Opinión

3.Jun.2014 / 01:44 pm / Haga un comentario

Tomando en consideración las precisiones bibliográficas que aparecen en la INTRODUCCIÓN del documento elaborado por la Comisión Programática e Ideológica del PSUV y sus múltiples derivaciones para el actual proceso político- pedagógico donde está involucrada la base chavista, he creído pertinente realizar una lectura interpretativa de los principales documentos denominados como FUNDACIONALES O CARTA DE IDENTIDAD DEL PSUV.

En tal sentido, vamos a citar textualmente lo que plantea el Documento Ideológico y Programático:

“…de esa legitimidad democrática de origen, nacen los documentos que podríamos llamar fundacionales: “Las Bases Programáticas”, “La Declaración de Principios” y “Los Estatutos” que son, hoy por hoy, junto a las “Líneas Estratégicas de Acción Política”, elaboradas por el Comandante Chávez en Enero de 2011 como un ejercicio de crítica, autocrítica y de reflexión política en el marco de su orientación general de las 3R al cuadrado, el mapa de navegación estratégica de nuestro proceso en lo ético, en lo moral, en lo político, en los valores revolucionarios, en la constancia de lucha, en la democracia socialista; esos documentos definen hoy, nos definen, de una manera singular, específica, característica, y es por ello que este Congreso en el cual nos encontramos hoy, debe ser ejemplo de auténtico ejercicio de democracia socialista, de democracia revolucionaria, ratificando, en lo fundamental, el compromiso que los militantes del PSUV hemos asumido, junto al pueblo, a través de esos documentos…”

(Tomado del Documento Preliminar. Revisión del 31 de marzo 2014. Comisión Ideológica y Programática del III Congreso del PSUV)

En este párrafo encontramos una clara reivindicación de los documentos fundacionales y el papel que juegan en estos momentos:

1.- : “Las Bases Programáticas”, “La Declaración de Principios” y “Los Estatutos” ,junto a las “Líneas Estratégicas de Acción Política”,son el mapa de navegación estratégica del proceso revolucionario

2.- Las “Líneas Estratégicas de Acción Política”, elaboradas por el Comandante Chávez en Enero de 2011, son caracterizadas como un ejercicio de crítica, autocrítica y de reflexión política en el marco de su orientación general de las 3R al cuadrado.

3.- Esos documentos definen hoy, nos definen como PSUV de una manera singular, específica, característica.

4.- Se trata de ratificar, en lo fundamental, el compromiso que los militantes del PSUV junto al pueblo, a través de esos documentos.

Es obvio que tal focalización documental, no implica no realizar otras lecturas fundamentales como el “Libro Azul”, “Golpe de Timón”, “Plan de la Patria”, “Leyes del Poder Popular”, pero resulta ser una condición esencial asumir el estudio y discusión sistemática de este legado ideológico.

En la propuesta metodológica para el congreso hemos planteado realizar lecturas dirigidas de los DOCUMENTOS FUNDACIONALES, a los que nos hemos referido, abordando ejes temáticos primordiales:

  •  La revolución cultural y la construcción de la subjetividad revolucionaria
  •  Caracterización de la transición socialista
  • Enfoque sobre el desarrollo y el nuevo modelo productivo socialista
  •  Poder popular y estado comunal
  • El partido que tenemos y el partido que necesitamos

Este tipo de estudio permite el reconocimiento y familiarización de dicho legado, ratificando su vigencia y enriquecimiento, igualmente establece las líneas de rectificación y reimpulso contempladas en las 3R que nos dejó el Cmdt. Chávez. Estos acervos culturales y ideológicos le sirven de marco a los 9 aspectos que se reseñan en el documento ideológico y programático, el cual está siendo discutido actualmente por la base chavista .

Como una contribución a dicho análisis y reflexión, vamos a reseñar algunos contenidos que han sido trabajados en las jornadas de trabajo en diversas UBCh, empleando los siguientes procedimientos didácticos:

• Lectura textual de algunos ejes temáticos considerados esenciales, inscrito en la primera R: revisión

• Contextualización e inserción en al actual momento político, asumiendo la segunda R: empleo de la crítica-autocrítica

• Rearme ideológico o renovación de la promesas, aplicando la tercera R: reimpulso y ofensiva programática.

