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15.Mar.2017 / 09:09 am / Haga un comentario

Foto: Ciudad CCS

Foto: Ciudad CCS

En lo que fue catalogado como un plan en defensa del pueblo ante la guerra económica, ayer fue desplegado un operativo de supervisión en las 709 panaderías de la ciudad de Caracas registradas en la Superintendencia Nacional de Gestión Agroalimentaria (Sunagro) con el denominado Plan 700.

Las acciones fueron encabezadas por el superintendente nacional para la Defensa de los Derechos Socio Económicos (Sundde), Willians Contreras, en compañía de Menry Fernández, superintendente nacional de Sunagro y el G/D Carlos Alberto Martínez, comandante de la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI) Capital 41.

Contreras explicó que se trata de un plan emprendido por el Gobierno Revolucionario por medio de sus instituciones y las instrucciones fueron claras: “Panadería donde haya cola, panadería que será cerrada”.

En ese orden explicó que “es la Sunagro, es la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), la Alcaldía de Caracas, el Gobierno de Distrito Capital (GDC), Contraloría Sanitaria, la Milicía Bolivariana, el pueblo organizado, en un esfuerzo y una ofensiva”.

En las afueras de la Panadería y Pastelería Plinio, ubicada en la avenida Sucre, Contreras indicó que el propósito del mismo es “ganar la batalla de la guerra que nos han planteado los panaderos y los actores que están detrás de la distribución del trigo panadero”.

Producción continua desde las 6:00 de la mañana, cero condicionamiento de horario y de venta son algunas de las medidas que los comisionados de protección de los derechos socieconómicos tendrán la tarea de hacer cumplir en todos los establecimientos dedicados a la producción de pan.

Para el operativo fueron acreditados 700 voceros de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) como comisionados que se encargarán de forma permanente de supervisar que se regularice la producción del rubro.

Además de eso, durante el inicio del operativo, el mismo número de supervisores de la Sundde iniciaron las labores de fiscalización para determinar las condiciones de producción de cada establecimiento y velar por que se acaten las normas establecidas.

“Nadie debe pensar que se está atacando a los panaderos, cuando nosotros llegamos a esta jornada es porque previamente se establecieron disposiciones para los molinos, se aseguró que la importación de la materia prima estuviera a punto para poder ser distribuida, se aseguró también establecer nuevas reglas para los distribuidores, los mayoristas y los intermediarios –los cuales van a ser eliminados en el tema de la distribución de la harina–”, formuló el superintendente.

En lo que significó un primer balance del operativo, luego del mediodía, Contreras informó que cerca de 21 panaderías amanecieron con las puertas cerradas, lo que se presume sea una acción de evasión del proceso fiscalizador.

“Empezamos a abrir esas panaderías y les estamos diciendo que si no aparecen sus dueños, convocamos a los CLAP, se levanta el acta correspondiente al debido proceso y esa panadería se la vamos a entregar a la comunidad”, aseguró.

Preparativos del pan

Si bien la llegada de los fiscales y los comisionados se hizo en forma paulatina durante el transcurso de la mañana, dependiendo de la ubicación del comercio, las acciones iniciaron a tempranas horas en los espacios del Parque Los Caobos.

Un gran contingente de hombres y mujeres se apostaron desde las 6:00 am para disponer los últimos detalles del trabajo que emprenderían. Los mismos fueron organizados en cinco grupos correspondientes a igual número de circuitos bajo los cuales se agrupan las 22 parroquias del municipio Libertador.

Fue allí donde el superintendente enumeró los pasos previos realizados en pro de garantizar el éxito del operativo.

“Esto es producto de una curva de aprendizaje de la revisión que hicimos desde el año pasado del funcionamiento de las panaderías. Se hizo en primera instancia un ejercicio de identificación de aquellos espacios donde se encontraran las situaciones más críticas, las colas, el condicionamiento de venta, la producción fuera de horario”.

