Opinión / Eduardo Piñate
Por: Eduardo Piñate
Entre el viernes 4 de agosto de 2017 y el momento en que se publique este artículo, habrán transcurrido poco más de dos semanas de la entrada en funcionamiento de la Asamblea Nacional Constituyente.
En 18 días, la Asamblea Nacional Constituyente comenzó a mandar y a poner orden en la institucionalidad del Estado. Su primera decisión, luego de escoger a su junta directiva, fue la destitución de la anterior Fiscal General de la República, quien puso a ese organismo al servicio de la contrarrevolución, el terrorismo y el imperialismo, al tiempo que cobijaba una estructura mafiosa de extorsión en su interior. Seguidamente, aprobó el decreto que declaró la emergencia y reorganización del Ministerio Público y designó al doctor Tareck William Saab como nuevo Fiscal General de la República. Con tales decisiones, devolvió la institucionalidad a ese importante órgano del Poder Ciudadano. En ese lapso. la ANC aprobó la Ley Constitucional que creó la Comisión de la Verdad y Reparación de las Víctimas y por decreto Constituyente nombró a su presidenta e integrantes. En su última sesión, comenzó la discusión de la Ley Constitucional contra el Odio, la Intolerancia y la Violencia, como se le conoce popularmente, la cual fue propuesta por el presidente Nicolás Maduro y, finalmente, en este tiempo, los titulares de los poderes del Estado –comenzando por el presidente de la República– se subordinaron a la plenipotenciaria ANC, con la sola excepción de la Asamblea Nacional dominada por la contrarrevolución, que sigue en desacato y en el plan de destrucción nacional, por lo cual la ANC asumió atribuciones legislativas sobre determinados ámbitos que ellos se niegan a cumplir.
Un desafío fundamental y urgente de la ANC es el de la economía; tomar decisiones urgentes para golpear y derrotar el desabastecimiento y los altos precios especulativos nos demanda el pueblo en la calle, al lado del debate de las políticas estructurales para edificar la economía productiva socialista. Seguimos venciendo.