Partiendo de experiencias concretas en torno a la “lectura comprensiva” de textos, hemos seguido la siguiente secuencia:

— Ubicación del tema o párrafo acordado.

— A continuación, se lee e interpreta el texto individualmente, se hacen resúmenes o fichas, anotaciones diversas, se lleva un cuaderno de notas personalizado.

— Luego en el equipo de trabajo o reuniones de la UBCH, los militantes leen las conclusiones de la lectura y se discute colectivamente, se hacen preguntas y se plantean dudas, confrontándose diversos puntos de vistas.

— También hay que promover el Intercambios de experiencias o puesta en común con otros militantes y colectivos: GPP, movimientos y frentes sociales. Del mismo modo, combinar las lecturas y discusiones con encuentros, foros, conferencias.

En esa dirección, presentamos a continuación algunos párrafos de los “Principios”, “Bases Programáticas” y Líneas Estratégicas de Acción Política”,sirviendo de materiales de referencia para la lectura comprensiva.

Las citas textuales están reseñadas en negrillas y subrayada, agrupadas en unidades temáticas o ejes ideológicos referidos con anterioridad.

I.- La Revolución cultural y la construcción de la subjetividad revolucionaria 

( Párrafos tomados de las BASES PROGRAMÁTICAS)

La lucha contra la cultura política liberal burguesa

Para crear una nueva y verdadera cultura política revolucionaria es necesario derrotar la vieja cultura liberal burguesa heredada, porque corrompió la política convirtiéndola en mediación mercantil del poder, de la acumulación de riquezas ímprobas y de la exclusión social genocida; pervirtió la democracia reduciéndola a un mecanismo de legitimación electoral del poder de elites corruptas, convertidas en base social del imperialismo; generó una cultura sociopolítica perversa a través de la mediatización de la conciencia, la imposición de la cultura de la dominación, la naturalización de los privilegios de los poderosos y la exclusión de la producción y usufructo de la riqueza social por parte del pueblo; promovió la pérdida de valores y la dignidad mediante la práctica del clientelismo, la corrupción, el burocratismo, la arbitrariedad, la violencia, la impunidad y la exclusión de las gran- des mayorías nacionales de la política; promovió el entreguismo del país y sus riquezas al imperialismo, especialmente al estadounidense y forjó una cultura mediática y académica que legitimó tal entrega y la pérdida de identidad del país, la nación, la sociedad y el pueblo venezolano. La derrota de esta cultura política en la sociedad y las instituciones venezolanas sólo es posible mediante la creación de una nueva praxis política: la construcción y consolidación de la Democracia Participativa y Protagónica que implica la superación de la democracia liberal y neoliberal burguesa. Para ello es necesario conocer en profundidad los fundamentos filosóficos, teóricos e históricos de la democracia liberal burguesa y sus diferencias radicales con la Democracia Participativa y Protagónica, con la Democracia Socialista. No es posible superar el capitalismo ni su forma política, la democracia burguesa, si no existe claridad teórica sobre sus fundamentos y las formas de superarlos, cuestión que se hace mucho más difícil considerando que la experiencia de más de 40 años de democracia representativa genera un imaginario, unas prácticas sociales y unos valores profundamente arraigados en la conciencia popular, al punto que estas prácticas constituyen serias limitaciones para la transformación revolucionaria de la sociedad venezolana”

II.- Tareas de la Revolución Bolivariana para la transición al Socialismo

(Fragmentos tomados de las BASES PROGRAMÁTICAS)

La tarea central

La tarea central de la Revolución Bolivariana es desmontar el poder constituido al servicio de la burguesía y el imperialismo y refundar un poder radicalmente distinto, al servicio del pueblo venezolano y los demás pueblos del mundo, es decir, la construcción del poder popular y revolucionario. Todas las tareas políticas están dirigidas a su consolidación como la única garantía de la victoria definitiva de la Revolución Bolivariana.

