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La República Bolivariana de Venezuela reiteró este lunes su disposición a un diálogo directo con Colombia para solventar la problemática fronteriza y, en conjunto, enfrentar los crímenes que han sido inoculados desde la nación neogranadina a la patria venezolana, como el paramilitarismo, el contrabando, los secuestros y el narcotráfico.
Así lo expresó el embajador de Venezuela en la Organización de Estados Americanos (OEA), Roy Chaderton, durante una sesión extraordinaria, en la que además recordó que esta posición de diálogo abierto ya ha sido expuesta por el presidente Nicolás Maduro, al proponer a su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, una reunión para abordar los temas del paramilitarismo, delincuencia, contrabando y narcotráfico, que obligaron al mandatario venezolano a cerrar una porción de la frontera con Colombia.
Este cierre se llevó a cabo en los municipios fronterizos del estado Táchira, 140 kilómetros de los 2.219 de frontera entre ambos países. El 19 de agosto pasado fueron cerrados los pasos hacia Colombia por los municipios Bolívar, Pedro María Ureña, Junín, Capacho Viejo, Capacho Nuevo y Rafael Urdaneta para proteger al pueblo y liberar a esta zona de acciones de contrabando y paramilitarismo. El pasado viernes, durante una concentración en Caracas donde venezolanos y colombianos rechazaron las acciones de paramilitarismo y guerra económica, el jefe de Estado anunció que la medida se extendería a otros cuatro municipios: Lobatera, Ayacucho, García de Hevia y Panamericano.
El cierre de la frontera fue ordenado por el presidente Maduro luego de que se registraran ataques paramilitares en el Puente Simón Bolívar, que comunica ambos países, en los que resultaron heridos tres soldados de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana mientras realizaban funciones contra el contrabando de extracción.
Asimismo, Venezuela decretó un Estado de Excepción en los municipios del estado Táchira fronterizos con Colombia, que implica la activación de un la Operación de Liberación y Protección del Pueblo (OLP) y el cierre de la frontera, hasta tanto no se restituyan los derechos sociales y económicos del pueblo venezolano y los colombianos que viven en la zona fronteriza, afectados por mafias del contrabando que extraen combustible, alimentos y medicinas para su reventa en la nación neogranadina.
En este sentido, Chaderton hizo referencia a las campañas mediáticas de descrédito que buscan fomentar odio en los colombianos hacia Venezuela, y deslegitimar las acciones soberanas del Gobierno venezolano en defensa del pueblo que hace vida en las zonas fronterizas.
«Alertamos sobre las repetitivas manipulaciones mediáticas para generar odio entre nuestros pueblos, esto contrasta con los mensajes positivos sobre Colombia y el pueblo colombiano que nuestros líderes sin cesar difunden en Venezuela y en todo el continente», comentó Chaderton en la OEA, en transmisión de Telesur.
Expresó que «no ha ocurrido una desgracia entre Venezuela y Colombia, porque una de las partes no está sometida al bombardeo del odio inducido contra la otra parte, sino ya habríamos tenido una guerra» entre ambas naciones, asimismo, comentó que «entre los mensajeros del odio» que forman parte de la campaña mediática de ultraderecha se encuentra el diario El Tiempo de Bogotá, las emisoras de radio y televisión RCN y Caracol, y CNN en Español.
Chaderton respondió a las observaciones del embajador colombiano ante la OEA, Andrés González, quien en su alocución mostró un video y tildó de «crisis humanitaria» las deportaciones de ilegales que hizo el Gobierno venezolano. El diplomático venezolano también presentó un video del verdadero proceso de deportación, que se lleva a cabo por el puente Simón Bolívar, donde los ilegales son entregados a las autoridades colombianas.
Las imágenes presentadas por González forman parte de ilegales que están regresando a su país de manera voluntaria, usando pasos ilegales conocidos como trochas.
Ante esto, Chaderton dijo: «Los venezolanos, los bolivarianos, los chavistas y los maduristas nos sentimos profundamente comprometidos con el destino de Colombia, no es cualquier país, es nuestra hermana República, nacimos juntos y jamás moriremos».
Hizo referencia de la guerra interna que vive Colombia, desde hace más de medio siglo, y cuyo proceso de diálogo que se lleva a cabo en La Habana, Cuba, desde 2012, fue impulsado por el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez. Producto del conflicto armado en Colombia, miles de ciudadanos emigraron hacia Venezuela, huyendo de la pobreza, del narcotráfico y de la violencia.
Desde 1948, millones de colombianos han buscado un hogar en Venezuela. En la actualidad, en esa nación viven más de 5 millones 600.000 ciudadanos colombianos, quienes han sido incluidos en el sistema de protección social del Estado venezolano que abarca programas que garantizan derechos de educación, salud, vivienda, alimentación, recreación, cultura, seguridad laboral y deportes para toda la población.
En las zonas fronterizas, Venezuela se ha visto obligada «a asumir la carga social que habría correspondido al Estado colombiano», dijo Chaderton, y agregó que «los colombianos invisibles (que tuvieron que buscar mejores oportunidades de vida en otro país), en Venezuela viven como venezolanos y con todos los derechos de los venezolanos. Poco saben de ellos en Colombia, son cinco millones y medio que enriquecen a Venezuela con su trabajo, con su conducta y con su solidaridad».
«Venezuela ratifica su posición comprometida a favor de la paz y la reconciliación de todos los colombianos, nuestras diferencias las superaremos en los diálogos diplomáticos con el afecto que nos liga, como hermanos nacidos juntos para la libertad», manifestó Chaderton.
Asimismo, subrayó que Venezuela impulsa una «diplomacia de paz, los cinco millones y medio de colombianos que viven una vida honesta y productiva en Venezuela no se marcharán de nuestro país, seguirán junto a nosotros en la comunidad de gente honrada y trabajadora y enfrentando la mentira y el odio mediático que generan los salvajes enemigos de los diálogos de paz».
AVN