El año pasado cuando iniciamos unas “pasantías” en Guárico para trabajar con el camarada Rodríguez Chacín en el área agropecuaria, una de las primeras tareas que emprendimos fue recorrer el estado, municipio por municipio, realizando asambleas participativas para oír de boca de los propios productores dónde le apretaba el zapato, que equivale a saber, cuáles eran los factores que según su opinión frenaban la producción agropecuaria en sus predios; y en consecuencia en el estado. Ya para finales de abril 2013 se tramitó ante FONDAS y BAV el financiamiento de la siembra de más de 10 mil hectáreas de pasto, ya que muchos productores pequeños y medianos en Guárico, todavía producen carne y leche contando con los forrajes nativos que le ofrece la sabana.

Por razones que no vienen al caso, no pudimos lograr toda la siembra planificada; sin embargo, volvimos a recorrer el estado dictando una charla que titulamos: ¿Cómo ser eficientes produciendo carne y leche? La primera regla de oro es: sembrar y manejar racionalmente los pastos, porque representan el alimento más barato para producir carne y leche. Como cualquier forraje que sembremos crece normalmente durante la época lluviosa, pero poco o nada durante los meses de sequía, la segunda recomendación estrella es: SER PREVISIVO Y PREPARARSE PARA EL VERANO. De no atenderse esta elemental recomendación, la producción de carne y leche en Venezuela estará condenada a los vaivenes del ping-pong: aceptable o buena producción en los meses lluviosos y mínima producción e incluso muerte de animales durante los meses seco. Aprovisionarse de forraje de la forma que sea más conveniente a cada estado o sector, es la única forma de evitar que los rebaños desmejoren sus condiciones físicas, disminuyan el % de preñez y la producción de leche. Si alguien conoce otra vía, que lo diga y demuestre en la práctica que funciona.

Para solucionar un problema, el primer paso que debe darse es reconocer que el mismo existe. Así que no sigamos todos los años recibiendo al verano con sorpresa. Aceptemos o entendamos que en Venezuela existe una estación lluviosa y otra seca, aunque ya no estén tan claramente definidas debido a los cambios climáticos. Si esto no lo entendemos será por cabeza dura o por cómodos. Probablemente resulta mejor quejarnos y echarle la culpa al gobierno. Lamentablemente, es más difícil entender y aceptar que como parte de los cambios climáticos producidos por nosotros mismos, de vez en cuando el verano llegará acompañado de “un niño” muy travieso que acorta el período lluvioso; y por lo tanto, alarga el seco y ardiente verano. Perdonen la odiosa comparación, pero en los países donde en el invierno los pastizales se cubren de nieve, antes de que esto ocurra, los ganaderos se aprovisionan con heno (pasto seco) y silaje o ensilaje (pasto fermentado) para alimentar sus rebaños y seguir produciendo carne y leche.

En Venezuela podemos hacer lo mismo que hacen los países que tienen cuatro estaciones, y algo más. Como no tenemos el problema de los suelos cubiertos de nieve ni temperaturas que frenen el crecimiento de los forrajes, podemos sembrar pasto de corte o caña bajo riego. A todas las anteriores alternativas le podemos agregar la utilización de la soca de maíz, sorgo o arroz, cosechada directamente por los animales o por henificadoras que la convierten en rollos o pacas. Adicionalmente, podemos fabricar bloques nutricionales como suplemento mineral, energético y proteico, usando, entre otras materias primas, desechos de cereales (maíz, sorgo, arroz), melaza y úrea; todos estos materiales producidos en el país. La suplementación mineral de los animales en el verano es casi obligatoria. Como en verano a veces los animales se mueren de sed o atascados en las lagunas, también hay que tomar las previsiones para la provisión de agua a los rebaños.

Le ofrecemos disculpas a nuestros lectores por un artículo tan técnico y llenos de detalles, pero el mismo está dirigido tanto a los entes del Estado que toman las decisiones como a los personeros de la oposición que hace rato están culpando al gobierno Bolivariano por la falta de alimento para los rebaños y muerte de algunos animales debido a la prolongada sequía. A todos quiero decirle que la mayor responsabilidad de tomar las previsiones para el verano es de las y los ganaderos. Tenemos que comenzar a controlar el paternalismo que no nos deja madurar, tenemos que pensar en ir creciendo para ver si nos destetamos de papá Estado. Sin embargo, hay responsabilidad compartida (corresponsabilidad). El Estado tiene que definir políticas claras. Por ejemplo, no se puede pensar en un plan lechero sin primero asegurarse que quienes van a recibir los semovientes tienen como alimentarlos en la estación lluviosa y que saben que el verano existe. Los entes financieros deben entender que los créditos de pasto se deben aprobar antes de que comiencen las lluvias para poder sembrar en la misma época que se siembra el maíz. También deben entender que es prioritario financiar pequeños sistemas de riego y perforación de pozos, antes que financiar un embarcadero, por ejemplo. El que no sepa que oiga para que aprenda!

Finalmente, a mediano y largo plazo, parte de la preparación para el verano incluye: proteger y reforestar las nacientes o cuencas altas de todos los ríos que surcan cada estado. Adicionalmente, hay que evitar la quema y la deforestación, sobre todo en los terrenos pendientes, para que la vegetación sirva de amortiguación a las lluvias, y de tiempo a que el agua pueda penetrar en el suelo y se pierda la menor cantidad del preciado líquido por escorrentía, que muchas veces en su acelerado recorrido va erosionando los suelos, arrastrando sedimentos hacia los ríos y represas; y causando serias inundaciones.  ¡CHÁVEZ VIVE, LA LUCHA POR LA PATRIA SIGUE!

Calabozo, miércoles 16 de julio de 2014.