¡El sabotaje de la ultra derecha contra la Revolución Bolivariana no tiene límites! Lo último que se le ocurrió a la oposición la semana pasada fue poner a rodar bolas a través de las redes y de “radio bemba”. Todo se inició haciendo correr el rumor que habría un golpe de Estado. Que no dejarían entrar a Venezuela al Presidente Nicolás Maduro. Según éllos, todo estaría impulsado desde el mismo PSUV. Casi paralelamente en el tiempo, lanzaron el cuento del paro para el lunes 12 de enero de 2014. Junto con estos dos rumores, comenzó a través de las redes la recomendación a los venezolanos para que compraran a tiempo todo lo que pudieran. La guerra psicológica dio los resultados esperados por los saboteadores: enormes colas para comprar lo que fuera, para comprar lo que necesitaba cada quien, pero también para comprar los productos que necesitaban quienes venían detrás. Como era de esperarse, los revendedores y quienes compran para los revendedores hicieron su agosto en enero. Todas y todos, “sin querer queriendo” contribuyeron una vez más a la escasez ¿Y todavía hay ingenuos, desinformados, manipulados o descarados que niegan la guerra económica?

Algunos se empeñan en decir que la escasez se eliminaría si se produjera más de cada bien de consumo masivo, y de cierta forma tienen razón, pero no toda la razón. Otros argumentan que el contrabando de extracción que aumenta la escasez, es debido al diferencial cambiario, porque, por ejemplo, vender productos venezolanos en Colombia es el negocio del siglo, negocio que se pierde de vista si los productos son subsidiados o regulados. Esto también es verdad, pero la solución para el país no puede ser equiparar los precios venezolanos con los colombianos. Pareciera que se nos olvida la avaricia y la corrupción Por otra parte, la escasez de los productos importados se la atribuyen a la falta de celeridad en el otorgamiento de divisas y falta de control y seguimiento para conocer su destino y los precios justos a los cuales deben ser vendidos. Todos estos factores tributan a la escasez y debemos analizarlos y darle a cada uno su peso justo. Sin embargo, esos factores, aunque muy importantes, no lo explican todo; por lo que debemos hacer un esfuerzo por invocar un poco de objetividad para tratar de entender el problema con el menor sesgo posible. Este mensaje es para todas y todos: liderezas y líderes de la oposición y de la revolución. El llamado es a que, por el bien del país, seamos capaces de llamar “a lo bueno bueno y a lo malo malo”.

Me parece muy acertado por parte del Presidente Maduro, solicitar que no caigamos en la tentación de querer tapar nuestros propios errores con la guerra económica, lo cual no significa que el Presidente esté negando la existencia de la guerra económica. La guerra económica está en marcha desde hace bastante y sus efectos son brutales, devastadores. Es imposible negar el acaparamiento de productos de consumo masivo. Muchísimos casos han sido reportados por los diferentes medios desde el mismo sitio de los acontecimientos. Es increíble que haya tantos venezolanos negando la existencia del acaparamiento para inducir la escasez que produce la planificada y esperada angustia y rabia en la población, que ahora vive de cola en cola, a veces hasta sin saber que va a comprar; sin embargo, está allí para comprar lo que vayan a vender. Unos compradores hacen la cola porque realmente tienen necesidad de los artículos que están vendiendo, otros también tienen la necesidad, pero además tienen dinero disponible, y así compran lo que necesitan para 1 y hasta 3 meses, por el temor a que dichos productos puedan volver a escasear. Muchos son los que se atienen al decir popular:“ en rio revuelto, ganancia de pescadores”. Estos son quienes compran para revender a precios especulativos y usureros. Todo este desbarajuste creado por la derecha como estrategia política para salir del gobierno bolivariano, tiene desquiciada a la economía venezolana.

Urge analizar con objetividad lo que está pasando, separar los elementos de la guerra económica de los elementos que deba corregir el gobierno y diseñar un plan o ajustar el que existe para implementar medidas a corto, mediano y largo plazo para ir enderezando las deformaciones de la economía. Ninguna economía aguanta el ataque aquí descrito y conocido por todos. Aunque se produzca lo que produzca o se importe lo que se importe los especuladores y usureros son insaciables. Se nos olvida que como nos enseña la Biblia, el amor al dinero es el origen de todos los males.

También hay medidas meramente coyunturales y hay otras que son estructurales. Aunque le moleste a muchos, considero que es mandatorio que todos los supermercados Bicentenarios y tiendas Mercal y PDVAL tengan control biométrico. No es posible estar subsidiando alimentos para que los “bachaqueros” los revendan. Con el tiempo, esos mercados de Mercal a cielo abierto deben irlo disminuyendo hasta que funcionen como supermercados subsidiados y con ventas controladas porque ahí compra todo el mundo hasta mucha gente que tiene dinero para comprar a precios regulados; muchos de los cuales viven despotricando del gobierno. ¡CHÁVEZ VIVE. LA LUCHA POR LA PATRIA SIGUE!

San Juan de los morros, miércoles 14 de enero de 2014.