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28.Oct.2017 / 06:41 pm / Haga un comentario

Foto: Misión Verdad

Foto: Misión Verdad

Por Ernesto Cazal

Un estado estratégico que estuvo en manos de la oposición durante mucho tiempo, ahora su gobernación está bajo la dirección de Héctor Rodríguez. En claves, las razones por las que es trascendente que la Revolución Bolivariana haya rescatado Miranda de Primero Justicia (PJ).

La gobernación del estado Miranda estuvo al mando de Henrique Capriles Radonsky, dirigente de PJ, durante dos periodos seguidos (2008–2012, 2012–2017). Durante este tiempo la entidad ha estado signada por la desidia gubernamental regional y el aumento y expansión de los focos de violencia irregular en álgidos momentos políticos y electorales.

Este estado representa en sí uno estratégico para la estabilidad general de la región central-norte de Venezuela, es decir, es el nodo por donde circulan diariamente mercancías y personas de oriente a occidente y viceversa, viven y conviven millones de personas y representa un eje fundamental en lo político-jurídico debido a la cercanía con el Distrito Capital, donde se reúnen las sedes de los poderes públicos venezolanos.

En términos de seguridad nacional, estabilidad económica y rentabilidad política, es de suma importancia el significado de la recuperación de Miranda por parte del chavismo. A continuación las claves que permiten entender la trascendencia de dicha victoria electoral.

Vida geoeconómica y superficie poblacional

Miranda ha sido históricamente un estado en el que convergen varias facetas económicas de gran estímulo al interés nacional, sobre todo en lo agrícola, industrial y turístico. Al norte, entre montañas (como El Hatillo) y costas caribeñas como las de Barlovento, el movimiento recreativo conlleva una afluencia de visitantes de otros estados e incluso de extranjeros bastante asidua. En esas mismas coordenadas y hacia el oeste y sur del estado, las haciendas, grandes huertos y fundos campesinos proveen a las ciudades y pueblos mirandinos, así como a Caracas y otros estados aledaños, cacao, frutas, flores, hortalizas varias y cereales por toneladas.

Los sectores industriales de manufactura, por otro lado, se encuentran focalizados en distintos municipios donde concentran la mayor cantidad de población pobre y sectores de clase media baja, por lo que comprende zonas populares como barrios y residencias para nada opulentas. Por ejemplo, los municipios Sucre (Petare), Plaza (Guarenas), Guaicaipuro (Los Teques), Cristóbal Rojas (Charallave), Lander (Ocumare del Tuy). Precisamente, en estos tramos de Miranda fue donde el chavismo aumentó y consolidó la mayoría de votos que dieron como gobernador electo a Rodríguez el pasado 15 de octubre.

El último censo (2011) realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) registra una población residente de más de 2 millones 600 mil, y se estima que habría aumentado hasta 2017 a casi 3 millones. Miranda es el estado más poblado de Venezuela, luego de Zulia.

Asimismo, de los 21 municipios que componen el estado Miranda, cuatro de ellos pertenecen al Distrito Metropolitano de Caracas: Baruta, Chacao, El Hatillo y Sucre, que juntos suelen denominarse “Este de Caracas”. Sobre todo en los tres primeros mencionados se concentran los sectores más adinerados no sólo del estado sino del país, y que históricamente han representado, desde una perspectiva clasista, el bloque poblacional que enfrenta al chavismo, cuya mayoría social es pobre y de clase media baja.

Petare: el barrio más grande de Latinoamérica

Luego de 396 años desde su fundación, la parroquia Petare es la más voluminosa de América Latina debido a la concentración poblacional del barrio homónimo. Como todo “cordón miseria”, como eran conocidos los barrios durante las décadas de desplazamiento campesino hacia los grandes centros urbanos (1960–1970), la planificación urbanística de Petare estuvo signada por el acorralamiento entre la autopista Francisco Fajardo, la avenida Boyacá también llamada Cota Mil, zonas opulentas como Terrezas del Ávila, los centros residenciales de Palo Verde y el río Guaire, lo que significa aproximadamente el 70% del territorio del municipio Sucre.