Las tareas principales

Para cumplir esta tarea central es necesario que la Revolución Bolivariana lleve adelante, complementariamente, las siguientes tareas principales, que le sirven de soporte a la tarea central: la lucha contra la alienación de la conciencia social y por la construcción de una conciencia revolucionaria; la lucha contra la dominación y opresión política y por transformar la política en un modo para la vivencia plena, digna y gratificante; la lucha por hacer de la democracia un espacio para la participación y el protagonismo popular, y la lucha contra la explotación del trabajo ajeno y por la humanización y liberación del trabajo. Para tener éxito en estas tareas es necesaria la elevación de la conciencia política del pueblo, la re- fundación ética de la política para forjar una nueva cultura política sustentada en nuevas prácticas sociales basadas en valores revolucionarios. Estos valores deben construirse a partir de una nueva visión y formas de conocimiento del mundo y la sociedad (nuevo paradigma epistémico y nueva ciencia), un nuevo comportamiento y nuevas formas de relacionarnos y valorarnos en comunidad (nueva ética de la solidaridad), y una nueva sensibilidad y solidaridad (nueva estética y nuevo arte), como fundamentos del proceso de transformación revolucionaria de la sociedad venezolana. …”

“…emergencia de una nueva subjetividad profundamente humana, sabia y prudente, que habrá de forjarse al calor de la lucha de clases y la derrota de las ideas y las costumbres burguesas, oligárquicas e imperialistas. Se trata de derrocar el viejo régimen no sólo en los hechos sino también en las ideas, las costumbres y los valores, tal como advirtió el Ché Guevara al señalar…“no es posible construir el socialismo con las armas melladas del capitalismo”. Aristóteles ya había enseñado en la antigua Grecia que las virtudes morales e intelectuales educan el carácter; Simón Bolívar señaló que: …”moral y luces son los polos de una República; moral y luces son nuestras primeras necesidades.”; Gramsci retomó este planteamiento diciendo que una revolución es una reforma radical en el plano moral y cultural. La Revolución Bolivariana asume plenamente estas enseñanzas como base de sus objetivos.

Construcción de una conciencia revolucionaria como forma de superar la alienación de la conciencia social propia del capitalismo. Es necesario refundar las prácticas políticas y sociales dotándolas de un sentido y contenido moral y ético que cuestione radicalmente las instituciones burguesas heredadas y el imaginario social (ideologías, representaciones sociales, prácticas sociales y antivalores) con base en una nueva escala de valores humanistas, solidarios y críticos como la responsabilidad social, la solidaridad, la honestidad, el reconocimiento de la dignidad del otro, la participación, la contraloría social, el sentido de comunidad y de vivencia integral. La transformación de la conciencia social y de aquellas dimensiones que la constituyen más directamente, como la información, la comunicación, la educación y la cultura, en relación con las prácticas sociales y los valores que las sustentan, es una tarea fundamental para la revolución bolivariana…”

III.-El modelo de desarrollo endógeno autosustentable

(Fragmentos tomados de las BASES PROGRAMÁTICAS)

Como modelo productivo para avanzar en la construcción del socialismo, toma en cuenta y respeta la relativa autonomía de las memorias históricas y las identidades culturales locales y defiende y pro- mueve la diversidad cultural y étnica como fuerza transformadora capaz de romper una de las características del poder hegemónico capitalista y su modelo de desarrollo, a saber, la homogeneización de la vivencia humana. Busca trascender la organización mercantil de la sociedad y coloca en el centro de toda relación social el florecimiento de las potencialidades humanas más nobles, tanto individual como colectivamente; garantiza el respeto por el ambiente dentro de una concepción ecológica que asume la naturaleza como el hábitat y condición de la vida humana, ya que ésta sólo es naturaleza humanizada; toma como eje la praxis transformadora del sujeto social, desde sus propias condiciones históricas, sociales, culturales y desde la recomposición de su subjetividad, apoyándose en el marco de so lidaridad y complementariedad que crea el Estado, la sociedad y la comunidad. El desarrollo endógeno promueve nuevas formas de organización social de carácter integrador, capaces de generar nuevas relaciones sociales de producción basadas en nuevas formas de propiedad de carácter socializantes; promueve la humanización del trabajo mediante la eliminación de la explotación, expropiación del trabajo ajeno, la utilización adecuada de tecnologías, el trabajo cooperativo y voluntario, la creación de condiciones materiales favorables, la humanización de los espacios laborales, la eliminación de todo tipo de privilegios, la justa distribución del ingreso, la cobertura de seguridad industrial, social y solidaria. Este modelo promueve:

