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15.Jul.2014 / 10:47 am / Haga un comentario

Foto: Archivo / Ciudad CCS

La Comisión Programática e Ideológica del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) dio a conocer el pasado mes de abril un documento ideológico del partido para ser debatido durante el III Congreso Nacional que se celebrará los días 26, 27 y 29 de julio de este año.

El objetivo fundamental de este manifiesto es partir de la base para desarrollar un modelo socialista, del cual deriven las políticas de Estado, y una percepción crítica del ciudadano común sobre las aberraciones del capitalismo en Venezuela y en los pueblos del tercer mundo durante los siglos XX y XXI.

Sobre estos dos objetivos se desarrollan cuatro puntos fundamentales en su introducción: el legado del Comandante Chávez, el significado y los alcances de la Revolución Bolivariana Socialista, la reafirmación y el porqué ser bolivariano y la prolongación histórica de la doctrina bolivariana.

Se recalca el carácter bolivariano del Comandante Chávez y de quienes lo siguen, resaltando el interés que Chávez tuvo desde sus tiempos de estudiante en la Academia Militar, de rescatar el ideario de Simón Bolívar: unificar América Latina y lograr independencia definitiva de las directrices de los imperios.

El documento, en su primera parte, presenta la siguiente reflexión: “El Comandante Chávez tiene el mérito de enriquecer y hacer viva la doctrina del Libertador Bolívar, apelando a su contenido vigente, realizable y victorioso, que unifica la Patria, y la proyecta como patrimonio soberano del mundo a través de los procesos de integración y unión”.

Se añade además la tesis bolivariana de que un buen gobierno es aquel que proporciona la mayor felicidad posible al pueblo. En ese sentido, se resalta el planteamiento de Chávez de iniciar, a través de la Revolución Bolivariana, un proceso de transformación profunda en las estructuras del país, retomando la moral, la ética, el nacionalismo y el carácter democrático (perdidos en los antivalores del capitalismo); como pilares fundamentales, la refundación del país, impulsada por la participación popular y la inclusión.

Con base en esta doctrina, se recomienda la lectura de textos emblemáticos, como Un brazalete tricolor y El Libro Azul.

Igualmente debe leerse el contenido de la Agenda Alternativa Bolivariana, el programa de gobierno de 1998, la Propuesta de Hugo Chávez para transformar a Venezuela, la propuesta de Hugo Chávez para continuar la Revolución (2000), líneas generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación (2001-2007), Proyecto Nacional Simón Bolívar Primer Plan Socialista 2007-2013, Plan de la Patria 2013-2019, y Golpe de timón (octubre 2012).

También se recomienda leer los aportes a la Constitución Bolivariana de Venezuela y las leyes orgánicas, leyes habilitantes, Documento de creación de la Alternativa Bolivariana de Nuestros Pueblos de América (ALBA), y Comuna o Nada: para proponer la configuración de la nueva economía y del Poder Popular.

Crisis del capitalismo

Uno de los aspectos que refiere de manera reiterada el manifiesto del PSUV a lo largo de su contenido es la crisis mundial del capitalismo como modelo económico, político y social.

Señala el documento en esta parte que las contradicciones, la desigualdad y el carácter destructivo del capitalismo han puesto en tela de juicio la vigencia de este sistema y se expresa que: “Se trata de una crisis estructural puesta de manifiesto por la agudización de contradicciones antagónicas en las relaciones de los seres humanos entre sí y con la naturaleza: destrucción del ambiente, la desigualdad sustantiva, el desempleo estructural, el debilitamiento de los Estados nacionales y el afianzamiento de los gobiernos corporativistas apoyados por las transnacionales, poniendo en riesgo la supervivencia de la especie humana y la propia vida sobre el planeta”.

Aquí se reitera el carácter socialista al afirmar que el capitalismo genera desigualdad social, remuneraciones injustas a los trabajadores, el control, distribución y disponibilidad de alimentos, mediante monopolios, oligopolios y carteles transnacionales, fijando precios, volúmenes y canales desligados de las necesidades alimentarias y nutricionales de la población mundial.

Añade que la militarización de los territorios es parte inherente de la esencia genético-estructural del capitalismo en su fase imperialista, garantizando la permanencia de dicho modo civilizatorio a través del control de los recursos y territorios estratégicos, de los grandes mercados, reprimiendo todo foco de desestabilización para el ordenamiento social y geográfico del capital.

Denuncia asimismo el discurso demagógico y la doble moral con que los jerarcas capitalistas abordan los temas políticos y sociales.

Al respecto, se afirma que “el capitalismo y los capitalistas utilizan principios y valores como: la defensa de la libertad, la democracia, la justicia, los derechos humanos, ocultando la supremacía de la ganancia del capital por encima de cualquier otro principio o valor”.

Igualmente advierte que “la militarización de los territorios es parte inherente de la esencia genético-estructural del capitalismo en su fase imperialista, garantizando la permanencia de dicho modo civilizatorio a través del control de los recursos y territorios estratégicos, de los grandes mercados, reprimiendo todo foco de desestabilización para el ordenamiento social y geográfico del capital”.

