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8.Mar.2015 / 11:08 am / Haga un comentario

Foto: Archivo

Con boinas rojas y convencidas de hacer una revolución para alcanzar las conquistas y reivindicaciones del género, en 1994 nació el Movimiento 8 de Marzo en una barriada del municipio Francisco Linares Alcántara, en el estado Aragua, en la región central del país.

Este movimiento popular, que surgió en la clandestinidad durante el gobierno de Rafael Caldera (1994-1999), en la cuarta república, fue la génesis de la organización popular de mujeres en la entidad aragüeña, a la luz del Movimiento Bolivariano Revolucionario (MBR-200), que dirigió el comandante Hugo Chávez y que sirvió de plataforma para la rebelión cívico militar del 4 de febrero de 1992 y posterior lucha política que lo llevo a la Presidencia en 1999.

Mireya Vásquez, fundadora del Movimiento 8 de Marzo, cuenta que la organización nació con 40 mujeres que fueron juramentadas por el propio Chávez, en el barrio Francisco de Miranda, donde nació la primera columna de revolucionarias del país.

Recuerda que en ese acto, el líder socialista se declaró feminista y juró hacer una revolución por la reivindicación y la igualdad de género. Años más tarde, al llegar al poder, promovió políticas sociales dirigidas a las mujeres como cabezas de familia, que se concretaron con la creación del Banco del Pueblo Soberano, de la Misión Madres del Barrio y otros programas.

«Con esas 40 mujeres arrancamos el trabajo social y político en Aragua, donde echó raíces el movimiento, y luego se expandió por todo el país, fortalecido por la Revolución Bolivariana, que aún continua dignificando a las venezolanas y dándole el papel protagónico que merecen», expresó.

En 1999, una vez que Chávez asumió el poder, una comisión del Movimiento 8 de Marzo se trasladó desde Maracay hasta el Palacio de Miraflores, en Caracas, donde entregó una serie de propuestas al Ejecutivo Nacional en materia social, de salud, educación y producción local.

«En Miraflores fuimos atendidas y orientadas por el equipo de trabajo del comandante. Llevamos una cantidad de carpetas. Solo había un proyecto, el resto eran propuestas. Ahí estuvimos durante tres días. Los oficiales de la Sala de Asuntos Sociales de Palacio, dirigida en ese momento por el coronel Ángel Valbuena, nos orientaron en cuanto a la elaboración de los proyectos», refiere Vásquez.

Posteriormente, ese grupo de mujeres aragüeñas recibió la visita de una comisión presidencial en la comunidad de Piñonal, en Maracay. «Ahí nos enseñaron a elaborar los proyectos, y el Banco del Pueblo Soberano comenzó a aprobarlos. Así fue como comenzaron a llegar los primeros taxis financiados para la comunidad, se instaló la primera botica en Maracay y nos aprobaron microcréditos para proyectos socioproductivos en el área textil, de alimentos y artesanía», contó.

Vásquez, artesana de profesión y revolucionaria de corazón, afirma que Chávez fue quien despertó esa iniciativa que se inició como un comité de damas y luego se transformó en un movimiento revolucionario que dio paso a la reivindicación de la mujer como pilar fundamental de la familia y la sociedad.

La lucha por la igualdad y la equidad de género, que surgió en la clandestinidad en los años 90, al fragor de la organización popular, permitió que hoy en las universidades del país se imparta formación académica en materia de género.

La secretaria de la Mujer e Igualdad de Género en Aragua, Maigualida Gutiérrez, destacó que la formación de género, que en los años 90 se hacía en la clandestinidad por la persecución de los gobiernos de la cuarta república, hoy es un derecho constitucional adquirido por los venezolanos en revolución, y un deber en las universidades del país impartirlo.

En este contexto Aragua es vanguardia porque es el primer estado en firmar convenios con tres universidades para establecer la cátedra libre de género como parte de la formación académica, bajo el concepto de la pedagogía emancipadora y andragógica para elevar la conciencia en los estudiantes y docentes, además de socializarlo con las comunidades organizadas que hacen vida en las cercanías de las casas de estudio.

La Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (Unes) es una de las instituciones que suscribió el acuerdo formativo en materia de género con la Gobernación de Aragua, al igual que la Universidad Politécnica Territorial de Aragua Luis Brito Figueroa, ubicada en La Victoria y Maracay.

Gutiérrez explicó que también impulsarán estos convenios con las universidades Experimental Simón Rodríguez, Bolivariana de Venezuela (UBV) y Nacional Experimental de la Fuerza Armada (Unefa), para desarrollar el contenido programático de la cátedra de género, a fin de visibilizar la igualdad y la equidad en esos centros que tienen núcleos en la entidad aragüeña.

Esta formación va acompañada del conocimiento popular de luchadoras sociales como Mireya Vásquez, articuladas con los más de 60 movimientos adscritos al Consejo Patriótico de Mujeres, como plataforma organizativa de las aragüeñas en los 18 municipios del estado.

Es así como desde Aragua, cuna de la Revolución Bolivariana, se sigue impulsando la revolución feminista que juró hacer el comandante Chávez y hoy es una realidad, que se suma a la celebración del Día Internacional de la Mujer este 8 de marzo, fecha en la que se conmemoraran las luchas de la mujer por la igualdad.

AVN

 

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