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“Reconozcamos en el General en Jefe, Jacinto Pérez Arcay, el gran constructor de la idelogogía Bolivariana del siglo XXI”, expresó el Presidente Nicolás Maduro durante la Capilla Ardiente del alto oficial que fue maestro del Comandante Hugo Chávez.
Con palabras efusivas y personales, el Jefe de Estado consideró a Pérez Arcay como un hombre de ideales, compromiso y valores, lealtad, disciplinado, estudioso, trabajador, de gran veracidad con sus postulados y creencias. Un gigante.
Recordó que en su juventud, en las décadas de 1960, aquel joven oficial estaba al lado de Hugo Trejo, el coronel de la dignidad que se alzó contra la represión de la democracia puntofijista.
“Coronel de la dignidad, luego mancillado, perseguido y olvidado por aquella otrora IV República de inmoralidad, arbitrariedad y represión, donde se desnaturalizó absolutamente el papel de los militares en la sociedad venezolana”, denunció.
Dijo que, con paciencia, Arcay logró mantener la dignidad y sus valores y recibió a generaciones de oficiales en las academias militares en los años posteriores, en especial la generación que encabezó Hugo Chávez Frías.
“Se convirtió en maestro de aquel joven inquieto, rebelde, alegre, aquel cadete Hugo Chávez Frías que encontraría su camino entre los pasillos de esta histórica y legendaria Academia Militar del Ejército”, rememoró.
“Desde aquel momento se convirtió en maestro de lo que sería la generación de militares que resucitó a toda una Patria con un proyecto, una idea, una bandera: Bolívar, presente, siempre presente”, recalcó el jefe de Estado.
Sentimientos de admiración, cariño y respeto manifestó el mandatario nacional al legendario militar que sembró su vida este lunes 20 de septiembre.
“Él estuvo en todos los espacios de nuestro querido Ejército, acompañando las causas justas con la doctrina del Padre Libertador”, acotó.
“Cuando uno estudia y reflexiona sobre su vida queda maravillado por la forma temprana y la manera consecuente con que conoció, interpretó y se casó con las ideas del Padre Libertador”, agregó
Relató la anécdota de la cruz que usó Chávez tras regresar triunfante de la oscuridad, al ser rescatado por el pueblo tras el golpe que lo derrocó el 11 de abril de 2002, y que blandió para perdonar a los golpistas en la noche del 13 y la madrugada del 14 de abril.
El Comandante se aferró al Mesías porque es un Cristo que bendice a los humildes, y ese Cristo que blandió Chávez en aquellas horas históricas era el crucifijo de Pérez Arcay.
“Forma parte del legado moral, Pérez Arcay se convirtió en maestros de todos y todas”.
“Creo en buena parte que en ese carácter inédito se fusionan los valores del Cristo histórico, del pueblo libertador con los valores de la resistencia indígena, las fuerzas de nuestros negros, de los libertadores y libertadoras, esa fusión maravillosa que nos llena de orgullo patrio, que forma parte de esta ideología de bolivarianismo del siglo XXI, del chavismo; creo que es un constructo amalgamado por el sentimiento profundo, cristiano y pensamiento abarcador de todas las épocas y todas las historias, de ese caudal creciente de la vida de Venezuela por los siglos de los siglos”.
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