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9.Abr.2015 / 05:55 pm / Haga un comentario

Usted no esta siendo paranoico si piensa que el mundo es cada vez más inestable – y lo está. Hay una arriesgada confluencia de fenómenos políticos, económicos y militares que está produciendo una situación internacional muy peligrosa. El aumento de las tensiones nacionales conducen a confrontaciones regionales, son hechos que se han convertido en algo habitual, ya que los vientos políticos y económicos cambian constantemente en dirección de la inestabilidad y el conflicto.

En el centro de cada torbellino está el gobierno de Estados Unidos, que en lugar de actuar como promotor de la paz y la estabilidad, la administración de Obama se ha convertido en un catalizador de la confrontación y la guerra.

Ya se trate de Medio Oriente, Asia, frontera de Rusia, o la economía mundial, las acciones de la administración Obama se han inclinado hacia las diversas formas de provocación y agresión – sanciones económicas, amenazas, canalizando armas, etc. Esta dinámica hace inevitable un eventual conflicto regional, más allá del que ya está ocurriendo en Siria e Irak, donde una guerra de poder liderada por Estados Unidos contra Siria e Irán, se acerca peligrosamente a convertirse en una guerra regional.

El público estadounidense es peligrosamente ignorante sobre la importancia de estos diversos conflictos regionales. Aunque los medios mantiene informada a la audiencia norteamericana, estas «noticias» se enfocan en culpar a los demás y así agudizar el conflicto, en lugar de arrojar luces o presentar alternativas pacíficas.

Una zona especialmente volátil es Ucrania, donde los EEUU se han dedicado con esmero a lo que podría convertirse en una evidente guerra de poder con Rusia. Por su parte, los medios de comunicación sólo destinan una pequeña y discreta franja informativa, al papel decisivo de la administración de Obama en el conflicto en Ucrania, incluso después de la filtración de un audio de la subsecretaria de Estado de Obama, en el cual queda en claro el liderazgo e influencia directa ejercida por EEUU, en el golpe de Estado que derrocó al gobierno democráticamente electo de Ucrania.

La intervención de los aliados de Obama en el golpe de estado en Ucrania, fue un hecho total y abiertamente fascista, como – el Svoboda y el Sector Derecha – cuyo héroe ideológico es Stepan Bandera, -quien fue uno de los aliados fascistas más confiables de Hitler, durante la Segunda Guerra Mundial.

El gobierno de Obama ha brindado un crucial apoyo militar y económico al gobierno anti-ruso de Ucrania, y siempre ha provisto de diversas formas de «asistencia militar» a este gobierno fascista. En efecto, ahora está considerando dar más ayuda militar «letal» a un gobierno que cimentó su golpe de Estado a través de la «celebración» de elecciones cuestionables durante el inicio de una guerra civil.

Mikhail Gorbachev, el ex presidente de la URSS, anteriormente tan estimado por los medios de comunicación estadounidenses, ahora es totalmente ignorado por esos mismos medios, pues sus palabras ya no promueven los objetivos de política exterior norteamericanos, en ese sentido Gorbachov dijo recientemente: «Si llamamos al pan, pan, Norteamérica nos ha empujado a una nueva guerra fría, tratando abiertamente de poner en práctica su idea de triunfalismo. ¿Dónde nos va a llevar?. La nueva guerra fría ya está encendida. ¿Qué sigue? Por desgracia, no puedo decir categóricamente que la guerra fría no conducirá a una más caliente. Tengo miedo de que ellos puedan arriesgarse a correr el riesgo».

Esta «nueva guerra fría» se está calentando rápidamente, ya que la guerra de poder entre Estados Unidos y Rusia en Ucrania, comparte una gran parte de la frontera de Rusia, y al igual que todas las guerras fronterizas, se ignoran cuando sea conveniente. Gorbachov, por lo tanto, teme que los 5 mil ucranianos fallecidos, así como los 1,5 millones de refugiados, puedan convertirse en el detonante de una guerra de mayores magnitudes entre dos países completamente nucleares. Mientras tanto, los medios de comunicación de Estados Unidos ignoran por completo esta amenaza que es muy real, al tiempo que otorgan una valiosa cobertura política a las acciones imprudentes de Obama.

