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Por Roy Daza
Gustavo Petro es el Presidente de Colombia y Francia Márquez la Vicepresidenta, y ese hecho histórico pone de relieve que cuando la gente sencilla, la gente trabajadora, la gente humilde, los muchachos y las muchachas toman una decisión trascendente, no hay quien los detenga, y eso fue lo que pasó en las elecciones de este domingo: el pueblo cambió la historia.
En su primera alocución al país y al mundo como Jefe de Estado, manifestó que es necesario construir consensos para alcanzar un gran acuerdo nacional que tenga el expreso propósito de lograr la paz, “que no nos matemos los unos con los otros” y tendió puentes a la oposición para dialogar sobre los asuntos cardinales de la situación política y social, luego de conocerse los resultados que le dieron una contundente victoria al Pacto Histórico, la amplia alianza de fuerzas progresistas que gobernará a partir del siete de agosto.
“Vamos a reconciliar esta nación”, sentenció Francia Márquez, mientras miles y miles de colombianas y colombianos llenaban las calles, celebrando la llegada del primer gobierno popular de Colombia.
El nuevo presidente exigió la liberación de los jóvenes detenidos en los estallidos sociales de los últimos años, y pidió justicia para los líderes sociales asesinados, y enfatizó en que “ya no es tiempo de odios”.
Asimismo, Gustavo Petro exhortó a un diálogo con todos los países del continente, sin exclusiones, y puso sobre la mesa puntos esenciales de la agenda de los movimientos sociales.
No tendrá Colombia que vivir otros cien años de soledad.