Petare se compone asimismo de unos 50 sectores, con altos índices de violencia criminal y problemas críticos en los servicios públicos, y una población que, según el INE, está cerca de los 400 mil habitantes, es decir, aproximadamente un 46% de la población del municipio Sucre. Otros cálculos no oficiales dan a Petare una población mayor a los 500 mil habitantes en su seno, incluyendo a los no censados, entre ellos extranjeros, sobre todo colombianos, peruanos, chinos.

Múltiples reportajes, la mayoría de sesgo opositor, han reseñado la vida en Petare como una distopía hiperviolenta cuya responsabilidad principal recae sobre el Gobierno nacional, sin embargo, desde que Carlos Ocariz se hizo de la alcaldía del municipio Sucre (2008–2017) y Henrique Capriles de la gobernación de Miranda, ambos dirigentes de PJ y principales administradores de esta zona, los índices delictivos han ascendido escandalosamente, dato que no menciona la mediática antichavista.

La importancia de este barrio no sólo es por la cantidad de gente que acumula y la paraeconomía que se desarrolla en su seno, así como por la violencia criminal e incluso irregular gestadas, sino también por su dominio territorial estratégico, ya que representa el punto más al este de Caracas y la principal salida hacia Guarenas, Santa Lucía y el oriente del país.

Enlace de oriente y occidente al norte de Venezuela

Así como Petare resulta un enlace directo hacia el oriente del país, la capital del estado Miranda (Los Teques) es uno hacia el occidente de Venezuela. Miles de personas circulan todos los días por las carreteras estratégicas de la región, entre las montañas y veredas que componen la simetría natural del estado, para a ir un lado y otro de Venezuela así como para laburar en los variados centros (comerciales, industriales, agropecuarios, turísticos) que hacen vida económica en su territorio.

Miranda está ubicado en el centronorte del país, en la llamada Región Capital. Limita al norte con el estado Vargas, el Distrito Capital y el Mar Caribe (desembocadura al Océano Atlántico); al este con el estado Anzoátegui (ahora en manos de la oposición adeca), al sur con el estado Guárico y al suroeste con el estado Aragua. Su extensión de 7 mil 950 km² es tan transitada por habitantes de este y otros estados como densamente poblada.

Por ahora, tiene como medios de transporte el Sistema Ferroviario Central Ezequiel Zamora (Línea Caracas-Cúa), el Metro de Los Teques (cinco estaciones) y las vías superficiales como carreteras y las autopistas Francisco Fajardo, Prados del Este y Avenida Boyacá (Cota Mil).

Como se describe, las vías de comunicación terrestres fueron pensadas para el transporte de mercancías y personas desde las distintas ciudades y poblados del estado Miranda hacia la centralidad urbana de Caracas, donde trabajan y hacen vida comercial la mayoría de los mirandinos.

Asimismo, las carreteras sirven de comunicación directa y relativamente rápida entre los estados aledaños, Miranda y Caracas. Este factor es clave con relación a la violencia irregular por parte de bandas criminales paramilitarizadas denunciadas, documentadas y desmovilizadas por el Estado venezolano.

Corredores paramilitares y sus conexiones con dirigentes opositores en Miranda

Las capturas y desmantelamientos de grupos, individuos y campamentos involucrados en actividades criminales paramilitarizadas por parte de los cuerpos de seguridad e inteligencia del Estado venezolano han sido las muestras más clara de inserción de este tipo de violencia, visibilizada gracias a la labor estatal.

Si bien los grupos criminales paramilitarizados han emprendido sus prácticas debido a una suerte de inserción extranjera que viene desde el año 2002 aproximadamente, en el estado Miranda se han visto cómodos a los fines de enclavarse y expandirse, bajo la omisión (y a veces involucramiento) cómplice de la ex gobernación encabezada por PJ y otros actores de la dirigencia opositora.

