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Quienes se han adjudicado la vocería de la oposición en Venezuela han emprendido en los últimos años un plan dirigido a promover en el mundo ataques contra el país suramericano. Varios son las naciones, en la región y otras latitudes del planeta, que han sido visitadas para tal fin.
Perú ha sido uno de los destinos de ese periplo desde mediados de 2016, cuando comenzaron a hacerse frecuentes las visitas a ese país por parte de voceros de los sectores más radicales del antichavismo, quienes fueron recibidos con algarabía por Pedro Pablo Kuzcynski, hoy expresidente luego de dimitir por denuncias de corrupción y soborno.
El exmandatario fue electo en junio de 2016 para asumir la Primera Magistratura de ese país, y comenzó sus funciones un mes más tarde.
La oposición en Venezuela no perdió tiempo. A mediados de octubre de ese mismo año dos de sus figuras hicieron el primer viaje: Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, condenado a 13 años, nueve meses y siete días de prisión por los delitos de instigación pública, daños a la propiedad, incendio y asociación para delinquir, y Patricia Gutiérrez de Ceballos, esposa de Daniel Ceballos, juzgado por atentar contra el orden y la institucionalidad.
Tras el encuentro, Tintori calificó de «solidario» a Kuzcynski, quien en distintos escenarios ha arremetido contra Venezuela. En febrero de 2017, por ejemplo, dijo que Estados Unidos (EEUU) “no invierte mucho tiempo en América Latina pues es como un perro simpático que está durmiendo en la alfombrita y no genera ningún problema”, a excepción del país donde nació la Revolución Bolivariana.
El expresidente peruano también alentó el nacimiento de una coalición de gobiernos, organizado a partir de encuentros sostenidos en Lima, capital peruana, que se han dedicado a cuestionar al Ejecutivo venezolano.
Ese grupo ha intentado interferir en las políticas del gobierno dirigido por Nicolás Maduro y cercar su desarrollo en el escenario diplomático, mediante acciones como la pretensión de impedir la participación del jefe de Estado venezolano en la Cumbre de las Américas, que se celebrará en Perú el 13 y 14 de abril.
Voces contra Venezuela
Además de estimular la creación de espacios para promover la injerencia, Kuzcynski también apoyó la aplicación de sanciones y otras medidas unilaterales contra funcionarios y actividades comerciales de Venezuela.
En ese sentido, recibió en enero pasado a Antonio Ledezma, prófugo de la justicia venezolana, acusado de conspiración y asociación criminal.
Durante esa reunión, el vocero de extrema derecha pidió al gobierno de Perú copiar a Estados Unidos, con la aplicación de sanciones y medidas unilaterales contra el país bolivariano.
Lo propio hicieron Carlos Vecchio, prófugo de la justicia venezolana, y Julio Borges, dirigente de Primero Justicia (PJ), en un encuentro celebrado en el Palacio de Gobierno de Lima el pasado 10 de marzo, en la que pidieron «apoyo» para el país.
En esa reunión, Kuzcynski abogó por «una salida» en Venezuela, y ratificó que estaba «dispuesto a ayudar como parte de un grupo de países de América».
Mientras llamaba a la injerencia, el entonces mandatario afrontaba por segunda vez la posibilidad de ser removido por el Congreso de Perú, dadas sus vinculaciones con hechos de corrupción.
A diferencia de diciembre, cuando fracasó en el órgano parlamentario el primero intento por destituirlo, esta vez se revelaron un conjunto de videos y un audio que demostraron la compra de votos para garantizar que Kuzcynski siguiera en el poder.
Tras conocerse ese material, este miércoles anunció su renuncia en un mensaje a los peruanos y envió su carta de dimisión al parlamento, que dejó sin efecto el proceso de discusión de vacancia para abordar el nuevo escenario.
AVN