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1.Feb.2020 / 11:18 am / Haga un comentario

Foto: Cortesía Francisco Ameliach

En la entrega anterior hice referencia al primer engaño al espíritu de la rebelión cívico militar del 23 de enero de 1958 al sustituir la anhelada democracia por un pacto de élites tutelado y al servicio de los intereses de Estados Unidos, conocido como Pacto de Punto Fijo.

Otro gran engaño fue el pregonado respeto a los derechos humanos, porque a partir de 1958 se cometieron innumerables asesinatos, torturas y desapariciones forzadas en contra de los disidentes políticos. La cantidad de crímenes políticos ejecutados en los gobiernos del Pacto de Punto Fijo fueron considerablemente superior a los cometidos durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

La violencia contra la disidencia fue adoptada como política de Estado antes que se iniciara la lucha armada. Solo en el mes de enero de 1962 asesinaron a 35 personas en manifestaciones, hubo 202 heridos y 1.053 detenidos.

Entre los crímenes individuales más sonados podemos mencionar el de Alberto Lovera, lanzado al mar en 1965 y reflotado su cadáver en las playas de Lecherías, estado Anzoátegui; el de Fabricio Ojeda, ahorcado en 1966 en las oficinas del servicio de inteligencia militar (SIFA); y el de Jorge Rodríguez, muerto en salvajes torturas por la DISIP en 1976.

Durante la década de los años sesenta del siglo XX, se empleó en Latinoamérica una nueva táctica represiva contra la disidencia política, conocida como la desaparición forzada, algunos historiadores señalan que fue en Venezuela, durante el gobierno de Raúl Leoni que se inició esta funesta práctica. Según José Vicente Rangel, ya para el año 1966 los desaparecidos pasaban de 200.

El más reciente informe de la Comisión por la Justicia y la Verdad, reporta sobre crímenes políticos del régimen puntofijista, denunciados y registrados ante el Ministerio Público de Venezuela, los siguientes datos: 10.071 víctimas generales de la violencia política; 1.412 personas asesinadas por motivos políticos; y 459 víctimas de desaparición forzada. Incluso el informe contiene el listado de las víctimas.

Los datos anteriores no incluyen las miles de victimas de la masacre ordenada por Carlos Andrés Pérez en febrero de 1989, que marca el inicio del quiebre definitivo de las relaciones del pueblo con los gobiernos y representantes del Pacto de Punto Fijo.

¡Prohibido olvidar!

 @AmeliachPSUV

Francisco Ameliach Orta

 

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