1. Nuevas formas de poder basadas en la participación, en la construcción y en la toma de decisiones colectivas por parte de los trabajadores

2. Nuevas formas de administración, gestión pública y social de la empresas y el estado que permitan la austeridad, racionalización óptima en el uso de los recursos de diverso tipo

3. La participación protagónica conjunta de los trabajadores y las comunidades

4. La construcción de saberes sociales como semillas de la autonomía y la independencia científica y tecnológica

5. Una concepción y práctica social sustentable, es decir, un aprovechamiento racional de los recursos naturales que no amenace el equilibrio de los sistemas ecológicos ni comprometa la existencia de las generaciones futuras

6. La recuperación de tecnologías tradicionales, la invención popular y la apropiación de la ciencia y la tecnología pertinente, con un sentido humanista, especialmente de las tecnologías de información y comunicación para usos sociales, colectivos y comunitarios.

El desarrollo endógeno auto sustentable, plantea la confrontación radical de las tendencias hegemónicas de la economía neoliberal globalizada, la defensa de lo local como escenario fundamental de la vivencia humana y como condición de articulación armoniosa de los ámbitos regionales y nacionales, la independencia frente a lo global; la confrontación radical de la visión que interpreta el desarrollo como crecimiento económico, basado únicamente en la industrialización del país dentro del enfoque de la modernización capitalista, para buscar otras formas de organización de la producción.

IV.-La reivindicación de la crítica de la economía política marxista 

El enfoque sobre el cambio en las relaciones de producción capitalista, suprimiendo la lógica del capital, se encuentra desarrollado en las BASES PROGRAMÁTICAS del PSUV, donde se señala:

“El capitalismo se asienta en la expropiación del productor directo de los medios, con la consiguiente enajenación del producto del trabajo, el cual pasa a ser propiedad privada del dueño de los medios de producción. El capitalismo introduce la separación entre el trabajador y todo medio de producción, circunstancia que lo obliga a tener que venderse a sí mismo para sobrevivir.

En el esclavismo, el productor directo es el mismo medio de producción y como tal tiene garantizada su supervivencia, por precaria que sea, pues su muerte representaba una pérdida para el esclavista. En el feudalismo, aunque la mayor parte del producto del trabajo de los siervos de la gleba va al dueño de la tierra bajo la forma de censo (arriendo) y a la iglesia bajo la forma de diezmo, el trabajador directo sigue teniendo garantizados los medios para garantizar su supervivencia. Pero el capitalismo introduce la separación entre el trabajador y todo medio de producción, circunstancia que lo obliga a tener que venderse a sí mismo para sobrevivir. El capitalismo es la forzosa compraventa de la fuerza de trabajo convertida en una mercancía más. El producto del trabajo se convierte también en mercancía que pasa a ser propiedad privada de los dueños de los medios de producción. El capital es, pues, esencialmente, una relación social por la cual los propietarios de los medios de producción pueden expropiar el trabajo ajeno, el de los trabajado- res [no propietarios], comprándola como mercancía pero sin pagarla por su valor real. El trabajo, que es la única fuente de toda riqueza social y toda cultura, se convierte bajo el capitalismo en una mercancía especial, cuyo consumo es la fuente de la ganancia y la acumulación del capital. El capitalismo es la etapa histórica en que la sociedad se organiza en torno a la expropiación y explotación del trabajo ajeno, la cual requiere la dominación política y cultural sobre las trabajado- ras y trabajadores asalariados y la disolución de los nexos comunitarios de las formaciones precapitalistas que ahora aparecen ante el individuo como un simple medio para lograr sus fines privados. La base material sobre la que se levanta el orden burgués capitalista es la estructura económica constituida por relaciones sociales de producción basadas en la explotación que dan lugar a formas de propiedad y de acumulación privadas.