Resaltan los siguientes hechos que fueron denunciados por el Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz desde el año 2015 hasta el presente:

-El entonces ministro Gustavo González López anunció en mayo de 2015que estaban identificados los financistas de la banda criminal paramilitar “Gamma”, que operaba en La Dolorita, municipio Sucre. “Desde el 8 de mayo fue desarticulada la banda. El paramilitarismo se ha querido mostrar como hampa común y no se trata de eso”, dijo en su momento. Agregó que “el paramilitarismo es básicamente una respuesta, una estructura de una élite económica, de una élite financiera, de una élite política que busca sostener, de manera grosera y persistente, el poder de cualquier medio o forma”.
-El asesino de Liana Hergueta, José Pérez Venta, quien también fue militante de Voluntad Popular (VP), admitió en agosto de 2015 haber recibido entrenamiento paramilitar en Cúcuta (Colombia) por instrucciones de Antonio Rivero. Henrique Capriles, entonces gobernador mirandino, fue vinculado por el mismo Pérez Venta con sus acciones delictivas en territorio venezolano.
-En octubre de ese año, González López informó que habían capturado a 10 efectivos paramilitares en una granja en los Valles del Tuy, que a su vez formaban parte de una banda que traficaba drogas desde Colombia hasta las islas del Caribe y África: “Tenemos las conexiones confirmadas por los narcotraficantes detenidos”.
-González López informó a través de su cuenta Twitter en abril de 2016 que los cuerpos de seguridad del Estado detectaron y se enfrentaron con grupos que mantenían “campamentos improvisados de estructura paramilitar” en los municipios Páez y Andrés Bello, en Barlovento.
-En julio de 2016, González López aseguró que el estadounidense Joshua Holt y su pareja venezolana, cuyo apartamento era un reducto de armas militares para fines privados, estaban relacionados a factores que involucran al gobernación de Miranda, en ese entonces en poder de PJ. Misión Verdad dijo en su momento: “(…) el papel que delata a la oposición política con respecto a esta infiltración de agentes de fuerzas especiales (como Holt) fue revelado por el ministro González López según la pesquisa de inteligencia y seguridad de rigor: ‘Según las investigaciones ambos sujetos establecieron ‘una extraña y sospechosa relación por internet’. A los pocos meses se conocieron en persona en República Dominicana y cinco días después del arribo del norteamericano a Venezuela, contrajeron nupcias en la parroquia Leoncio Martínez, perteneciente a la Alcaldía del municipio Sucre del estado Miranda que está gobernada por Carlos Ocariz del partido Primero Justicia’. Otro dato a resaltar: en el estado Miranda ‘gobierna’ Henrique Capriles Radonsky”.
Y sigue: “‘Las investigaciones han determinado que se violó el protocolo administrativo correspondiente al matrimonio civil efectuado entre ambos ciudadanos. Las autoridades del municipio Sucre efectuaron el convenio, bajo la inobservancia de lo establecido en el Código Civil venezolano y otras leyes’, reveló González López. El amparo de la bachaquerizada alcaldía del municipio Sucre contra el Código Civil es una conexión directa entre la infiltración que describe la fase 3 del Manual de Guerra No Convencional del Ejército de los Estados Unidos y las instituciones en poder de operadores políticos de la MUD. La irregularidad gubernamental fue descrita por el Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz”.
-Para aquella fecha y en rueda de prensa, al hablar del caso Holt, González López había descrito el paisaje paramilitarizado en Venezuela de la siguiente manera: “Este accionar se corresponde con actividades propias de Bandas Criminales Paramilitarizadas, que estarían asentándose en el territorio nacional con el auspicio de sectores de oposición cuya estrategia se dirige a legitimar la inserción en territorio venezolano de estas organizaciones criminales a través de la mimetización, con miras a ejecutar actividades terroristas, utilizando diversos tipos de fachadas”.

Con la información recabada, se puede registrar que hubo corredores asentados en las adyacencias de Petare (La Dolorita, municipio Sucre) que desembocan hasta Barlovento, es decir, desde el este de Caracas hasta el oriente del estado Miranda, y otro que tenía como punto nodal los Valles del Tuy, hacia el sur de Miranda. Todo entre montañas, venas fluviales y asentamientos agrícolas: los llamados “caminos verdes”, lejos de la presencia estatal pero cerca de los ejes policiales de municipios y gobernación entonces dominados por la oposición más ultra, referenciada en PJ y VP.

Cabe destacar también que el corredor que comienza, tomando como punto de partida el norte, desde el municipio Sucre hasta los Valles del Tuy, desembocan hacia el sur y el suroccidente con otros corredores que ya fueron desmantelados por el Estado venezolano, donde operaban las bandas de “El Juvenal” y “El Picure”, personajes que pretendían erigirse como una suerte de copias de Pablo Escobar en Guárico y Aragua.

