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Por: Earle Herrera
Correo del Orinoco / 27 de agosto, 2020
Sigue siendo rentable, pero sus dueños deben atender sus propios problemas con la justicia y rendir cuentas ante los socios por su gestión. A gusto de los compradores, se le puede cambiar el nombre o dejarle el actual, ya posicionado como marca, esto es: Club de Lima. Sus patrocinadores, EEUU y la Unión Europea, le garantizan el flujo de caja mientras Maduro siga en el poder en Venezuela. Como se sabe, México y Argentina, se salieron del club que algunos malhablados llaman cartel. El presidente de Brasil ya no gobierna. La dictadora de Bolivia es un desastre palo abajo. Igual el tránsfuga de Ecuador. Y Duque no se da abasto para atender las masacres. Los interesados deben dirigirse a la Casa Blanca. Para los primeros en llegar, habrá atractiva rebaja.