Propuestas alternativas

La llegada del presidente Hugo Chávez al poder y el surgimiento de la Revolución Bolivariana son factores que, sostiene el documento, han constituido una alternativa a la hegemonía del capitalismo.

Sobre el particular, se afirma lo siguiente: “Una expresión de la crisis sistémica del capitalismo es la insurgencia y resistencia de una diversidad de movimientos sociales alternativos, ante un orden social global estructuralmente injusto y predatorio”.

Como fórmula anticapitalista se plantean las siguientes alternativas y consideraciones:

• Para avanzar en la construcción de un mundo multicéntrico, pluripolar sin dominación imperial y con respeto a la autodeterminación de los pueblos, se requiere fortalecer el relacionamiento político-estratégico y la consolidación de los nuevos liderazgos que han surgido en los últimos años en América Latina y el Caribe, dirigiendo los esfuerzos para profundizar la unión, integración y complementariedad de los procesos de integración al seno de la ALBA, la Unasur y la Celac.

• Venezuela, unida a los esfuerzos que han venido realizando otros países, ha contribuido a la conformación de polos geoestratégicos en América Latina y el Caribe, región rica en minerales preciosos, hidrocarburos y biodiversidad, permitirá que la misma tenga un papel más activo en la consolidación de un mundo multipolar.

• El posicionamiento de Venezuela como actor estratégico para la construcción de un mundo multipolar, mantiene su presencia como país productor-exportador de crudo, redimensionando su importancia geoestratégica.

• La alianza con las grandes potencias a favor de la redistribución de la hegemonía mundial y el impulso y consolidación de los sistemas de integración latinoamericanos y caribeños, permitirán convertir a la región en un espacio geoestratégico, con capacidad para influir en la configuración de un orden mundial donde exista un más democrático balance de poder.

Reducción de la brecha social

El sistema capitalista aplicado en el país ha propiciado –expresa el documento–, un manejo de la renta petrolera (principal vía de ingresos monetarios) orientado a favorecer a las grandes empresas transnacionales que operaron en el país en el área de explotación y comercialización de los hidrocarburos durante el siglo XX.

Esta orientación de privilegiar a los grandes monopolios aún persiste, se afirma en el texto, a pesar de los avances de la Revolución Bolivariana. Se cita como ejemplo la guerra económica desatada en los últimos meses y el intento de derrocar y asesinar al presidente Nicolás Maduro.

Sobre el particular, se señala lo siguiente: “La tarea fundamental de la Revolución en el área social consiste en erradicar la hegemonía de la burguesía, suprimir su dominación sobre toda la sociedad. En ese sentido, debemos preparar a la clase trabajadora para que asuma la dirección de la sociedad venezolana, imprimiéndole su lógica de igualdad y justicia, sus intereses de desarrollo basado en el protagonismo del pueblo”.

También recomienda que “a los fines de ampliar el radio de acción de las políticas sociales es imprescindible el desarrollo del aparato productivo para aumentar la riqueza disponible, la eficiencia en la gestión pública, el control de los sistemas financieros y el aporte del capital al Fisco nacional”.

Asimismo se establece que el desarrollo del Sistema Financiero Nacional Bolivariano, mediante la captación del ahorro y óptima canalización de créditos a los sectores productivos, dinamizará el uso de los recursos financieros necesarios para la generación de riqueza social.

El modelo socialista productivo

Uno de los principales retos de la Revolución Bolivariana es construir las bases para el desarrollo de un modelo socialista que no solo quede en enunciados políticos o ideológicos, sino que se constituya en un modelo económico verdaderamente productivo.

Sobre el particular, el manifiesto del PSUV establece de manera clara la necesidad de transformar la economía capitalista de tipo rentístico en una socialista basada en el trabajo, mediante la democratización de la propiedad sobre los medios de producción, la diversificación de las actividades productivas, el desarrollo de tecnologías soberanas y de mínimo impacto ecológico, la sustitución del valor de cambio por el de uso, la preeminencia de la economía real sobre la financiera y la planificación central de la economía.

“El desarrollo de la economía debe sustentarse en el trabajo productivo, trascendiendo el modelo rentista actual, reivindicando la economía real, en el cual lo financiero cumpla una función social, alineado a los objetivos del proyecto nacional”, resalta el documento en este aparte.

Las propuestas puntuales para consolidar este nuevo escenario económico son:

• Construir un poderoso aparato productivo industrial, constituido por grandes, medianas y pequeñas empresas, que supere el carácter primario o extractivo, mediante la agregación de valor a los bienes por la transformación de las materias primas.

• Desarrollar tecnologías soberanas de acuerdo con las necesidades de nuestros pueblos, que posibiliten la autonomía relativa de las actividades productivas y de servicios, con bajos costos operativos y mínimo impacto ecológico.

• Impulsar la planificación de la producción por parte del Estado como un elemento central de la economía socialista, al orientar la producción a la satisfacción de las necesidades reales y sentidas del pueblo y no a la acumulación de capital como un fin en sí mismo.

