Opinión / Antonia Muñoz

2.Sep.2015 / 06:53 pm / Haga un comentario

LA EDUCACIÓN ES UN DERECHO HUMANO

Hay suficientes obras de gobierno de naturaleza social, cultural y de infraestructura que son testimonio indiscutible de una mejor distribución de los recursos del Estado venezolano. De hecho los indicadores del Instituto Nacional de Estadística (INE) dan cuenta que durante el mismo período de tiempo la inversión social de la IV república fue de 36 % de los ingresos, mientras que el promedio de la inversión social durante la V República es de 62 %. Una muestra de ello son los avances en relación a la inclusión o acceso de las y los venezolanos a la educación desde el nivel inicial hasta el universitario, sin olvidar la alfabetización de 1 millón y medio de compatriotas adultos que no sabían leer ni escribir. Muchos de estos alfabetizados siguieron con Robinson II y sacaron el sexto grado. Algunos llegaron incluso hasta el bachillerato. ¡Cuantos compatriotas, que desde varios años atrás por diferentes razones habían interrumpido la primaria o el bachillerato, fueron motivados por el presidente Chávez a desempolvar los libros y seguir adelante! Muchos de ellos, hoy por hoy son profesionales universitarios. ¿Que hay fallas en el sector educativo? Seguramente así será, pero cualquiera que sean éstas, podemos y debemos solucionarlas en revolución. Sin ninguna duda, para el Gobierno Bolivariano de Venezuela la educación es un derecho humano, un deber social fundamental y un servicio público (Art. 102 CRBV).

LA SALUD ES UN DERECHO SOCIAL FUNDAMENTAL

Es muy común conocer a través de los medios de comunicación y también directamente a través de los usuarios, sobre las fallas en algunos hospitales públicos. Sin embargo, con todo y esa realidad, hemos avanzado mucho con respecto a lo que encontramos en 1999. Uno de los problemas es que con mucha frecuencia nunca valoramos lo que tenemos sino que siempre nos quejamos por lo que nos hace falta. Eso es muy humano y lo entendemos, pero hoy insistimos en recordar también lo que hemos avanzado. Prohibido olvidar los miles de compatriotas que quedaron ciegos debido a un enemigo silencioso fácil de derrotar como el GLAUCOMA. Sólo aquí en Portuguesa, el 2003 – 2008 operamos casi 2000. Sólo imaginen el número a nivel nacional. En la IV, quien no disponía de dinero padecía y hasta quedaba ciego al no poder cancelar intervenciones tan sencillas como la de catarata o de terigio (carnosidad).

¿Quién no recuerda el éxodo de cientos de compatriotas para practicarse en Cuba, desde operaciones sencillas de la vista como las que se mencionaron anteriormente, hasta trasplantes de córnea, operación de corazón abierto y diversas malformaciones cardiovasculares de origen congénito o adquirido, tumores cerebrales, trasplantes de médulas. La cantidad de compatriotas que se fueron para Cuba en una silla de rueda y regresaron caminando fue numerosa. Aunque todavía hay mucho por hacer, la revolución ha invertido en especialidades donde la atención era deficitaria, como es el caso del cardiológico infantil. Ya para las y los venezolanos no es nada extraordinario acudir a una Sala de Rehabilitación Integral (SRI), Centro de Diagnóstico Integral (CDI) o Centro de Alta Tecnología (CAT) en procura de atención gratuita y esmerada. Sin embargo, es bueno preguntarse cuántos de esos centros se construyeron en la IV? ¿Que algunos han desmejorado en su funcionamiento? Puede ser, pero en estos casos, me permito recordarles a quien pueda interesar, que en Venezuela si bien es cierto que hay un Ministerio de Salud, los gobiernos regionales, locales y hasta comunales, deben apoyar diligentemente por aquello de la corresponsabilidad y de que somos un solo gobierno. No puede ser que tengamos un servicio funcionando en un calorón, mientras esperamos por la reparación o la compra de un aire acondicionado por parte del Ministerio rector de la salud.

Es posible que hayamos olvidado cuando los médicos cubanos y algunos venezolanos se fueron “barrio adentro” a dar atención esmerada en el nivel primario de salud, por iniciativa y en nombre del gobierno bolivariano. Como no había suficientes médicos y muchos ambulatorios necesitaban una refacción se decidió acudir a nuestro noble pueblo; y fue así cómo muchas familias convirtieron un área de sus viviendas en espacios donde se realizaba una atención muy personalizada y a veces a domicilio. Después vino un plan nacional de rehabilitación de ambulatorios. Quienes éramos gobernantes a nivel estadal hicimos lo propio. En una próxima etapa que comenzó en el 2006 fue que el presidente Chávez lanzó el plan de los CDI, SRI y CAT. No hay duda que hemos avanzado en salud, pero como la autocrítica ayuda a realizar correcciones, debemos escuchar las quejas de la gente e investigar, porque en muchos casos éstas son reales y tienen asidero.

La gente se queja de la atención en algunos hospitales públicos, principalmente debido a déficit crítico y recurrente de insumos y material médico quirúrgico. También en relación al déficit de médicos y enfermeras, sobre todo de especialistas. Sin embargo, no estamos de brazos cruzados desde hace años se están formando más enfermeras y Médicos de Salud Integral Comunitaria. Las fallas que tenemos en revolución la heredamos de la IV República. La ineficiencia, la indolencia y la corrupción, son vicios que debemos resolver con “más revolución dentro de la revolución”. ¡CHÁVEZ VIVE.LA LUCHA POR LA PATRIA SIGUE!

Guanare, miércoles 02 de septiembre de 2015

 

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