Agregó que, posteriormente, fueron seleccionadas 32 panaderías de esos casos en Caracas, “y las estudiamos a lo largo de aproximadamente un mes. Comportamiento, frecuencia de recepción de la materia prima, condiciones de atención al cliente, los obstáculos, funcionamiento y estructura de costo fueron los aspectos cruciales abordados”.

Luego de eso fue diseñado un instructivo –explicó la autoridad de supervisión– que establece las pautas de funcionamiento de las panaderías para evitar las situaciones que están hasta ahora perjudicando la adquisición del producto por parte de la ciudadanía.

“El hecho de que haya un solo cajero en un establecimiento donde hay 200 personas en cola, que no se produzca pan en la noche para garantizar la venta temprana el siguiente día, son situaciones que obstaculizan el normal funcionamiento de una panadería”, comentó.

¿Cuánto pan puede producir un establecimiento?, ¿con qué frecuencia?, son algunas de las interrogantes que cualquier ciudadano común se hace al no entender por qué han convertido en hábito hacer una cola para adquirir el pan.

La respuesta dada por la mayoría de los comerciantes es la falta de materia prima y capacidad de producción, relacionado esto con la cantidad de pan que se puede elaborar en un determinado espacio.

El trabajo emprendido contempló en este sentido determinar la capacidad de almacenamiento, entendido esto como la cantidad de materia prima que puede reservar un comercio, lo que a su vez permite determinar la frecuencia de distribución–, y la capacidad de amasado, horneado y por ende de producción que ese establecimiento tiene tomando en cuenta la cantidad de personal, máquinas, hornos, entre otros que posee.

Contreras explicó que una de las irregularidades frecuentes que condicionan la imposición de horarios para la venta del pan es el hecho de que los comerciantes no dejan una cantidad necesaria del producto amasado y preparado para el horneado en las primeras horas de la mañana.

“El proceso completo de preparación del pan dura un poco menos de tres horas, eso hace que el primer pan esté listo de las 11:00 a 12:00 m. Con respecto a esto, los fiscales y los comisionados están en la obligación de velar porque ese comerciante deje el producto preparado el día anterior para que, iniciada la jornada a las 6:00 am, se garantice que antes de las 7:00 am ya haya pan para la venta”, dijo.

Producción 90/10

“El 90% de un saco de harina panadera, que pesa 45 kilos, debe ser utilizado para los fines de este plan para la preparación de pan canilla y pan francés”, sentenció el superintendente.

También se velará porque el peso de la canilla sea de mínimo 180 gramos, dado “que son constantes las denuncias y así ha sido constatado, muchos comerciantes estaban elaborando una presentación de canilla muy por debajo del peso establecido”.

Agregó que la alteración del tamaño del pan está tipificado como un delito en la Ley Orgánica de Precios Justos, denominado alteración fraudulenta del producto.

El protocolo que debe hacer el personal actuante es realizar una toma de inventario al inicio y al momento del cierre, con el fin de asegurar de que no haya desvío de la materia prima, “si llegara un saco, cuántos te llegaron y por qué te llegaron”.

Todos estos mecanismos corresponden al instructivo discutido “con el Estado Mayor de Caracas, con el compañero Jorge Rodríguez, con la compañera Carolina Cestari, el general (José Adelino) Ornela, el ministro Aristóbulo Istúriz, quien asumió el liderazgo de este plan, entre otras cosas por la incorporación de las panaderías comunales, panaderías que están asociadas a los consejos comunales”, añadió.

¿Qué significa un comisionado de los derechos socioeconómicos?

Gracias al aprendizaje recibido después de los últimos operativos emprendidos por la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socio Económicos, indicó Contreras, se dejaron definidas las funciones de los comisionados de protección.

“No se trata de una persona encargada de cuidar una cola, no se trata de acompañar una cola o justificar la presencia de una cola. Porque nosotros no podemos justificar que haya en un establecimiento que tiene harina, que tiene materia prima y haya una cola para poder adquirir el producto”, argumentó.

Manifestó que el objetivo de este plan es que no haya cola. No es esconder la cola ni disfrazar. A eso agregó que, después de los pasados operativos, se hacía el trabajo, y después que pasaba el operativo, las panaderías seguían haciendo lo mismo. A partir de ello fue contundente al asegurar que la presencia de los comisionados tiene carácter permanente.

