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Foto: Archivo
Massari Martínez, gerente de Gestión Socialista de la red Mercal, enfatizó este miércoles que el pueblo organizado debe ser el garante, junto al Gobierno Nacional, de la correcta distribución de alimentos en el país, para hacerle frente a al guerra no convencional de la derecha, caracterizada por la especulación, acaparamiento, contrabando y sobreprecios de alimentos y medicinas.
En entrevista concedida al programa En Tres y Dos, que transmite Venezolana de Televisión, señaló que la Misión Alimentación, a través de Mercal, atiende casa por casa a la población para hacerles llegar los alimentos, sin embargo, el pueblo organizado también debe empoderarse para hacer control de los mercados comunales a cielo abierto, Abastos Bicentenarios, Mercales y Pdvales.
Es necesario, recalcó, que «el poder popular se empodere del espacio, las instancias del Estados estamos ganadas al tema del trabajo con el pueblo organizado (…) el Gobierno Nacional solo no puede, la Misión Alimentación sola no puede, el pueblo debe ser la voz» para que los mecanismos funcionen correctamente y los alimentos puedan llegar a toda la población.
El nuevo Sistema Popular de Distribución de Alimentos le garantiza a las comunidades la posibilidad de conocer cuántas familias conviven en las parroquias, cuáles son sus necesidades, y a partir de allí motivar el acceso a los alimentos.
La Misión Alimentación fue creada en el año 2003 por el comandante Hugo Chávez para ofrecer a todos los venezolanos el acceso a productos de la cesta básica a precios justos, después que empresarios y partidos de derecha ejecutaron a finales de ese año un paro desestabilizador que le impidió al pueblo el acceso a bienes y servicios, entre ellos los alimentos.
En los últimos 10 años, con este programa social, en Venezuela se invirtieron más de 142.000 millones de dólares para garantizar que el pueblo tenga acceso a los alimentos.
Ni siquiera la actual guerra económica, que agentes internos y externos de la derecha promueven con el acaparamiento, el desabastecimiento y la usura, ha detenido los esfuerzos y las inversiones del Gobierno revolucionario para asegurar que los alimentos lleguen al pueblo.