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17.Mar.2016 / 11:03 am / Haga un comentario

Lula Da Silva

Foto: AVN

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva asumirá este jueves las riendas del Ministerio de la Casa Civil (jefe de Gabinete) en Brasil, tras ser designado el miércoles por la presidenta de la nación suramericana, Dilma Rousseff.

El líder obrero y presidente de Brasil entre 2003 y 2010 asumirá esta responsabilidad en medio de la operación política que intenta vincularlo al caso de corrupción en Petrobras, con el propósito de impedir que se postule a presidencia en 2018.

La juramentación se realizará en el Palacio del Planalto, sede de la presidencia de Brasil, reseña Telesur en su sitio web.

El Ministerio de la Casa Civil es el más importante del Ejecutivo brasileño, así como el de mayor confianza. Lula da Silva sustituirá a Jaques Wagner, quien estará al frente de una secretaría ejecutiva y asumirá las estrategias políticas del Gobierno de Rousseff.

El intelectual brasileño, Emir Sader, valoró la designación de Lula y dijo que esta acción fortalecerá el gobierno de la presidenta Rousseff, a quien también se intenta vincular con el caso Petrobras como parte de la operación política cuyo propósito es defenestrar al gobierno progresista de Brasil.

En un artículo titulado ¿Por qué Lula formará parte del Gobierno de Dilma? Sader explica que «la razón fundamental para que Lula acepte la invitación (a ser ministro) es la de fortalecer al Gobierno de Dilma Rousseff».

Señala que Lula, con su gran capacidad política, «mediará con el Partido de los Trabajadores, con la izquierda en su conjunto y con los movimientos sociales. Además, pondrá voz al Gobierno en los medios de comunicación y en los discursos públicos».

Tanto Rousseff como Da Silva enfrentan actualmente una campaña de desprestigio por parte de sectores opositores que los acusan de ser responsables del fraude masivo en Petrobras.

Por ello, sobre Dilma pesa la posibilidad del impeachment con el cual se le intenta destituir por la vía del congreso, como ocurrió con el ex presidente de Paraguay, Fernando Lugo.

Por su parte, Lula fue objeto de una detención arbitraria el pasado 4 de marzo, cuando al menos 200 efectivos de la Policía Federal de Brasil allanaron su casa, la de uno de sus hijos y la sede del instituto que lleva su nombre.

Esta operación se desarrolló a pesar de que el Tribunal Supremo Federal (TSF) de esta nación había emitido una sentencia en la que descartó la necesidad de llamar a Lula a declarar por el caso Petrobras, ante la presentación, por parte de su defensa, de un escrito con las alegaciones en torno a la investigación en la que había sido implicado.

Luego, el Ministerio Público de Brasil dictó una medida de privación de libertad contra el expresidente por supuestos manejos irregulares.

El líder obrero, y una de las figuras políticas más importantes del Brasil, encaró las denuncias y el pasado 4 de marzo, rodeado de militantes del PT, retó a quienes siguen la causa judicial a conseguir un sólo real (moneda local) que haya sido labrado de manera ilícita.

La persecución contra Lula ha sido condenada por líderes políticos del mundo, entre ellos el presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien señaló que esta operación es «una estrategia para destrozar la reputación (de Lula), es la judicialización de la política», aseveró.

Con la designación de Lula, su causa seguirá abierta y pasará a manos del Supremo Tribunal Federal.

AVN

 

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