• Construir redes directas de distribución de bienes y servicios, que sean ambientalmente eficientes y con una importante composición de empresas públicas y de propiedad social directa.

• Impulsar una educación liberadora que haga visible la riqueza de los conocimientos de nuestros pueblos, permitiendo el vernos con ojos propios y formando compatriotas que atiendan a las necesidades sentidas de nuestro país y no a las “agendas de desarrollo” impuestas desde los centros de poder capitalistas.

Se concluye en esta parte que “el desarrollo de la Nación pasa por la superación de su rasgo rentista. Salir del rentismo significa eliminar la gravitación del país en torno a la renta petrolera, significa estimular la producción y el trabajo”. En ese sentido se plantea la industrialización como arma clave para el cumplimiento de estos objetivos.

Transformación del Estado

La transformación del Estado ha sido una de las aspiraciones del proceso político iniciado en Venezuela en 1999.

Como toda transformación estructural, la concepción de un nuevo Estado no es un proceso de rápidos resultados, sino que implica una evolución que encontrará muchos obstáculos en su camino, debido a la resistencia de los grupos privilegiados en lo económico y político a perder el poder.

Este panorama es reflejado en el manifiesto del PSUV cuando se plantea que el partido debe “fortalecer los mecanismos para que el pueblo organizado participe en la planificación y gestión del servicio público, con miras a su transformación”, al tiempo que recomienda “el fortalecimiento del Poder Popular requiere del impulso y consolidación de las comunas, de la ciudad comunal, de la Federación Comunal y de la Confederación Comunal”.

Asimismo, se reitera el apoyo del programa Misiones y Grandes Misiones creado por el Ejecutivo y la consolidación de los colectivos y grupos organizados y reforzar la figura de la autogestión como alternativa para fortalecer aún más las relaciones entre el pueblo venezolano y el Estado, representado éste en el Gobierno Bolivariano.

La Fuerza Armada es elemento clave para la consolidación del socialismo venezolano

Tras la llegada al poder de Hugo Chávez, una de las tesis que cobró fuerza fue revertir el papel de la Fuerza Armada y convertir la institución no solo en el garante de la seguridad de la nación, sino una institución de carácter popular, con disposición de consolidar una unión cívico-militar que impulse el desarrollo integral del país.

Este aspecto tan relevante no podía ser ajeno al debate ideológico y programático del Partido Socialista Unido de Venezuela, principal brazo político del Gobierno.

En ese sentido, el PSUV expresa en su documento que “el partido apoya la incorporación decidida de nuestra FANB en el desarrollo integral de la nación, muy especialmente en aquellas áreas de carácter estratégico, y ratifica su compromiso de consolidación de las Regiones Estratégicas de Desarrollo Integral (REDI) creadas por el Ejecutivo Nacional, en el marco de ir conformando una nueva geometría del territorio.

Otro planteamiento se refiere a la participación del pueblo en la defensa de la nación.

Como instrumento de coordinación y de orientación política en el seno de la sociedad, el partido, concebido éste como centro de luces, hará los esfuerzos necesarios para fortalecer la conciencia patriótica y revolucionaria en las distintas expresiones de organización de la sociedad a objeto de que asuma el mandato constitucional de defensa de la Patria.

También “establecerá los mecanismos de coordinación necesarios para que el pueblo organizado vaya conformando las milicias revolucionarias y su articulación con los planes de defensa de la Patria conjuntamente con nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB)”, refiere el texto.

El Partido Socialista Unido de Venezuela se ajustará a la realidad de los nuevos tiempos

Tomando en consideración la tesis del Estado de contar con organizaciones políticas para hacer más fluidas las relaciones entre pueblo y Gobierno, el PSUV se plantea no solo su consolidación como partido, sino una relación más directa con los fundamentos democráticos y revolucionarios.

La profundización del debate, la participación colectiva y la conciencia sobre su papel histórico en el proceso de cambios políticos que vive el país, América Latina y el mundo, son aspectos que deben considerarse como clave en la militancia, de ahí la importancia que en este aparte se establece en relación a la formación de las nuevas generaciones en los llamados cuadros políticos.

“Nuestro partido debe convertirse en un partido de masas, compuesto y generador de cuadros a escala creciente, capaz de asumir la vanguardia de las luchas del pueblo venezolano”, se señala en el texto.

Para ello recomienda, “debe desarrollar una intensa labor de formación de cuadros organizados para la lucha, basada en las concepciones desarrolladas por el Comandante Chávez en el marco del socialismo bolivariano y la ética socialista”.

También plantea que “nuestro partido debe convertirse en un partido de masas, compuesto y generador de cuadros a escala creciente, capaz de asumir la vanguardia de las luchas del pueblo venezolano”.

Añade el texto que “para ello debe desarrollar una intensa labor de formación de cuadros organizados para la lucha, basada en las concepciones desarrolladas por el Comandante Chávez en el marco del socialismo bolivariano y la ética socialista.

Asimismo plantea que esa educación y organización es clave para la formación del pueblo.

Ciudad CCS

 

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