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Foto: Misión Verdad
La Piedra del Cocuy es un mágico paraje ubicado en el estado Amazonas al extremo sur de Venezuela desde donde se divisa la triple frontera, un punto de nuestra geografía donde convergen tres pueblos hermanos, es el lugar al cual asistimos el miércoles 16 de septiembre para impregnarnos de la fuerza que emana de los códigos de su cultura ancestral, simbolismos, y de esa nueva espiritualidad que resulta cuando conjugamos el pensamiento y la acción del Comandante Chávez.
Cuenta la leyenda que de esta gigantesca piedra que emerge de la madre tierra representa al Cacique Cocuy, un valiente guerrero venezolano que, al robarse el corazón de una mujer al otro lado de la frontera, en territorio brasileño, que al final de cuenta es la misma tierra, la misma selva, fue perseguido y degollado en la búsqueda del amor. Allí quedó para siempre erguido imponente, mirando hacia el horizonte infinito, abrazado por su amada, quien también murió por él en su frenética huida en las indómitas aguas del río.
En esa hermosa región fuimos al encuentro de hermanas y hermanos indígenas dispersos a lo largo de caños y ríos como constancia viva de nuestras raíces y de dónde venimos. Con ellos nos comprometimos a elevar cada día nuestra voz en su defensa y protección, siempre guiado por los principios revolucionarios y con plena convicción del legado de Chávez. En eso, la Venezuela revolucionaria es pionera, así lo planteó Chávez y se plasmó en la constitución bolivariana y en las leyes que de ella emanaron para amparar a los pueblos indígenas.
Desde allí, y en compañía del puesto de comando de nuestra Armada Venezolana, la cual hoy se bate en dura lucha por hacer de todos estos territorios verdaderos espacios para la paz, el encuentro y vida en armonía, ubicado en la Comunidad de San Simón del Cocuy, compatriotas de la Alcaldía de San Carlos de Río Negro y algunos amigos de siempre, en acto lleno de sentir patrio izamos nuestra bandera para jurar ante ella el compromiso que hoy asumimos en la defensa de nuestra revolución y en el apoyo irrestricto a nuestro compañero Presidente Nicolás Maduro.
Juramos también nuestro indeclinable espíritu unitario de trabajar colectivamente y sin descanso por los y las amazonenses que se encuentran sumergidos en el desgobierno de quienes después de más de 15 años lo único que han demostrado es su desamor y desprecio por un estado que, a pesar de su potencial turístico y productivo, sus riquezas naturales y su gente inigualable, continua sumido en la desesperanza y el abandono.
Con la inspiración que nos dejó el Cacique Cocuy convertido en nuestro imaginario en roca indestructible, iniciamos este épico recorrido que nos llevará a pueblos, comunidades indígenas en todos los municipios del estado Amazonas para un diálogo franco y directo, y asumiendo la crítica como expresión necesaria para la rectificación y el reimpulso, así como conocer de primera mano sus problemas, pero sobre todo, alertar sobre lo que juntos en revolución podríamos perder.
Es el tiempo de demostrar que los revolucionarios somos la verdadera fuerza de Amazonas, que somos la fuerza de sus ríos, de su selva, de sus tepuyes, de su gente noble y apacible con el objetivo de construir una mayoría parlamentaria en la Asamblea Nacional, ser el hilo conductor para recomponer la esperanza perdida, y el decidido compromiso de trabajar por la Amazonas posible que todos y todas merecemos.
Cuenten con todas y todos los candidatos de la patria, para levantarnos mirando al infinito con la esperanza viva de que es con esta revolución que alcanzaremos y cubriremos nuestras expectativas, dentro de un contexto donde hoy somos atacados por todos los flancos con fines electoreros y de alcanzar el poder para sepultar y acabar para siempre el legado de nuestro Comandante Hugo Chávez.
Misión Verdad