La superación del capitalismo

Sólo es posible avanzar en la eliminación del capitalismo si se eliminan las relaciones sociales de producción basadas en la explotación del trabajo ajeno y, por consiguiente, si se eliminan los procesos de acumulación privada del capital basados en la ganancia producida por la explotación del trabajo. A su vez, una de las condiciones para eliminar la explotación del trabajo ajeno, es la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción esenciales, en particular, la propiedad privada monopólica. Este es un principio de la construcción del socialismo. Puede ampliarse la frontera de cobertura de atención social y servicios, y puede elevarse la calidad de vida de la población, mucho más en un estado que recibe una elevada renta como el nuestro, pero éstas no serán más que diversas modalidades del llamado “Estado de bienestar social”, que en esencia no alteran las relaciones de producción capitalistas, y nunca constituirán un avance en la construcción del socialismo.

Bases del modelo productivo de la transición al socialismo

Una premisa fundamental para el desarrollo de un nuevo modelo productivo es la ruptura con el conocimiento y la racionalidad burguesa y su metafísica de la economía, particularmente lo atinente a las formas de contabilizar y cuantificar el desarrollo económico reduciéndolo a crecimiento. Esto incluye la propia noción de crecimiento [variación porcentual de transacciones financieras –valor monetario- de la producción de bienes y servicios]; la teoría subjetiva del valor; la teoría marginalista; la preponderancia de la esfera de la circulación [el mercado] frente a la producción; la concepción de la industrialización; la fragmentación que impide ver integralmente la economía y su relación con las dimensiones políticas y sociales, especialmente las relacionadas con el bienestar de la vivencia huma- na, así como la exclusión de la actividad reguladora del Estado que sacrifica la economía al “libre mercado”, es decir, a los intereses de las corporaciones monopólicas.

Se requiere tomar el instrumental teórico de la crítica de la economía política formulado por Marx y enriquecido por autores marxistas para fundamentar una crítica de la economía política de la transición que dé respuesta a los problemas generales pero también a los concretos e inmediatos. En particular es necesario rescatar la ley del valor que propone un esquema de análisis del capitalismo basado en la jerarquización del proceso productivo y en la centralidad de la explotación y que analiza los fenómenos comerciales y financieros refiriéndolos a su determinación productiva.”

“La lucha contra la explotación capitalista implica necesariamente el manejo del instrumental teórico de la crítica de la economía política formulada por Marx, y la construcción de un nuevo sistema de cuentas nacionales, sustentado en este instrumental teórico, que permita establecer nuevos indicadores para la planificación y para la evaluación del desenvolvimiento de la economía en relación con el mejoramiento de las condiciones materiales de existencia de la sociedad y no de la acumulación del capital, para mostrar la superioridad de las nuevas relaciones sociales de producción y de propiedad. La lucha por la humanización del trabajo plantea la tarea de sustituir el modelo desarrollista rentista de la economía venezolana por un modelo de desarrollo endógeno integral y auto sustentable…”

V.-Del Estado Capitalista Burgués al Estado  Socialista

(Fragmentos tomados de la DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS)