El “Este de Caracas”: capital de las revoluciones de color en Venezuela

En términos de antipolítica, las manifestaciones violentas del antichavismo entre abril y julio de este año 2017 fueron el clímax “natural” de las expresiones opositoras en las zonas más opulentas del estado Miranda. Los municipios Chacao, Baruta y Sucre, además de los Altos Mirandinos (allí donde se concentran las clases altas y medias mirandinas), fueron el escenario donde se dieron los picos más altos del laboratorio social de beligerancia política convocada por la llamada Mesa de Unidad Democrática (MUD). Esto dejando de lado los estados fronterizos con Colombia.

Las marchas, protestas, disturbios, ataques a edificios administrativos del Estado, plantones, trancazos, sabotajes a servicios públicos, entre otras tácticas usadas en todas las revoluciones de color en distintos escenarios globales, y que tienen un componente violento con tendencia a la insurrección armada, fueron usadas durante los tres meses en distintos municipios, de las cuales los habitantes de Miranda formaron parte y a su vez, como consecuencia, de las que fueron rehenes.

Por antonomasia, las clases más altas de la sociedad, no importa en qué país ocurran, son las más activas en este tipo de manifestaciones. En Venezuela, son éstas las más reactivas tanto a lo que representa el chavismo como cultura raigal y política como a lo que el Gobierno Bolivariano mantiene en cuanto a dirección de Estado.

Precisamente, el ex gobernador de Miranda, Henrique Capriles, representa a esas clases que manifestaron violentamente durante esos meses, por su abolengo y genealogía. Bajo su complicidad, la oposición venezolana logró unos activos logísticos que de no tener la gobernación del estado en su poder, las cosas habrían sido un poco diferentes en las calles de su jurisdicción. Lo mismo sucedió en 2014, durante el plan “La Salida” de Leopoldo López y María Corina Machado.

Una muestra de ello es que con la anuencia de los cuerpos policiales de los mencionados municipios, en connivencia con la Policía de Miranda (Polimiranda), la violencia en las calles fue aupada desde la cúpula opositora en gobierno.

Anteriormente, en mayo de 2016, la Policía de Chacao (Polichacao) fue intervenida por el Ministerio de Interior, Justicia y Paz debido a una red de sicariato inserta en ese cuerpo, involucrada en diversos delitos ya procesados, incluido el asesinato político del periodista chavista Ricardo Durán. Sin embargo, efectivos policiales identificados con la oposición respaldaron los actos de mercenarios y manifestantes violentos.

En junio de este año, en el marco de la descrita fallida revolución de color que intentó impulsar un golpe de Estado contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro y que asimismo promovió la intervención extranjera de los Estados Unidos, el ministro Néstor Reverol oficializó la intervención de Polimirandadebido a la existencia de “suficientes elementos de convicción que conllevan a la participación de funcionarios (de ese cuerpo policial) en violaciones de DDHH y redes delictivas”.

A su vez, la negligencia de la gobernación en la estabilidad y seguridad de los ciudadanos que habitan el estado Miranda se expresó también en la inhabilitación de Capriles por 15 años para ejercer cargos públicos en Venezuela, por ilícitos administrativos.

Habría que condimentar las acciones de los gobernadores y alcaldes de PJ, la labor que ha llevado a cabo el fundador de esa tolda, Julio Borges, como promotor de las sanciones estadounidenses contra Venezuela, ya que significan la oficialización del bloqueo financiero y el ataque crítico al corazón económico de nuestro país.

Con la asunción de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), vino la estabilidad política que aplacó por completo el plan insurreccional del antichavismo nacional e internacional y tuvo como consecuencia la convocatoria a elecciones regionales, que concluyeron en la derrota del candidato opositor Carlos Ocariz y la victoria del chavista Héctor Rodríguez.

Fue de importancia vital y estratégica haber recuperado para el chavismo el estado Miranda, ya que éste representa la seguridad y la estabilidad como proyecto histórico que necesita la región en función del desarrollo general de Venezuela. De lo contrario, el caos, el pretendido quiebre estatal y el golpismo abierto estuvieran aún campantes en el mapa político de la nación.

Publicado originalmente en Misión Verdad

 

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