Igualmente imprudente ha sido la política de larga data sostenida por Barack Obama, en Medio Oriente, donde su mantra, repetido hasta el cansancio de: «no hay tropas el en terreno», ha llevado a bombardeos permanentes por parte de «drones», además de una masiva guerra de poder en Siria, en la cual todas las naciones de la región han contribuido directamente.

Los 200 mil muertos y los millones de refugiados han hecho hervir las tensiones políticas en la región, aunado al esmero puesto por Obama para derrocar al gobierno en Siria, hecho que se concretó, en parte debido, a su dedicación y apoyo a las dos naciones más parias del mundo – Arabia Saudita e Israel.

Cuando recientemente Israel bombardeó de nuevo Siria – un hecho regular hoy en día – murieron en el ataque un general iraní y el líder de Hezbolá, estas muertes fueron calificadas como asesinato. Finalmente, poco después, se reveló que en 2008, EEUU e Israel organizaron un ataque terrorista en el Líbano, donde falleció el líder de Hezbolá. Ambos eventos empujan el conflicto sirio hasta un punto de inflexión de guerra regional, esto sumando al silencio de Obama sobre los repetidos bombardeos de Israel contra Siria, sólo alientan una conflagración regional extremadamente peligrosa.

Asimismo es irresponsable la guerra de poder que mantiene Obama en Siria, la cual se basó en el apoyo de miles de extremistas islámicos de los países vecinos. El financiamiento, el entrenamiento y la tolerancia demostrada por la administración Obama ante estos grupos, creó las condiciones ideales para el surgimiento desde la oscuridad, del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).

Hasta la fecha, el gobierno de Obama no ha propuesto ningún plan de paz para Siria, fuera del «cambio de régimen». Mientras tanto el gobierno ruso, organizó recientemente una importante conferencia de paz, cuyo objetivo fue hacerle frente a la guerra de Siria, sin embargo, la Coalición Nacional de Siria encabezada por Estados Unidos boicoteó las conversaciones, y Obama no ejerció ninguna presión pública sobre sus aliados para asistir al evento, cuando en realidad debió haber exigido públicamente la presencia de todos en el encuentro.

Una vez que la conferencia de paz comenzó, ni Obama ni los medios de comunicación estadounidenses, se preocuparon mucho en otorgarle la cobertura correspondiente a los hechos, mientras tanto se mantenían los combates como una prioridad.

No hay que olvidar las políticas de Obama en África, donde un «exitoso» bombardeo cambió el gobierno en Libia, arruinando así, al país que gozaba del más alto nivel de vida en el continente. Después de que Obama libró una guerra ilegal y agresiva, y tras asesinar al presidente de Libia, Muammar Gaddafi, Hillary Clinton, dijo, mientras sonreía, – «llegamos, lo vimos, y constatamos que murió».

Según la ONU, todas las armas saqueadas al ejercito libio, se han «canalizado» en todo el Medio Oriente y África, no obstante, han servido para desestabilizar países vecinos, así como para empoderar a los extremistas islámicos, quienes durante la guerra de EEUU contra Siria, fueron aliados de Obama.

Cuando se trata de la economía global, Obama ha lanzado armas financieras de destrucción masiva contra sus enemigos. Las sanciones económicas contra Irán, Rusia, Corea del Norte, Venezuela, Siria, etc., son, por supuesto, un acto de guerra.

Este tipo de confrontaciones se describe en el libro, «La guerra de Tesorería», escrito por el ex Secretario Adjunto del Tesoro de Estados Unidos, Juan Zarate, quien idealiza esta «nueva» forma de guerra, de la cual EEUU tiene un monopolio, dada la preeminencia del dólar estadounidense como la moneda de reserva mundial.