“Restituir el poder al pueblo: construcción del poder popular

La conclusión es transparente: “para acabar con la pobreza, es preciso darle el poder a los pobres” y construir el socialismo. Ese poder nace de la participación y el protagonismo del pueblo. El Partido Socialista Unido de Venezuela debe ser propulsor de la participación directa del pueblo y su instrumento para la construcción del socialismo. Esa participación debe ser democrática y plena, de trabajadores y trabajadoras, campesinos y campesinas, jóvenes, intelectuales, profesionales, artistas, amas de casa, pequeños productores, comerciantes del campo y de la ciudad, pueblos indígenas y afro-descendientes, en la conformación y funcionamiento de todos los órganos del poder, en la elaboración, discusión y resolución de programas y estrategias y en la promoción y elección de sus direcciones, en igualdad de condiciones, para lograr la dirección colectiva del proceso revolucionario. Para ello, es tarea fundamental del partido elevar la conciencia revolucionaria de la masa, organizarla y formarla para la lucha por la conquista del poder, elevar su nivel de conciencia filosófica, política, ideológica, moral y organizativa para lograr la transformación de patrones de representatividad en patrones de democracia participativa y protagónica. Significa formar al pueblo para el ejercicio del poder en las funciones de planificación, elaboración de presupuestos, toma de decisiones, ejecución y control orientados por valores socialistas. Asimismo significa, en lo ideológico, asumir el socialismo bolivariano como nuestro mayor ideal de sociedad, de modelo político y de Estado. Bajo estas orientaciones, el partido debe ser un instrumento de lucha para la emancipación, una herramienta política unificadora y un órgano de control político, económico, financiero y social del gobierno en toda su estructura, bajo el fundamento de la concepción socialista del partido. El partido enmarca sus líneas estratégicas para la construcción del poder popular en la elaboración, formulación, control previo y posterior en la ejecución de los programas de gobierno, con sentido de equidad, igualdad, humanismo y bajo principios socialistas, en el proceso generador de la nueva hegemonía del poder. La construcción del Poder Popular se fundamenta en el enfoque territorial organizativo que nos proporciona la Nueva geometría del Poder Popular. Con ese enfoque se promoverá el fortalecimiento de los movimientos sociales de base. El partido debe tener por objetivo dar poder al pueblo organizado y consciente, socializando el poder político a través del ejercicio directo del poder de las masas en la búsqueda del desarrollo ético, social, científico, artístico y cultural. El partido como instrumento de lucha de millones de hombres y mujeres libres, ratifica asimismo la necesidad de una efectiva centralización para la acción en los grandes combates ya entablados: contra la pobreza, la explotación, la corrupción, la degradación del ser humano, la reacción interna y sus mandantes imperialistas. Habrá de ser la herramienta política unifica- dora de las grandes mayorías y nace con la convicción de que afronta una constante amenaza militar de los enemigos internos y externos de la Revolución, razón por la cual asume en todos los planos la responsabilidad de defender a la patria, enfrentar y vencer el imperialismo. Para avanzar hacia la sociedad socialista que queremos, necesitamos sustituir el Estado capitalista burgués por un Estado Socialista. El nuevo estado esbozado, avanza hacia el estado comunal planificado y orgánico cuya concreción se da por la interacción dialéctica entre las viejas células organizativas, poco dinámicas y obsoletas y las nuevas formas organizativas superiores como las comunas, consejos comunales, consejos revolucionarios de trabajadores y trabajadoras, consejos revolucionarios de estudiantes, entre otros.

VI.- Reproducción de valores burgueses en el seno del Partido

(Fragmentos tomados de LAS SIETES LINEAS ESTRATEGICAS)

“…encarar los problemas de diversa índole que afectan a nuestra organización: la burocratización, el oportunismo, el sectarismo, entre otros. Ignorarlos o subestimarlos sólo contribuiría al debilitamiento del partido y, por ende, del futuro de la Revolución.”

“Es fundamental, en esta etapa, recuperar, reagrupar, rearticular las fuerzas dispersas, desmovilizadas, desmoralizadas o confundidas por el adversario o por nuestros errores.

Nuestros adversarios nos prefieren dispersos, desunidos y enfrentados en diatribas estériles, porque saben que ése es el camino más expedito para intentar poner freno al avance de las fuerzas democráticas revolucionarias.

Nuestro trabajo como organización debe partir del principio estratégico de una profundización democrática de la sociedad venezolana, que nos permita el debilitamiento progresivo de voluntad y claridad políticas las fuerzas antidemocráticas, reaccionarias y apátridas de la contrarrevolución. Para ello, es necesaria la combinación de un conjunto de políticas y tácticas, que neutralicen la reproducción de su ideología y logren para nosotros la recuperación de los espacios territoriales perdidos, así como consolidar, reforzar y ampliar los terrenos y posiciones ya tomados, incrementando nuestra base social de apoyo para la consolidación estratégica de la Revolución Bolivariana.

Este documento, como continuidad de las discusiones desarrolladas y los documentos y estatutos aprobados en el I Congreso Extraordinario del Partido, se orienta a la apertura de un gran debate en nuestras propias filas, en las filas aliadas y en el seno del pueblo, que concluya con un Plan de Acción para los próximos dos años, con el fin de garantizar nuevas e importantes victorias populares en las contiendas electorales del año 2012…”

“Este documento base contiene las líneas políticas de acción para acometer las tareas por venir:

1. De la “cultura política capitalista” a la militancia socialista.

Esta “cultura capitalista” se expresa en el hecho de considerar que pertenecer a un partido equivale a “invertir” en él, a través de sus contribuciones financieras o con su trabajo militante, y que esa “inversión” debe ser “recompensada” o “remunerada” con puestos, cargos, prebendas o influencias en el Estado, en el terreno de los negocios o en el mismo partido.

