Foto: Fuser News

El Movimiento Internacional por un Mundo Justo (JUST) se pronunció a favor de la liberación del diplomático venezolano Alex Saab, secuestrado por Estados Unidos y llamó al mundo a unir las voces para condenar el comportamiento de EEUU al respecto.

En un comunicado, el presidente del movimiento, Chandra Muzaffar, destacó que el secuestro de Saab constituye «una grave violación a los derechos humanos».

«La forma en la que las autoridades estadounidenses han tratado a Alex Saab muestra el poco respeto que tienen por las reglas diplomáticas establecidas, el derecho internacional e incluso los procedimientos y prácticas legales nacionales. Ellos pueden hacer lo que quieran. Nadie puede responsabilizarnos. De eso se trata el excepcionalismo estadounidense», señala el texto.

«A medida que más y más naciones, organizaciones e individuos condenen el comportamiento del ‘amo del planeta’, la lucha por la justicia global alcanzara un nuevo nivel. Todos debemos trabajar juntos para acelerar el ritmo de Saab y de todos los seres humanos en todas partes», recalca el movimiento.

Asimismo, hace énfasis en que el diplomático venezolano solo emprendía acciones humanitarias para conseguir ayudas, alimentos, medicinas para contrarrestar el bloqueo económico que ha impuesto EEUU al país.

A continuación, el texto del comunicado:

«El primer secuestro del diplomático venezolano Alex Saab realizado en Cabo Verde el 12 de junio de 2020 durante un vuelo a Irán y su segundo secuestro el 15 de octubre de 2021 y posterior traslado a los Estados Unidos de América constituyen graves violaciones a los derechos humanos. El autor de ambos secuestros, el primero a través de la colusión de un aliado, fue Estados Unidos de América.

Es importante recordar lo que realmente le sucedió a Alex Saab antes de ofrecer nuestras reflexiones sobre este sórdido episodio de las relaciones internacionales. Saab fue designado Enviado Especial de Venezuela en abril de 2018, lo que le otorgó inmunidad diplomática de conformidad con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas (artículos 14, 29 y 40). Antes de su primer secuestro, había emprendido dos misiones humanitarias en Irán. Uno de ellos era conseguir alimentos, combustible y medicinas de ese país. El segundo fue forjar un acuerdo comercial. Estados Unidos sabía que Saab estaba desempeñando un papel fundamental para ayudar a Venezuela a superar las injustas sanciones que se le impusieron. Es por eso que incluso antes del episodio de los secuestros, EE. UU. había comenzado a atacar a Saab con sanciones y demandas.

El secuestro en Cabo Verde fue ilegal no solo porque Saab tenía inmunidad diplomática. Fue detenido sin notificación roja de Interpol y con orden de aprehensión a nombre de otra persona. Todos los intentos de las autoridades venezolanas de aclarar el estado de Saab fueron rechazados por Cabo Verde actuando bajo instrucciones de los EE. UU.

También se alega que el diplomático venezolano fue torturado para obligarlo a declarar contra el presidente venezolano Nicolas Maduro.

Sus torturadores fracasaron. En un nivel más básico, a Saab se le negó el debido proceso, incluido el derecho a un abogado de su elección. incluso las suplicas hechas por organismos regionales e internacionales fueron ignoradas. El Tribunal de Justicia de la Comisión Económica para África Occidental (Cedeao) exigió en dos ocasiones la liberación del diplomático venezolano. La Comisión Africana de Derechos Humanos y Derechos de los Pueblos también habló por él. El Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas solicitó al gobierno de Cabo Verde que proporcione a Saab, un sobreviviente de cáncer, la asistencia médica adecuada. Mas importante aún, en dos ocasiones el Comité solicitó al gobierno que suspendiera los procesos de extradición a los EE. UU. exigidos por este último mientras el caso de Saab estaba siendo considerado por el Comité.

Mientras todo esto sucedía, el 15 de octubre de 2021, un día antes de las elecciones presidenciales en Cabo Verde, temiendo un cambio de gobierno y la liberación de Saab, el gobierno estadounidense, a través de sus operativos, secuestró al diplomático y lo trasladó a territorio estadounidense, sin avisar a su familia y abogados. Ahora está detenido en una instalación federal en Miami. Se han retirado algunos de los cargos en su contra por falta de pruebas, pero aún se le acusa de «conspiración para lavar dinero». Como ejemplo de lo ridículo que se ha vuelto el intento de incriminar a Saab, un tribunal en Miami ahora llevará a cabo una audiencia el 31 de octubre de 2022 para determinar si Saab es un diplomático.

La forma en que las autoridades estadounidenses han tratado a Alex Saab muestra el poco respeto que tienen por las normas diplomáticas establecidas, el derecho internacional e incluso los procedimientos y practicas legales nacionales. Se ven a sí mismos como un poder en sí mismos. Ellos pueden hacer lo que quieran. Nadie puede responsabilizarlos. De esto se trata el excepcionalísimo estadounidense.

Por supuesto, un comportamiento tan arrogante no hubiera sido posible sin la «cooperación» y la «colaboración» de los demás, como hemos visto en la historia de Saab. Es esto más el silencio de muchos otros lo que ha alentado la arrogancia de esa única nación que se ve a sí misma como la dueña del planeta, el señor del universo.

Pero hay individuos, grupos y organizaciones que están hablando, que se están enfrentando a los EE. UU. De hecho, en todo este episodio que involucra a Saab, incluso los gobiernos, además de los gobiernos de Venezuela e Irán, han condenado los secuestros de un diplomático. China, Rusia, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Senegal, Namibia, Benín, Guinea Ecuatorial y Mozambique estarían entre ellos.

Aquí es donde reside la esperanza. A medida que más y más naciones, organizaciones e individuos condenen el comportamiento del «amo del planeta», la lucha por la justicia global alcanzara un nuevo nivel. Todos debemos trabajar juntos para acelerar el ritmo de Saab y de todos los seres humanos en todas partes».

AVN