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ROY DAZA
@roydaza
Las revelaciones del anterior asesor de seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, sobre las maniobras de Donald Trump para investigar de manera ilegal al precandidato presidencial del partido demócrata, Joe Biden, podrían modificar el proceso de impeachment contra el mandatario estadounidense.
Según algunas versiones del Capitolio, la bancada demócrata habría conseguido que cuatro senadores del partido republicano aprueben que Bolton sea convocado a declarar en el Senado, y corrobore o no, su versión sobre el chantaje del Presidente de Estados Unidos al gobierno de Ucrania, lo que “tumbaría” los argumentos de la defensa.
Por su parte, los defensores de Trump cuentan con una mayoría clara en el Senado, con la cual podrían impedir que el juicio siga su curso y, además, aprobaron un reglamento que acorta el tiempo del proceso indagatorio de la comisión especial; no obstante, ese cuadro podría cambiar en la medida en que se acerque el día de las elecciones.
La estrategia de Nancy Pelosi era la de hacer un “largo juicio”, que mantuviera el mayor tiempo posible bajo presión al candidato republicano y debilitarlo, al menos, hasta que se realicen las primarias de los demócratas, que en este momento están polarizadas entre Joe Biden, por una parte, y las candidaturas emergentes de Elizabeth Warren y Bernie Sanders, por la otra.
Es esta la tercera vez en la historia de Estados Unidos que un Presidente es sometido a juicio político. El primer caso fue contra Andrew Johnson, en 1868, y la segunda contra Bill Clinton, en 1998. En ninguno de estos casos la iniciativa prosperó.
Ahora bien, resulta de alto interés encontrar los vínculos entre el impeachment contra el Presidente de EUA, y las acciones desplegadas en las últimas semanas, en particular, el asesinato del general Qasen Soleimani, jefe de las fuerzas élites de la Guardia Revolucionaria Islámica y líder del pueblo iraní, hecho que conmocionó al mundo, y sobre el cual no se ha escrito –aún– la última palabra.
¿Pretende Trump mover el foco de atención de la política hacia el Medio Oriente y sacarlo del hemiciclo congresal? Eso es evidente, pero no le dio resultado; todo lo contrario, la Cámara de Representantes fue enfática al decidir que el mandatario no tiene “carta blanca” para actuar en esa explosiva región.
El cuadro político interno de Estados Unidos podría cambiar en los próximos meses.