezuela seguirá siendo el faro de luz y guía de lucha para los pueblo que buscan su liberación y autodeterminación.
Nos vamos de la OEA a recorrer las calle de Venezuela para celebrar con todo el pueblo este acontecimiento con una gran festividad. Ese día 27 de abril estaremos marchando con alegría porque abandonamos lo que pudo haber sido y nunca fue.