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El profesor e historiador Temístocles Salazar, fue el orador de orden en la sesión especial convocada por el Consejo Legislativo del estado Táchira, en la celebración de los 239 años del nacimiento del general José Félix Ribas, prócer de la independencia venezolana, patriota y gigante vencedor de los tiranos, quien el 12 de febrero de 1814 junto a un grupo de valientes jóvenes libró una de las batallas trascendentales que dejaron en la historia de la independencia de Venezuela una huella imborrable.
«Hoy estamos decidiendo entre “independencia desde ahora o nada” , “entre Patria o imperio”, entre libertad y tiranía; o entre democracia o fascismo, cuando la revolución bolivariana se encuentra amenazada por una burguesía revanchista que impone la dictadura del mercado, desabasteciendo, bachaqueando, encareciendo e inflacionando todo, para que el gobierno se caiga cual castillo de arena.» expresó.
A este acto de trascendental significación histórica, en presencia de los legisladores, Omar Hernández, Yhon Luna, Zoraida Parra, Nellyver Lugo; Henry Parra director de educación del estado Táchira, profesores, entre otras personalidades, Temístocles Salazar, expresó que Ribas como lector de la mitología griega con la que comprendió el drama histórico que vivía, sirve porque el templo de Jano no sea cerrado, en la que Ribas se refería al Dios que presidía todos los comienzos y los finales y se le representaba con dos caras, una viendo hacia adelante y otra hacia atrás.
Al referirse a Jano, expresaba Temístocles Salazar “ todas las revoluciones están frente al ojo dilemático de Jano, siempre nos persigue con las dos puertas abiertas, algo así como lo expresaba Gramsci sobre las crisis que eran cuando lo nuevo no terminaba de morir, que domina hoy el proceso de cambio del llamado Plan de la Patria, cuando estampa estas líneas de imperativo categórico, “estamos obligados a traspasar la barrera del no retorno , a hacer invencible el tránsito al socialismo , en otras palabras, a cerrar el templo de Jano y mirar hacia adelante” sentenció.
Aquí y ahora debemos retornar a José Félix Ribas, que era un alma terrible en el combate y en el Gobierno, pero enemigo cerrado del desorden, la anarquía, y el libertinaje; aquí cada quien hace lo que le da la gana, dice el proverbio popular; volver a Ribas , a nuestro pasado que está vivo, a sacudir el mito de Jano y a gritar dentro de su templo los versos admonitorios de Gustavo Adolfo Becker; las oscuras golondrinas no volverán, los mitos no mueren nunca, Ribas tampoco, entre vencer y morir , necesario el vencer”.
En este sentido, Tamístocles Salazar resaltó con emotivas palabras los caminos que anduvo el general Ribas y los jóvenes combatientes que entregaron sus vidas por lograr la victoria ante las tropas enemigas de la patria en la época, dirigidas por el General José Tomas Boves.
«Hablar de los héroes es repetir el mito del eterno retorno y convertir al héroe en una alegoría, eso sucede cuando se exalta a Ribas con esa frase dilemática y estremecedora donde el destino nos las juega con espina: “entre vencer o morir, necesario es vencer “, reiterar esa frase es volver a Ribas, es retornar a su acción, es creer que lo vamos a repetir» advirtió.
«Ribas se ha mitificado, se ha ritualizado demasiado, y aún así no agota su capacidad de retorno. El lo merece porque fue como Bolívar, un batallador contra la adversidad, Ribas en cuento a , es un paradigma para la acción, él ayuda a rechazar las dudas que podrían concebirse respecto al resultado de una acción revolucionaria, introyectar a Ribas en nosotros es prepararnos a hacer lo que ha sido y ha hecho con sacrificio, ¿Por qué vacilar ante una lucha cuando el héroe ya la ha efectuado en un tiempo mítico y heroico?. No hay más que seguir su ejemplo» enfatizó.
Por su parte el presidente del Consejo Legislativo, Omar Hernández, dijo que cuando analizamos la vida del General Ribas, la podemos comparar en gran parte con un gigante revolucionario que en estos tiempos dio su vida por la construcción de una mejor patria como lo fue el gran amigo de los pobres y luchador por la integración de los desposeídos, el comandante eterno, Hugo Chávez, quien al ver sufrir al pueblo un 4 de febrero de 1992 dirigió un movimiento militar detenido por un “por ahora”, pero que no se paró ante las adversidades de la vida teniendo como objetivo devolvernos a los venezolanos, lo que el imperio norteamericano por años nos quitó.
Prensa CLET