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El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, le recordó al secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, que la injerencia en los asuntos de Venezuela y amenazar a su Gobierno viola el derecho internacional y traerá consecuencias, comunicó la Cancillería.
En el boletín oficial, Rusia rechazó el intento de golpe de Juan Guaidó el pasado martes 30 de abril y acusó a la oposición de contar con “el claro apoyo de EE.UU.”
Lavrov destacó que “la interferencia de Washington en los asuntos internos de un Estado soberano, así como las amenazas contra su Gobierno, representan una grave violación del derecho internacional”.
En ese sentido, recordó que “solo el pueblo venezolano tiene derecho a determinar su destino”, lo que requiere el diálogo de todas las fuerzas políticas del país.
El Canciller sentenció que “una influencia externa destructiva”, sobre todo una intervención forzada, “no tiene nada que ver con el proceso democrático”, citó RT.
Las advertencias del diplomático ruso al secretario de Estado de EE.UU. fueron expresadas durante una conversación telefónica celebrada a iniciativa de la parte estadounidense.
Lavrov auguró a Pompeo que si EE.UU. sigue actuando en violación del derecho internacional en sus movimientos agresivos hacia Venezuela “traerá graves consecuencias”.
Últimas acciones desestabilizadoras
La madrugada de este martes, los opositores Juan Guaidó y el prófugo Leopoldo López (que había sido condenado a 13 años de cárcel) aparecieron con militares desertores en un puente de Altamira y mediante un video hicieron un llamado a sumarse a un golpe de Estado contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
El presidente venezolano pidió mantener “nervios de acero” y llamó la acción como una escaramuza golpista que fracasó por falta de pueblo y ejército.
El ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, afirmó que “la FANB se mantiene firme en defensa de la Constitución y sus autoridades legítimas” y que “todas las unidades militares” reportan normalidad”.
Tras el fracaso de la felonía, ambos políticos opositores y los desertores huyeron a la embajadas de Chile, Brasil y España.
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