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El reciente ataque al Hospital Materno Infantil Hugo Chávez promovida por sectores opositores violentos que han creado un clima de desestabilización en Venezuela en los últimos días constituye una violación humanitaria, tal como se ha observado en otros escenarios de guerra mundiales.
El Hospital Materno Infantil fue atacado por grupos de ultraderecha que desde las 9 de la noche del viernes 21 de abril se apostaron frente a esta institución hospitalaria, quemando basura, lanzando piedras y bombas molotov causando graves daños materiales y agravios a más de 54 niños recién nacidos, madres, familiares y personal hospitalario que fueron evacuados y enviados a otros centros de salud de Caracas.
La denuncia fue realizada por la directora del Materno Infantil, doctora Rosalinda Prieto, quien reportó que el ataque duró tres horas y que se habían presentado casos como el de una parturienta que tuvo que dar a luz en un baño para aislarla de la situación de violencia que se presentaba en ese momento, según reportaron diarios nacionales.
La exhortación del Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) sobre este hecho se presentó de manera inmediata e indicaba que se respetara el derecho a la vida y se preserven los centros de salud, escuelas y cualquier lugar de atención de niños, niñas, adolescentes y otros grupos vulnerables,
ya que se trata de espacios donde debe prevalecer el respeto al derecho humanitario.
En favor de ese respeto por la condición humana sobretodo de grupos vulnerables, también organismos internacionales como la Organización Mundial para la Salud (OMS), han advertido que los centros de salud no pueden ser blanco deliberado de ataques en circunstancias de conflicto y que tales hechos solo han sido práctica de guerras fomentadas por gobiernos que violan el derecho internacional.
Tal es el caso, del ataque contra c inco hospitales en Siria por parte de fuerzas bélicas estadounidenses en noviembre de 2016, donde dos personas fallecieron y 19 resultaron heridas, entre ellas, seis médicos. La OMS reportaba en ese año se han registrado 126 ataques de este tipo en todo el país.
Destacan que los dos hospitales de Idleb ofrecían cerca de 10 000 consultas por mes y practicaban más de 200 operaciones y 600 partos. Uno de los hospitales era un centro de derivación de casos, especializado en atención obstétrica general de emergencia. Por otra parte, el ataque a un dispensario móvil en la región de Jishr-Ash-Shugur de Idleb restringe a más de 3500 pacientes del acceso a los servicios de salud.
La petición de estos organismos internacionales reitera el respeto a la seguridad de los pacientes, personal de los centros de salud, así como preservar los suministros médicos, que constituyen material esencial para salvar vidas.
La Organización de Naciones Unidas igualmente se ha pronunciado sobre esta agresión a centros de salud en el mundo y las ha catalogado como un “crimen”, además de cuestionar que sean tácticas de guerra deliberadas ejecutadas por grupo terroristas que violan abiertamente el derecho internacional humanitario.
VTV