Opinión / Noticias / Eduardo Piñate
Foto: Referencial
Por Eduardo Piñate R.
Sicarios, mercenarios y traidores, que al final son lo mismo, basura para hacer el trabajo sucio contra los pueblos, que los que conforman la oligarquía y la élite imperialista (las personificaciones de ellas, diría Mèszáros) no quieren hacer por razones de glamour, pero sobre todo, de cobardía. Jamás la burguesía y la élite imperialista han estado al frente de la gente que envían a combatir y a morir en función de sus intereses. Esa es la historia de la burguesía y del imperialismo.
En Venezuela se encontraron con una fracción política lo suficientemente ambiciosa, hambrienta de poder y riqueza, despojada de cualquier sentido de Patria o de humanidad y, desde luego, carente de moral; que está dispuesta a entregar el país, con su gente y sus riquezas naturales, al imperialismo y al narcotráfico -es decir, a la oligarquía financiera transnacional y a las mafias transnacionales del tráfico de drogas-, a cambio de que les den unas migajas a ellos y a ellas.
Ese es el sentido del contrato de la infamia, de la desvergüenza, de la traición a la Patria de Bolívar y Chávez (y creo que me quedo corto en calificativos), firmado por ese gusano que en mala hora nació en este país, llamado Juan Guaidó y otros iguales que él, con una empresa de mercenarios (Silvercorp) para que vinieran a vulnerar nuestra soberanía, la integridad territorial y llenar de violencia y muerte a nuestra Patria. Ese contrato, hijo del más arrastrado sentimiento pitiyanqui, pretendió legalizar una incursión militar de mercenarios estadounidenses, desertores de la FANB y asesinos, para apresar y asesinar al líder de la Revolución Bolivariana e hijo del Comandante Chávez, Nicolás Maduro y al liderazgo principal de la revolución.
Pero el imperialismo y la burguesía también se encontraron el 3 de mayo y días subsiguientes -otra vez- con el pueblo pescador, campesino y obrero que siempre han subestimado, con la Fuerza Armada que menosprecian, con la Milicia Bolivariana que desprecian. Se encontraron con Bolívar y Chávez hechos pueblo unido, organizado y consciente, se encontraron con la indestructible unión cívico-militar-policial del pueblo venezolano que quiere paz y la defiende con las armas en la mano cuando es necesario. Seguimos venciendo.
Caracas, 10 de mayo de 2020