Opinión / Antonia Muñoz
Decidimos abundar sobre el artículo 32 de la Ley Orgánica de Precios Justos (LOPJ), porque los principales emisarios de la ley, son los primeros en usar un lenguaje que indica que todo tipo de actividad económica tiene el derecho a obtener 30 % de ganancia, el cual es el MARGEN MÁXIMO que permite la ley en comento. Como la palabra tiene poder, más aún, si en el caso que nos ocupa la utilizan los funcionarios de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socio Económicos (SUNDDE), recomendamos que las autoridades cuiden lo que dicen; sobre todo si es a través de un medio de comunicación como la televisión que se escucha y se ve.
A continuación transcribimos textualmente el artículo 32 de la LOPJ: “El margen máximo de ganancia será establecido anualmente, atendiendo criterios científicos, por la SUNDDE, tomando en consideración las recomendaciones emanadas de los Ministerios del Poder Popular con competencia en las materias de Comercio, Industrias y Finanzas. En ningún caso, el margen de ganancia de cada actor de la cadena de comercialización excederá de 30 puntos porcentuales de la estructura de costo del bien o servicio…”. Lean y analicen lo que aquí se transcribe y el resto del artículo 32 y comprenderán por qué el llamado de atención.
¿Creen Uds. que sería justo que los ganaderos que hacen queso blanco llanero producido con la leche de sus propias vacas tengan el mismo margen de ganancia que “los caveros” (léase intermediarios), que le compran el queso a las y los pequeños ganaderos? El ejemplo es válido para las hortalizas, para el pescado o el ganado en pie. Por supuesto que la respuesta es un categórico y rotundo NO. En el caso del ganadero, tiene que mantener la vaca en forma (alimentación, vacunación, desparasitación). El ganadero es quien se sacrifica con el ordeño, en el sentido de los madrugonazos diarios, incluidos los días de: navidad, año nuevo, batalla de Carabobo, independencia, día del trabajador; porque las vacas no guardan los días de fiestas ni agarran puente.
El ganadero cada día tiene que hacer el queso para el cual se requiere sal, cuajo y mano de obra. El ganadero es quien corre el riesgo de perder las vacas y otros animales por abigeato, muerte por enfermedad o por una mordedura de serpiente. El ganadero es quien corre con los costos de llevar el animal de becerra a vaca durante 2 ó 3 años. Entonces ¿Cómo es que quienes compran el queso para venderlo a los diferentes expendedores, o quienes lo vende a los consumidores finales pueden tener el mismo margen de ganancia que los ganaderos que crían los animales, producen la leche y hacen el queso? Es que en Venezuela nadie puede ganar un 10, 15 ó 20% dependiendo del esfuerzo que haga? Esto hay que aclararlo y bien rápido antes que la mañita instituida por el uso de un lenguaje inadecuado, se convierta en costumbre y se haga ley.
Si comprar y revender queso y carne es mejor negocio que producir ambos alimentos en el país, estamos desestimulando la producción nacional. Así mismo, si quien confecciona ropa o calzados, obtiene un margen de ganancia igual o menor que quienes los comercializa; estamos impulsando el comercio y no la manufactura. Igual podemos decir de las ganancias que obtienen los importadores de diferentes rubros. En conclusión, las ganancias deben establecerse de acuerdo a los costos de producción y al esfuerzo productivo. Por eso es necesario que se considere en una forma más estricta las estructuras de costos. CHÁVEZ VIVE. LA LUCHA POR LA PATRIA SIGUE.