Otra arma letal no militar utilizada por Obama ha sido su imprudente estrategia para influir en el mercado de cotización del crudo. La prensa estadounidense reseñó públicamente el motivo anti-ruso detrás de la decisión de Obama que justificaba la intervención en los mercados petroleros, mediante la venta de las «reservas estratégicas de petróleo», ejecutada por el gobierno de EEUU, las cuales estaban destinas a -ser utilizadas en momentos de grave escasez-. Sin embargo, Obama comenzó a descargar las reservas estratégicas en el mercado en un momento en el que la oferta mundial de crudo se había incrementado.

De esta manera, el descenso del precio del petróleo cayó cuando Obama persuadió a Arabia Saudita para aumentar la producción, inundando el mercado con petróleo barato.

Mientras tanto, la administración Obama mantuvo un cómodo silencio sobre el papel cómplice de Arabia Saudita en el impacto sobre el mercado petrolero, en ese sentido, los saudíes han demostrado apertura ante el uso de su «arma del petróleo», empleada justamente para forzar a Rusia a retirar el apoyo al presidente de Siria, Bashar al-Assad.

El New York Times informó: «Arabia Saudita ha estado tratando de presionar al presidente Vladimir Putin de Rusia para que retire su apoyo al presidente Bashar al-Assad de Siria, utilizando su dominio de los mercados mundiales del petróleo, en un momento cuando el gobierno ruso se está recuperando de los efectos de la caída de los precios del petróleo».

La economía de Rusia está, en consecuencia, en caída libre, junto con la de Irán, Venezuela y cualquier otra nación productora de petróleo que padecen las masivas consecuencias económicas.

Toda esta realidad es apenas reseñada por los medios de comunicación cómplices de Norteamérica, mientas se «encogen de hombros», como su única respuesta ante el posterior caos político que ha afectado directamente a cientos de millones de personas a nivel mundial, y amenaza con regresar a EEUU como un «boomerang», en forma de desempleo e interrupciones en la dinámica económica estadounidense.

Todas las políticas anteriores han creado estragos a nivel internacional. Hoy en día, el mundo está más interconectado que nunca; y justamente esta interconexión permite no sólo que el caos del mercado petrolero empiece a generar despidos a lo interno de los Estados Unidos, sino, que incluso amenaza con una conflagración económica de mayores magnitudes. Las políticas de Obama en Libia, Siria, Irak y Afganistán han aumentado en gran medida la probabilidad de otro ataque terrorista en los EEUU.

En un mundo de creciente peligro y amenazas de guerra, el gobierno de Obama ha sido completamente incapaz de proponer algún plan de paz serio. Su principal contribución a los asuntos mundiales ha sido el caos y la muerte – ya sea por poder (Siria y Ucrania), drones (Pakistán, Yemen, Somalia, etc.) dólares, por tráfico de armas, sanciones, o la intervención militar directa (Afganistán y Libia).

Incluso el patético «proceso de paz», que amagó Barack Obama entre Israel y Palestina, quedó evidenciado como una absoluta farsa, tras la decisión de Israel de volver a destruir la Franja de Gaza, ante lo cual Obama dio un apoyo crucial para la ejecución de los numerosos crímenes de guerra perpetrados por el estado de Israel.

Las acciones temerarias de Obama son apoyadas y encubiertas por los medios de comunicación norteamericanos que victorean cada movimiento del gobierno de EEUU, excepto en las ocasiones cuando se fomenta un evidente enfoque más «agresivo».

La realidad sobre el manejo de la política exterior norteamericana – y los peligros que presentan, son completamente invisibilizados al público estadounidense. De esta manera cuando se produzca la siguiente combustión militar inevitable, el público estará desorientado el tiempo suficiente, como para convertirse nuevamente en víctimas de chivos expiatorios y quedar atrapados por el miedo, esto puede dar pie a una «solución» partisana militar.

Shamus Cooke, es un trabajador de servicio social, sindicalista, y escribe para el portal web Trabajadores Acción (www.workerscompass.org ), puede ser contactado a través de su correo electrónico shamuscooke@gmail.com

 

 

Fuente: workerscompass.org/

Original en inglés: How Obama is making the world more dangerous

Shamus Cooke -Traducido por Verónica Morales

 

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