La fortaleza de la Revolución Bolivariana se sustenta, en buena medida, en la voluntad del máximo liderazgo de la Revolución, de enfrentar esta “cultura capitalista”, favoreciendo el contacto directo con el pueblo, interpelándolo, pero sobre todo dejándose interpelar por él, convirtiéndose en una suerte de intérprete de las demandas y las aspiraciones populares, dándole voz a los que nunca la tuvieron y haciendo visibles a los invisibles, a los marginados, a los olvidados y explotados.

Luego de las rebeliones militares – populares del 4 de Febrero y del 27 de Noviembre de 1.992, hijas de la rebelión popular del 27 de febrero de 1.989, y del proceso posterior de movilización popular liderados por el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, la Revolución Bolivariana optó por la lucha electoral, y se hizo necesaria dotarla de un instrumento político electoral, el Movimiento V República, para lograr que aquella enorme masa popular en movimiento tuviera la cohesión, disciplina y eficiencia electoral necesarias para derrotar a la oligarquía y sus partidos. Hoy, al PSUV le toca ejercer esa función y ser vanguardia en el proceso de construcción y defensa de la Revolución Bolivariana y Socialista.

Sin embargo, a pesar de haber logrado preservar una amplia mayoría en la Asamblea Nacional en las últimas elecciones parlamentarias, los resultados pusieron en evidencia algunas fallas en el funcionamiento del PSUV y su vinculación con la base social de apoyo a la Revolución.

Entre las posibles causas de esta situación, podemos verificar, en mayor o menor medida, algunas actitudes o desviaciones características de los partidos tradicionales, tales como el burocratismo, el oportunismo, el sectarismo, el nepotismo y el gradual alejamiento de la base social bolivariana, resultantes de la persistencia de la “cultura capitalista” en el seno de la sociedad.

Esta cultura es reproducida a lo interno del Partido, y se expresa en que algunos sectores lo conciben como un medio para el “ascenso social” de los y las militantes con responsabilidades de dirección a distintos niveles. Algunos camaradas se consideran líderes absolutos e indiscutibles en sus espacios, y asumen la discrecionalidad de excluir del Partido, y hasta de la Revolución, a quienes se atrevan a diferir o a disentir de ellos y ellas.

De acentuarse este tipo de comportamiento, el PSUV podría terminar convertido en un partido/iglesia, una suerte de “guía de las masas incultas”, que considera a sus militantes y a las diversas formas de organización popular como simples correas de transmisión de la línea indiscutible de los nuevos “sacerdotes”. De seguirse este camino, estas prácticas debilitarán la base social de apoyo a la Revolución Bolivariana.

VII.- Sobre el Partido que necesitamos

(Fragmentos tomados de la DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS )

“El Partido Socialista Unido de Venezuela debe ser propulsor de la participación directa del pueblo y su instrumento para la construcción del socialismo. Esa participación debe ser democrática y plena, de trabajadores y trabajadoras, campesinos y campesinas, jóvenes, intelectuales, profesionales, artistas, amas de casa, pequeños productores, comerciantes del campo y de la ciudad, pueblos indígenas y afro-descendientes, en la conformación y funcionamiento de todos los órganos del poder, en la elaboración, discusión y resolución de programas y estrategias y en la promoción y elección de sus direcciones, en igualdad de condiciones, para lograr la dirección colectiva del proceso revolucionario. Para ello, es tarea fundamental del partido elevar la conciencia revolucionaria de la masa, organizarla y formarla para la lucha por la conquista del poder, elevar su nivel de conciencia filosófica, política, ideológica, moral y organizativa para lograr la transformación de patrones de representatividad en patrones de democracia participativa y protagónica. Significa formar al pueblo para el ejercicio del poder en las funciones de planificación, elaboración de presupuestos, toma de decisiones, ejecución y control orientados por valores socialistas. Asimismo significa, en lo ideológico, asumir el socialismo bolivariano como nuestro mayor ideal de sociedad, de modelo político y de Estado. Bajo estas orientaciones, el partido debe ser un instrumento de lucha para la emancipación, una herramienta política unificadora y un órgano de control político, económico, financiero y social del gobierno en toda su estructura, bajo el fundamento de la concepción socialista del partido. El partido enmarca sus líneas estratégicas para la construcción del poder popular en la elaboración, formulación, control previo y posterior en la ejecución de los programas de gobierno, con sentido de equidad, igualdad, humanismo y bajo principios socialistas, en el proceso generador de la nueva hegemonía del poder. La construcción del Poder Popular se funda- menta en el enfoque territorial organizativo que nos proporciona la Nueva geometría del Poder Popular. Con ese enfoque se promoverá el fortalecimiento de los movimientos sociales de base. El partido debe tener por objetivo dar poder al pueblo organizado y consciente, socializando el poder político a través del ejercicio directo del poder de las masas”.

“El Partido nace como expresión de la voluntad revolucionaria del pueblo y representa la síntesis superadora de todas las luchas y fuerzas revolucionarias de Venezuela, de todas las vertientes del pensamiento revolucionario y socialista. Proclama su pertenencia a la clase trabajadora explotada y oprimida, así como a todos los hombres y mujeres que abracen el ideal bolivariano y socialista, pro- ducto de la unidad revolucionaria de las mayorías, multifacéticas, abarcadoras de la más amplia diversidad de orígenes étnicos, ideológicos y políticos. El partido promoverá en el seno del pueblo la unidad de manera orgánica, política, ideológica y programática como la forma fundamental de la unidad revolucionaria. El Partido concibe la unidad como producto de la cohesión en torno a los valores y principios colectivamente aceptados, reflejados en el Programa, sus estatutos, sus fundamentos ideológicos y su accionar político, destinados a erradicar el fraccionamiento de intereses particulares y la anarquía y sustituirlos por el interés colectivo y el bienestar social.

El partido considera que la unidad fundamental es la unidad del pueblo, no obstante, procurará alianzas con todos los movimientos sociales y organizaciones políticas de la revolución, dentro de los límites establecidos por nuestros principios revolucionarios: un partido motor indispensable en el combate contra las injusticias y las desigualdades entre clases sociales. Un partido respetuoso de la diversidad ideológica, étnica y cultural. Un partido que debata democráticamente y de manera permanente las ideas para hacer la revolución y construir la sociedad socialista.

El partido, junto al pueblo, debe afianzar la lucha contra la corrupción, creando las condiciones y los mecanismos para combatir este vicio enquistado en las estructuras del Estado burgués, que promueve la degradación moral y ética de las instituciones y del ser humano, generando prácticas que riñen con los principios éticos; en consecuencia, se debe promover la búsqueda incesante de la transformación revolucionaria de la conciencia del deber social, aunado con la aplicación de elementos jurídicos que liquiden la impunidad, castigando implacablemente hechos que atenten contra la ética y la moral pública. Todo acto de corrupción es un acto contra revolucionario, el Partido trabajará en el fortalecimiento de la ética revolucionaria, que es la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, entre el discurso y la acción.”

Estatutos

Artículo 4: De los principios organizativos

“…el carácter electivo de todos los órganos de dirección y el principio de dirección colectiva (responsabilidades individuales y colectivas), fundamentados todos en la disciplina consciente en base a la línea política, al programa y los estatutos que rigen la vida del partido.

•  Dirección colectiva en todas las instancias.

•  Rendición de cuenta ante las instancias de dirección y ante el pueblo.

•  Revocación, producto de la evaluación de la gestión, realizada democráticamente.

•  Ejercicio constante de la crítica y la autocrítica, ante los propios errores y los de los otros u otras, con un estilo correcto dirigido a la supe- ración de los errores.

•  Ejercicio de la emulación socialista entendida como el reconocimiento de la práctica política e integridad revolucionaria de los y las militantes del partido.

E/Carlos Lanz Rodríguez

 

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