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24.Sep.2018 / 09:21 am / Haga un comentario

Foto: Misión Verdad

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El pasado jueves 20 el presidente Nicolás Maduro hizo un balance sobre el cumplimiento del primer mes del Plan de Recuperación Económica puesto en marcha, para contener y degradar la crisis económica de Venezuela.

Algunos elementos sustanciales, como el desmontaje progresivo del modelo rentista, la reducción de las asimetrías creadas en el marco de la guerra económica y el sentido de una «reconversión integral» de la economía venezolana, fueron nuevamente abordados por el Presidente.

Anclaje, precios y cono monetario

Entre los elementos que subrayó el primer mandatario venezolano se destacan la puesta en funcionamiento del nuevo cono monetario, el flujo de nuevos billetes y la reconversión cambiaria como temas esenciales en las rutinas económicas de la población. Se mostró satisfecho, no obstante apuntó hacia varias direcciones refiriéndose a los desmanes en el acaparamiento, reventa y extracción de billetes, instruyendo a los bancos mediante «un plazo de 48 horas» para liberar la existencia de efectivo en sus bóvedas.

Maduro apuntó que la existencia de billetes es «suficiente» para atender la demanda de papel moneda. Pero enfatizó que la situación del manejo de efectivo ha mejorado, esperando que ello pueda regularizarse a totalidad en el corto plazo. Como vemos, la economía venezolana en sus ítems más sensibles no es susceptible a soluciones automáticas o por decreto. Las causas, las asimetrías monetarias y la desestabilización del flujo del efectivo persisten, ralentizando el alcance de los nuevos billetes y retardando la comodidad de la población.

A un mes del inicio de la reconversión integral, el presidente Maduro se refirió a la puja distributiva y el alcance del sistema de precios acordados que intenta devolverle a la población el poder de compra, cuestión que ha acompasado al nuevo salario mínimo. Este ítem es el que más alcance tiene en la percepción de la población, por tratarse de un elemento concreto inherente a la normalidad económica.

En efecto, pese a las nuevas escaladas de precios en productos y servicios no regulados en el último mes, el poder de compra del nuevo salario ha sido palpable. De esta manera, también ha irrumpido un nuevo ciclo de alteración de los inventarios.

La puja distributiva, apreciable especialmente en los productos bajo política de precios acordados, viene por causas multidireccionales. Se conjugan en ella los factores creadores y beneficiarios de la escasez, quienes han aprovechado la reconversión para arremeter, también, el poder de compra de la población, que condimentado con un factor de ansiedad ha acelerado las compras que han ayudado a agotar algunos inventarios.

Por otro lado, en rubros como los de las proteínas animales, se ha presentado el boicot de los gremios de este grupo de alimentos que han actuado abiertamente para detener el flujo de mercancías, argumentando que sus ganancias son insuficientes.

Para circunstancias tan particulares como las que componen la crisis venezolana, tiene total sentido que los actuales ajustes generen desbarajustes, más cuando desmontan por piezas un entramado económico que se acomodó a expensas de la degradación total de los sistemas salariales. Hasta hace un mes, la población asalariada no podía consumir casi nada, y producir el salto de una situación a otra generará correcciones y nuevos equilibrios, con dificultades.

Sobre este ítem, el factor de la defensa de los precios y los salarios fue otro aspecto reseñado por el Presidente en su alocución. El Estado amplía su estructura de fiscalización y acompañamiento, colocándose a contracorriente a una seguidilla de años de especulación rampante y debilidad en el músculo institucional para contenerla. Con el agravante de una cultura, una subjetividad, del encarecimiento de bienes que se ha profundizado a expensas de la situación de crisis, con ansiedad, oportunismo y vulnerabilidad de los sistemas de inventarios de productos.

Por otro lado, el ciclo virtuoso del anclaje se ha iniciado. El presidente Maduro señaló que el nuevo sistema DICOM ha manejado más de 400 millones de dólares, superando en menos de un mes más de 10 veces todo lo que se procesó en el anterior DICOM en 12 meses: «El sistema cambiario ha demostrado que sí es posible tener en Venezuela un cambio de referencia único, fluctuante y de mercado (…) el sistema DICOM ha arrancado con buen pie. Hemos estado por el orden de 400 millones de dólares en los movimientos».

La tasa DICOM permanece estable, en simultáneo con un proceso progresivo de adecuación de las estructuras de costos de las empresas a la nueva tasa oficial, así como de los sistemas de salario. El crecimiento semanal de ofertas en divisas del DICOM, alrededor de 300% en cada corte semanal, permitió el salto desde los 40 mil dólares que se adjudicaron en la primera subasta hasta el monto actual.

En la actual política de anclaje, el comportamiento de la tasa única oficial es medular para los efectos de cálculo de los precios y los salarios. El Estado ha continuado exteriorizando los costos de la empresa privada en el pago del salario, minimizando el recargo del mismo especialmente sobre las pequeñas y medianas empresas, pero también para inhibir las reacciones especulativas desproporcionadas bajo el pretexto del ajuste salarial. A lo largo del último mes, apuntó Maduro, se han hecho los pagos en todas las nóminas públicas y privadas de manera oportuna.

Dólar paralelo, Petro y otros ítems

La política monetaria ha sido el nudo crítico más abordado en el Plan de Recuperación Económica. La reacción del dólar paralelo es que se ha ralentizado en las últimas semanas. Un elemento significativo para esta época del año, dado que en los últimos cuatro años el dólar paralelo ha mostrado picos muy altos desde finales de agosto, aupado por las importaciones para el mes de diciembre.