“Además de eso, esos compañeros no están solos, pues están organizados en quintetos asociados a los CLAP, sumados a ese cuerpo de compañeros organizamos los 709 compañeros que se apostaron aquí el día de hoy de la Sundde, con el apoyo de personal de Sunagro y FANB para hacer el acompañamiento”.

Boicot se paga con cárcel 

Las causas por las cuales se considera el cierre son: “Panadería que no esté en producción continua, que esté condicionando la venta, que esté especulando con el pan, que no tenga las condiciones de salubridad requeridas, que esté recibiendo más harina de lo que necesita, que esté desviando productos, o sea, incurra en todos los ilícitos que establece la ley en sus artículos 57, 42, 60, 61, 62, los vamos a calificar como boicot, y el boicot está penado con cárcel”.

Se hará entonces luego una ocupación temporal de esas panaderías para entregárselas al pueblo para que las asuma y “allí donde haya un conjunto de delitos, nosotros tenemos que detener a esas personas”, indicó.

Cero tolerancia es la principal premisa que impera en el operativo bajo el cual también se considerará la desigualdad en la distribución de la harina por parte de las distribuidoras, lo cual se ha prestado para que algunos panaderos le revendan la harina a otros.

“No es la producción del pan, aquí el problema es hacer Patria. Nosotros estamos en la batalla por garantizar el pan nuestro de cada día a nuestro pueblo”, culminó el superintendente minutos atrás, antes de dar inicio al despliegue.

Agregó: “Si este plan nos da el resultado que esperamos, vamos a dejar a una persona de forma permanente para asegurar que los correctivos que se tengan que aplicar funcionen correctamente”.

Primeros comercios abordados

“Esta panadería abusa del pueblo, las colas son kilométricas, a las 7:00 de la mañana sacan pan a la venta, muy poco para la cantidad de personas y de allí no vuelven a sacar más. Maltratan al usuario, le hablan mal. Me parece muy bien que hayan hecho este proceso de fiscalización para que no sigan perjudicando al pueblo”, fueron las palabras de Marlene Reyes al observar la medida tomada contra Inversiones Rol 2025, ubicada frente al liceo Fermín Toro de El Silencio.

Este establecimiento no presentó los documentos requeridos por los fiscales, no tenía pan a la venta, poseía además 326 sacos de harina panadera en sus almacenes. Sus trabajadores mostraron un comportamiento hostil ante la presencia de la autoridad.

De allí, el equipo se dirigió a la Panadería Mis Tías C.A. ubicada en Camino Nuevo, en El Silencio, donde se asignó un fiscal para iniciar el proceso.

Un gran número de ciudadanos se apostaron en las afueras de la Panadería La Catedral del Pan, en la avenida Baralt, para manifestar las múltiples faltas en las que este y otros comercios incurren en contra del consumidor.

“Compro pan todos los días, pero lo que pasa con las panaderías es que no venden pan. Resulta que la harina que le vende el Gobierno subsidiada la convierten en un negocio rentable por medio de la venta de otros productos y el venezolano no consigue el pan tradicional y, si lo consigue, es a precios de estafa”, dijo José Randolf.

Junto a él, Luis González, habitante de la parroquia Catedral, pidió al Gobierno “mano dura”.

El procedimiento avanzó y las medidas fueron establecidas de forma tajante. “Producción continua. Pan canilla y francés, eso es lo único que ustedes tienen que elaborar. 90% de la materia para eso y el resto para lo que usted quiera”, sentenció Contreras.

“Yo fui a hacer la cola, una persona de la panadería repartió los números, pasaron 20 minutos y nada. Le pregunto y me dice que falta como hora y media para vender el pan. ¡Entonces, no es posible que jueguen y pongan a las personas a pasar trabajo! Nos ponen a hacer colas por horas para poder vender el pan”, expresó Humberto Solano en nombre de miles que a diario viven la misma realidad.

Ciudad CCS

 

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