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7.Jul.2023 / 06:06 pm / Haga un comentario

Foto: Referencial

Para el presidente Hugo Chávez, la Organización de Estados Americanos (OEA) era un organismo que servía a los «intereses de la supremacía y del capitalismo en el continente» y este pensamiento sigue vigente. Ha sido un espacio de dominación imperial que promueve la alienación de los gobiernos de derecha en la región, tutelados por EEUU.

Desde que el presidente Chávez ganó la presidencia de Venezuela, la OEA ha sido la herramienta diplomática que usa el gobierno estadounidense para realizar actividades injerencistas en contra de nuestra patria.

Vale la pena recordar las actuaciones del entonces secretario de esa organización José Miguel Insulza, quien en una entrevista concedida al Diario El País en 2014, desde su investidura se refirió en varias oportunidades sobre Venezuela como un país “al borde de la democracia”, sin tomar en cuenta las veces que nuestro presidente llamó a la unidad y al diálogo con el sector opositor.

Fue notorio el descontento y parcialización del secretario Insulza cuando en 2011 en una entrevista realizada por BBC News en ocasión del otorgamiento, al presidente Chávez, de una Ley Habilitante por parte de la Asamblea Nacional, presagió un “cambio en las relaciones diplomáticas con Venezuela, ya que es una facultad especial, es completamente contraria a la Carta Democrática Interamericana”, declaró el entonces secretario de la OEA.

En el año 2017, una vez que Venezuela solicitó su retiro de la organización, el periodista Franco Vielma en un artículo llamado Seis Claves sobre el retiro de Venezuela de la OEA, publicado en el portal de Misión Verdad, detalló el comportamiento parcializado que se ha mantenido con el actual secretario Luis Almagro, quien abiertamente ha llamado a un golpe de Estado, la insurrección de civiles y total apoyo a las restricciones unilaterales impuestas por EE.UU.

Mientras ocurrían los lapsos para hacer efectivo nuestro retiro de la organización, en enero de 2019 en una reunión extraordinaria, la OEA presentó una declaración expuesta por la delegación de Argentina e impulsada por EEUU en la que se  pretendía que los países miembros reconocieran como presidente de Venezuela al diputado opositor Juan Guaidó, quien se autoproclamó en un acto inconstitucional y nulo.

Ya en el año 2019, cuando finalmente se cumplieron los lapsos para el retiro oficial de nuestro país de la OEA, el entonces presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello, declaró que “con la llegada de Luis Almagro a la secretaría general de la Organización de Estados Americanos y la complicidad de algunos gobiernos lacayos, el organismo regional se convirtió en un instrumento utilizado por el imperialismo para promover la guerra”, señaló y agregó que “nos enfrentamos al imperio más poderoso y genocida de la humanidad, la historia recogerá la batalla que está dando el pueblo como una de las más grandes de Venezuela, solo comparable con las guerras de independencia”.

Por su parte, el presidente Nicolás Maduro recalcó en ese momento que “el discurso de los gobiernos que conforman la OEA promoviendo una supuesta ayuda humanitaria que lo que busca es presionar una intervención en Venezuela, luego que el mismo EEUU ha impuesto sanciones económicas contra nuestra nación”.

El impulso que el presidente Chávez dio a la integración latinoamericana nos dejó claro, a los venezolanos, el camino a seguir como región. Ya vimos como que el presidente de Brasil, en días anteriores asumió un encuentro con los mandatarios latinoamericanos para establecernos como un bloque de poder, y en esa misma línea de trabajo, la última semana del mes de junio de los corrientes se realizaron en nuestro país reuniones con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Comunidad del Caribe (CARICOM) para diseñar una agenda de prioridades que derive en la creación del Centro Latinoamericano y Caribeño de Investigaciones Aplicadas de Ciencia y Tecnología y celebrar el Simposio sobre los logros y desafíos de la unión caribeña, liderado por el Primer Ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, además de reuniones políticas y conferencias sobre las reparaciones a los Pueblos por el colonialismo y la esclavitud.

En el evento de la creación del Centro Latinoamericano y Caribeño de Investigaciones Aplicadas de Ciencia y Tecnología de la CELAC, el presidente Nicolás Maduro resaltó la necesidad de unificar las propuestas políticas de América Latina y el Caribe en función de que tenga impacto en la vida social y económica de los Pueblos, «la ciencia y la tecnología aplicada deben estar al frente de la búsqueda de soluciones a los ingentes problemas surgidos del cambio climático, las afectaciones diversas que hay para la agricultura y la salud», afirmó en su intervención.

En ese encuentro se discutieron en mesas de trabajo siete áreas de interés regional cómo Alimentación Sostenible/Sustentabilidad Alimentaria, Salud/Enfermedades transmisibles y no transmisibles. También sobre Capacidades Espaciales y Mitigación y adaptación de la crisis climática, es un espacio que se creó para impulsar la actividad científica regional debatiendo y consolidando posibles soluciones y respuestas a problemas en común.

Paralelamente, se realizó la Semana del Caribe en Venezuela, a propósito de celebrar los 50 años de creación de la CARICOM en la que participaron invitados internacionales de la región y Embajadores de los países del Caribe en nuestro país quienes abordaron temas de interés común y fortalecieron los lazos de unidad e integración, en concordancia con la visión estratégica y solidaria del Comandante Chávez. En el encuentro se dialogó sobre el problema de las medidas coercitivas que los EEUU impuso a Venezuela de forma ilegal, y el Gobierno Bolivariano logró que la CARICOM entienda y comparta esta visión, uniendo sus voces para el cese de este bloqueo.

Aun cuando los organismos e instituciones internacionales prefieren mantener un discurso sobre la integración latinoamericana referida únicamente al establecer relaciones comerciales, en una concepción bolivariana, sería minimizarlo solo a un espacio; desde una visión más amplia lo vieron Bolívar y Martí, cuando explicaron la necesidad de la unión de los Pueblos para alcanzar la verdadera emancipación, garantizar mediante ella la protección y amparo de la región y enfrentar el ascendente interés norteamericano de instalarse y posesionarse de esta zona, supone entonces, tener claro el pensamiento político revolucionario e independentista, cuya lógica se deriva de una concepción ético-humanista del mundo que defienda y proteja nuestros haceres culturales como parte de la libertad y la soberanía.

Con el Mazo Dando

 

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