El dólar paralelo, compuesto por variables de desestabilización política y especulación, es y será siempre impredecible. No obstante, al degradar su hábitat y las condiciones en que se desarrolla, este pierde efecto en la economía real. Sobre ese sentido es que han apuntado las políticas que se han ejecutado el último mes: el sistema abierto y flotante DICOM, la adecuación de las estructuras para la recepción de remesas, la autorización a casas de cambio y agencias bancarias para la compra-venta de divisas, la venta de minilingotes de oro para prescindir del dólar paralelo como mecanismo de ahorro, entre otros anuncios, han sido muy significativos en la política de contención de la tasa paralela.

Algunas explicaciones señalan que el dólar paralelo podría estar mucho más alto, a expensas de la ansiedad y el nuevo aumento salarial casi 35 veces superior al anterior. Otros factores señalan que la presente tasa está por subir. Ahora, el ejecutivo venezolano prevé poner en funcionamiento el Petro, la criptomoneda venezolana que según el presidente Maduro circulará desde el 1ero de octubre en un mercado primario, adjudicado vía DICOM, como mecanismo alterno para la satisfacción de demanda en divisas extranjeras.

El jefe del Estado, quien ha insistido en que la criptomoneda estatal servirá incluso para financiar viajes al extranjero y compras desde Venezuela, ha vuelto a reiterar el valor del Petro como un instrumento de cambio monetario, no sólo para el anclaje de la economía, sino también para su convertibilidad, lo que lo haría un mecanismo alternativo para la obtención de divisas por parte de particulares, descomponiendo al dólar paralelo en consecuencia.

Una gran pregunta entre la población yace en la continuidad de la escalada de precios, pese a que el dólar paralelo se ha contenido. La tendencia en el comportamiento de los precios de muchos bienes y servicios durante los últimos años ha sido de que estos se mantienen al alza pese a los coyunturales estancamientos del dólar paralelo. Lo cierto es que los precios y el paralelo sí han sido factores conexos, pero el dólar paralelo no es el único componente en el entramado especulativo.

En este sentido, intervienen factores especulativos aupados por las expectativas del aumento de consumo al consolidarse los tabuladores salariales y los pagos extraordinarios de fin de año mediante aguinaldos y utilidades. La puja distributiva es un acelerante de este proceso. Durante 2016 se impuso la tesis de que «lo importante no es el precio sino que haya el producto». En 2018, cuando la facultad de comprar quedó casi relegada a quienes reciben remesas o mueven sus ingresos por no depender de salarios, el inventario existente quedó a disponibilidad exclusiva de un segmento reducido de la población.

El punto de equilibrio esperado por el Gobierno venezolano pasa por la consolidación de precios sostenibles, adecuados oportunamente, como factor para aupar la rotación de bienes, en la medida en que el consumo retome un punto de equilibrio. Un círculo virtuoso que no se resuelve en un mes, como es sabido. El flujo de inventario está claramente asociado a la disponibilidad de divisas y sobre ese factor se proyecta una dirección favorable, como lo dijo el Presidente: «Hemos ido estabilizando el ingreso de divisas en el país logrando un nivel de buen equilibrio para Venezuela (…) estamos obteniendo un importante ingreso de divisas para lo que resta del año y para el 2019».

Maduro también señaló que se ha iniciado la contención de la emisión monetaria, aspirando a que «en el corto plazo» pueda ser satisfecha la meta de «déficit cero» para disminuir, durante los próximos meses, la emisión monetaria para financiar el déficit. Una corrección a la vorágine monetaria devaluadora e hiperinflacionaria. Como medida complementaria, el ejecutivo ha resuelto que el sector privado sostenga la sobriedad mediante el cumplimiento del encaje legal bancario. «Vamos logrando un equilibrio fiscal tributario virtuoso para el país. Podemos decir que vamos bien, dirigidos hacia la meta de déficit fiscal cero, y lo vamos a lograr muy rápido», apuntó.

Perspectivas

La resolución de la cuestión económica venezolana sigue siendo de largo aliento. Es el tema medular de la vida nacional y con proyección hasta el cierre de año por parte del directorio institucional del país. El balance es, en palabras del Presidente, el salto de un momento económico a otro: «Vamos saliendo de la economía martirizada hacia una economía equilibrada (…) en 30 días han ocurrido muchos eventos positivos».

Aunque en los hechos la economía pueda estar enviando nuevas y alentadoras señales desde el 20 de agosto, la relevancia de ellas yace en el sistema de expectativas de la población. Maduro envía optimismo desde su discurso, pero aclarando ciertas salvedades. El ciclo de crisis aún no está definido ni resuelto, para empezar, dadas las asimetrías e inercias existentes en el aparato rentista venezolano y las deformaciones que se han creado en los años de la coyuntura.

El reciente viaje del Presidente a China y el consecuente espaldarazo político y económico que ha recibido es un componente de la agenda política para el fin de año. Maduro ha prometido duplicar la producción petrolera, evadir el posible boicot y bloqueo al crudo venezolano al adjudicarle al país asiático 1 millón de barriles diarios, y en un contexto donde el crudo marcado por la cesta OPEP ya supera los 75 dólares el barril.

Estos indicadores abren perspectivas favorables, no es en vano el optimismo de Maduro.

Misión Verdad

 

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