Noticias
Foto: Prensa presidencial
A 14 años del golpe de Estado impulsado por las cúpulas empresariales y sindicales del país contra el Presidente Hugo Chávez, en 2002, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, recordó que el asalto al poder fue logrado por esos sectores con planes violentos, a costa de la vida de venezolanos.
Durante el programa En Contacto con Maduro, el Mandatario refirió que esa embestida fue muestra que cuando la «oligarquía está borracha de poder e impulsada por el imperio que la ha dirigido, no tiene límites morales ni políticas».
Aquel abril, la derecha, apoyada además por las corporaciones mediáticas, en búsqueda de sus objetivos previamente había llamado a un paro nacional; posteriormente, específicamente el 11 de abril, llamó a la clase media y alta del país a una marcha hasta la entonces sede de Petróleos de Venezuela, de Chuao, movilización que horas más tarde fue desviada hacia el centro de Caracas.
Establecieron el Palacio de Miraflores como el nuevo punto de llegada, pese a que en ese lugar se encontraban desde hacía varios días hombres y mujeres, quienes con una concentración manifestaban su respaldo al presidente Chávez.
Era en sí una emboscada contra su propia gente, pues en los edificios cercanos ya habían activado, como parte de su plan golpista, varios francotiradores que esperaban la llegada de la marcha de la oposición. El objetivo era disfrazarla como un supuesto enfrentamiento pueblo con pueblo.
«Si hay que matar matan. No tienen límite», alertó el Presidente Maduro, quien destacó la necesidad de mantener la Revolución Bolivariana, que no es más que la garantía de paz, por lo que reiteró su llamado: «Vamos a mantener esta Revolución de paz y humanista».
AVN