Opinión / Noticias / Richard Canan

9.Dic.2021 / 01:26 pm / Haga un comentario

La cómica sigue al interior de la derecha maltrecha. La locura está desatada y los cuchillos están más que afilados y vuelan por los aires en una componenda interna entre antiguos aliados. El verdugo de turno es el inefable Julio Borges. El personaje más anodino, inmoral, corrupto y sinvergüenza de nuestra historia reciente. Protagonista principalísimo (maquinador entre las sombras) de las fechorías ejecutadas por la extrema derecha venezolana.

No hay mucho que detallar. Todo el pueblo venezolano recuerda claramente su papel en todos los intentos de golpe de Estado (el primero contra el Comandante Chávez en abril del año 2002), en las guarimbas violentas, en su apoyo y participación activa en la ruptura del hilo constitucional y democrático planificado desde la anterior Asamblea Nacional, y por sobre todo, como segundo a bordo del fracasado experimento de instalar un gobierno paralelo tutelado bajo las órdenes del Tío Sam y la logia conservadora continental afiliada al Cártel de Lima. Desde este sedicioso proyecto acaba de zozobrar Julio Borges, hasta el fondo como el Titanic.

Ahora Borges pretende venderse como un inmaculado angelito, devenido en mortífero juez, fiscal y verdugo (pañuelo en la nariz), señalando con todos los dedos de las manos y los pies a sus avariciosos compañeros de pillaje, queriendo desmarcarse tardíamente del burdo despojo y de la rapiñería ejecutada contra las empresas del Estado venezolano como CITGO, Monómeros y otras tracalerías (como los bonos de la deuda) que apenas han salido a la luz pública. Es la punta del iceberg, pero bajo la línea de flotación deben estar docenas de fechorías realizadas por estos inescrupulosos personajes en los últimos 3 años.

El recién iluminado “canciller” del gobierno ficticio acaba de “poner a la orden nuestro cargo”, soltando un vendaval de improperios en contra de sus propios asociados, con la supuesta excusa de “buscar cambios estructurales” en la causa golpista. Para más señas, reprochó que “El Gobierno Interino ha derivado en una instancia que ha propiciado inaceptables acciones de corrupción que lastiman gravemente la lucha democrática y nos alejan de nuestro objetivo”, eso sí, se cuida bien de no señalar directamente a nadie, ni de pedir cárcel para sus colegas delincuentes.

Señala también Borges que en medio de la ambición de la facción dominada por los delincuentes de Voluntad Popular (Juan Guaidó y Leopoldo López), “El Gobierno Interino dejó de ser un medio para liberarnos y se ha convertido en un fin en sí mismo que se busca prolongar indefinidamente”. Casi acusa de déspota al maléfico Guaidó, ya que pareciera asumir con gusto y para toda la eternidad su rol de encorvado títere del Departamento de Estado. Presidente de la burbuja de jabón que solo existe en tanto sirva fielmente a los intereses de sus amos norteamericanos. Olvida Borges que jamás se muerde la mano de quien te alimenta, así que en los próximos meses le quitarán sus “privilegios” tanto en Colombia como en Estados Unidos.

Borges, cómodamente residenciado en Bogotá, señala que la presidencia interina dirigida por su exjefe Juan Guaidó “pone el foco de la lucha política fuera de nuestras fronteras y crea una dolorosa brecha entre quienes debemos estar unidos por nuestros deseos de libertad”. Esto es el reconocimiento de que la mayoría del pueblo venezolano mira con sorna, desprecio e incredulidad al llamado “gobierno interino”. Se ratifica que ningún pueblo del mundo acompaña a los despreciables apátridas (como Julio Borges, Leopoldo López y Juan Guaidó), los cuales están totalmente disociados de la realidad: es el pueblo venezolano el que elige en elecciones directas a sus autoridades, no la Casa Blanca.

La putrefacción en la cúpula de la derecha neofascista es de tal nivel que no le alcanzarán ni mil tapabocas a Julio Borges para librarse y ponerse a buen resguardo de los delitos penales y administrativos que él y su banda de hampones han cometido en contra de la República. Ni hablar del daño a sus activos, al daño moral y las secuelas del bloqueo económico y financiero en la población más humilde del país. En esto Borges es el principal incitador y debe responder ante la justicia.

Pero alerta. Toda esta lloradera de Borges tiene objetivos ocultos. Desmarcar a su partido Primero Justicia del sectarismo y la ratería dirigida por Voluntad Popular, que no ha compartido “equitativamente” ni el poder ni los millones de dólares en pugna, provenientes de las supuestas “ayudas humanitarias” y del pillaje a las arcas y bienes del Estado pertenecientes a todos los venezolanos.

Una camarilla del sifrinaje criollo ejecutó este burdo despojo, que ahora sale a la luz pública, por las contradicciones internas de la cúpula mafiosa. Pero entre cielo y tierra no hay nada oculto, así que en algún momento se publicarán facturas, nóminas y nombres de todos los implicados en la desvergonzada piñata opositora. La cárcel será el destino final de los payasos del aterrador circo llamado “gobierno interino”.

Richard Canán

Sociólogo

@richardcanan

 

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