Como lo prometido es deuda, hoy continuaremos reflexionando sobre diferentes “detalles” que necesitamos corregir para poder concretar la tan anhelada SOBERANÍA AGROALIMENTARIA, que sin lugar a duda pasa por que seamos más eficientes a lo largo de toda la cadena. Antes de evaluar la importancia de la oportuna recepción de la cosecha y de su justo y pronto pago; es necesario abordar y analizar en forma muy sencilla y práctica lo que se conoce como ESTRUCTURA DE COSTO, que no es otra cosa que cuantificar todos los gastos en los cuales se incurre para producir un bien, en este caso un alimento vegetal o animal, tanto a nivel de producción primaria como agroindustrial. Esto es absolutamente necesario, y es materia que debe normar, vigilar y sancionar la LEY DE COSTOS Y PRECIOS JUSTOS.

Si alguien produce carne de ganado bovino, tiene que cubrir sus costos de producción para no quebrar en el negocio; pero adicionalmente, debe tener una ganancia razonable para poder vivir dignamente. Observar esto con rigurosidad tiene doble propósito; por una parte, ser justo con quienes se dedican a producir los alimentos para las y los venezolanos, y por la otra, establecer el precio justo al cual se debe vender tal alimento al consumidor final. Si lo hacemos con eficiencia y lo acompañamos con una campaña educativa a la población, nos evitaremos muchos males. Sobre todo, con el apoyo del pueblo informado y consciente podremos mantener a raya a especuladores, usureros y todo bicho de uña con el mismo pelaje y las mismas mañas!

En relación a los costos de producción de los alimentos y los precios a los cuales éstos llegan a los consumidores, la gente no entiende algunos desequilibrios en esta perversa cadena de producción, comercialización y precio final de los alimentos. ¿Quién puede entender, justificar o aceptar que se compre el ganado en pie a Bs. 25 el kilo y la carne de primera ( lomito o solomo de cuerito) se venda entre Bs. 90 y 100 y la carne de segunda a Bs. 80 el kilogramo. Considerando que el ganado en pie rinde 50 % en carne, el ganadero recibe Bs. 50 por kg. de carne del animal que él tarda 3 años en llevar a peso de matadero. La pregunta es ¿Será justo que en el recorrido entre el ganadero y los mataderos o frigoríficos la carne llegue al consumidor entre Bs 80 y 100 el kg?

Es bueno que Venezuela sepa que en Guayabal y en Camaguán (Guárico) en mayo y junio de 2013 los caveros están pagando entre Bs. 28 y 31 por un Kg. de queso blanco duro. También es bueno que se pregunten cómo es que después de un recorrido por tierra de 6 horas, en Caracas un Kg de ese mismo queso se venda a Bs. 100 y 120. Igual ocurre con el pescado de rio. Los caveros pagan en Cabruta o Camaguán el bagre rayado a Bs. 35 o 40 el Kg., pero en cualquiera de las ciudades del centro, el mismo bagre llega a Bs. 70. El coporo lo pagan entre 18 y 20 Bs. el Kg. y se vende a Bs. 40. ¿Por qué se duplica el precio? ¿Por qué tanta ganancia grosera? ¿Por qué tanta especulación y tanta usura? ¿Cómo queda el artículo 114 de la CRBV? ¿Por qué tanta impunidad?

Consideremos lo siguiente: el ganadero es el dueño de la vaca a la cual hay que alimentar adecuadamente para que produzca un buen becerro. El ganadero es quien debe costear un plan sanitario (desparasitarla e inmunizarla cada año). El ganadero es quien corre el riesgo de que la vaca, becerro, maute o toro enferme y muera, bien sea por enfermedad, accidente o mordedura de serpiente. Igualmente los amigos de lo ajeno (cuatreros) pueden hacer su agosto y causar en una noche una gran pérdida. Por falta de espacio no seguiremos listando todos los riesgos y gastos en los cuales se incurre para producir carne, leche, queso o cualquier alimento. Lo que si no podemos dejar de recordar es que los mataderos, se quedan con las vísceras, la lengua, el cuero, los cachos, las pezuñas y hasta el rabo; y no es precisamente para regalarlo a los pobres o alimentar a los perros callejeros.

Esta pequeña reseña sólo intenta ilustrar una arista de la producción de alimentos, de cómo los intermediarios y especuladores hacen su agosto y la urgencia que tiene la revolución bolivariana de buscar mecanismos para torcerle el brazo a quienes sin mucho esfuerzo pretenden acostarse pobres y levantarse ricos, en contra de los consumidores que somos todos y a favor de la ultra derecha que usa el alza de los precios, la escasez y la inflación como armas para debilitar las bases del Gobierno Bolivariano de Venezuela. Entre los remedios que tenemos que aplicarle a esta enfermedad económica está mejorar los canales de comercialización para acercar los productores a los consumidores.

Por todo lo anterior es que se están construyendo centros de acopio cercanos a los sitios de producción de queso y pescado, para que los trabajadores del campo no tengan que vender a precios viles el fruto de su trabajo. Así mismo, para que estos alimentos lleguen al pueblo sin intermediarios, y por lo tanto, a precios razonables y en correspondencia a los costos de producción de los mismos. Para que nuestros productores sean más eficientes, tenemos que acompañarlos integral y permanentemente desde el punto de vista técnico y sociopolítico. Las consecuencias, entre otras serán: un becerro alcanzará en dos años el peso de matadero y en consecuencia, a mayor eficiencia bajarán los costos de producción. Cuando el beneficio de estos animales se realice muy cerca de los sitios de producción, disminuirá drásticamente el costo de transporte. Sólo piensen cuánto cuesta transportar unos toros de Apure a Cagua en el estado Aragua. EFICIENCIA O NADA! CHÁVEZ VIVIRÁ POR SIEMPRE EN NUESTROS CORAZONES! POR ESO AQUÍ NADIE SE RINDE Y LUCHAREMOS POR LA VERDAD, POR LA EFICIENCIA Y CONTRA LA CORRUPCIÓN MIENTRAS HAYA FUERZA FÍSICA Y LUCIDEZ MENTAL.

San Juan de los Morros, 05 de junio de 2013.