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Antes de la llegada de la Revolución Bolivariana, la derecha venezolana violó sistemáticamente los derechos humanos de la población en diferentes momentos, unos más fatales que otros. Tal es el caso de la Masacre de Tazón, el 19 de septiembre de 1984, en el puntofijismo.
En ese momento, el país se encontraba bajo el mando “democrático” del adeco Jaime Lusinchi, cuando 200 estudiantes de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela (UCV), que iban a bordo de cuatro autobuses, fueron acribillados por oficiales de la Guardia Nacional, quienes impedían su llegada a Caracas a formar parte de una protesta para exigir mejores condiciones de estudio, como becas, comedor, pasaje preferencial.
Autobuses repletos llegaban desde Maracay y se encontraron con fuego cruzado en el peaje de Tazón, a la entrada de la capital, por una terrible y macabra convergencia de un presidente borracho, un ministro irresponsable -Octavio Lepage-, un rector siquiatra loco -Edmundo Chirinos-, un comandante inexperto -José Vicuña- y unos jóvenes rebeldes reclamando sus derechos.
En la dantesca escena, con disparos indiscriminados, del techo a los cauchos de los buses, 34 estudiantes perdieron la vida. Los tribunales militares cerraron el caso y nunca regresaron los buses retenidos y confiscados. Pero estos son los personajes que quieren volver a gobernar el país, con nuevos rostros y algunos de la vieja escuela, apoyados por el imperio gringo y sus lacayos.
A 38 años de la fatídica acción, el pueblo venezolano rinde tributo a los caídos y se mantiene de pie en la lucha por los derechos esenciales, en defensa del legado del Comandante Hugo Chávez y el Gobierno Bolivariano.
Con el Mazo Dando